domingo, septiembre 03, 2006

Burmese Days



Viaje de sanación personal. Expresión que tomo de un gringo loco. Me llevo, claro, a Orwell. Regreso todavía algo abrumado pero con una idea más cierta de mi vida y de mis verdaderas prioridades. En el macuto, Paul Auster por partida doble, el viejo Kapuscinsky y una dosis de clasicismo, los dos grandes de Stendhal, Rojo y Negro y La Cartuja de Parma. He dejado huella en Letras que dejan rastro.


P.D.: Estudiado el problema de la dictadura birmana y el boicot al turismo que se propone por muchos, decidí ir. A pesar de todo, creo que no ir no es peor para los generales en el poder y termina forzando más apertura