sábado, junio 30, 2007

El Retorno de Sebreli



No sé si ustedes se leyeron El Asedio a la Modernidad. Han hecho mal si no es así. Siempre anda medio agotado. Allí se explicaba perfectamente hace bastantes años todas estas tonterías de la multiculturalidad, el indigenismo, la afición a las pitonisas y otros consumos de gente de buena fe en disposición de salvar al mundo. Estoy seguro de que José Luis no lo ha leído o no hubiera entendido qué hacía sentado con Erdogan buscando puntos en común...

Arcadi comió ayer con él:
Mi encuentro con el filósofo Sebreli en el Hotel de las Letras de Madrid empezó con un decilitro de gazpacho y esta pregunta: «Si hemos de rescatar a la izquierda del fondo de tantos abismos, ¿no sería mejor hacerse de derechas?». En aquel momento sólo sonrió con elegancia. Sebreli es pequeño, frágil y suave, y se alimenta con gran prudencia. De hecho no probó el gazpacho. Era pertinente preguntarle por la izquierda. Aunque en su país pasa por ser un hombre de derechas (cierto que los argumentos son algo flojos, como ese del periodista Verbitski que lo acusó recientemente de «insomne»), Juan José Sebreli dice de sí mismo que es un hombre de izquierdas, por agnóstico, antimilitarista y partidario de la libertad de los cuerpos, así exactamente, que lo anoté recto y pulcro como si fuera una tarjeta de visita.
Tenía libro nuevo y yo sin enterarme, El olvido de la razón, "un regio batir de palmas", dice Arcadio. Pues iré a buscarlo.


(P.D.: cuando el señor Espada reproduzca en su blog el artículo de El Mundo, les cambiaré el enlace y así se nutren).

(P.D.2: Ya lo hizo.)


Aviso privado: Eh, Albert, me interesa más Sebreli que Castells. Que no tiene nada que ver, pero tiene.



Pequeñas paradojas


Qué lechuguino y oportunista te hace el poder. Leo que Mª Teresa, la competente, reprocha con sutileza a Rodrigo que no sea patriota. ¿La razón? Dejar huerfanita a España de cargo tan importante. Si el oportunismo se convierte en caradura sólo se puede saber accediendo a un dato confidencial: ¿le avisó el correspondiente jefe de gabinete de que las hemerotecas dicen que José Luis, el incompetente, le pidió a Solana que dejara cargo tan importante para hacerse alcalde? Por pura lógica, lo que Mª Teresa ha dicho es que José Luis no es patriota y Solana sí.


viernes, junio 29, 2007

Atentos a sus pantallas, que querrán protegerles de sí mismos


Hoy en Generación Red, me he marcado un alegato. Que nos les pase nada. Métanse debajo de la cama si sienten empujados por mi huracán vengador y esperen a que me quede sin aliento. Luego ya me llaman grandilocuente. Zola presumido. Sí, claro, me meto con la tele tal y como nos la dejan conocer.


miércoles, junio 27, 2007

Duelo, Error 400 (supriman el 400)


Hace unos instantes he recibido un correo devuelto. Dicen que el usuario tiene la cuota excedida (me queda el consuelo de que el usuario existe, de que hay otros que inundan el buzón buscando respuestas). El correo decía así:
Bueno Luis: me atrevo a escribirte con miedo de hacer algo que detestes o que, simplemente, quieras ignorar.

Llevo semanas viendo el lazo negro de tu blog. Y ahora, "error400".

Tengo que pensar que algo terrible ha ocurrido. Quisiera pensar que tienes otro escondite. Pero lo que me apetece es decir que tengo un hombro, y que aguanta bien el peso de quien se apoya y que justo ahora no hay nadie más que lo necesite y que es tuyo. Releía tus textos con frecuencia. Y sabes que tengo párrafos tuyos guardados para disparar coherencia de vez en cuando contra los molinos y los gigantes.

Hasta tu regreso, el que sea.

Luis es Luis Amézaga, el creador de Diencéfalo, un enlace que tienen a su izquierda y que cuando lo pulsen... nada. Luis está también en esa patria mía que les contaba y que, puede verse, también tiene sus camposantos. El post del lazo negro se titulaba "A dios Elena". Y debajo del lazo sólo decía, te quiero

El enlace a Diencéfalo va a seguir ahí, aunque enlace al vacío. Le voy a añadir una nota que diga, "hasta que regreses, Luis". Por si un día se pasea oculto y viene en busca de sonrisas.

Actualización: consultando con la Princesa del Vértigo, me dice que no sabe nada: pero el enlace de su página funciona y no le da error 400. Algo tengo mal. Veré ahora como lo arreglo. He pasado por Optica Libre y allí sigue su nombre. Pero no cambia nada: ahí le dejo mi nota.



martes, junio 26, 2007

Soñando con la red


Acabo de subir el artículo que me correspondía la semana pasada en Generación Red. No, no es que me haya retrasado, que también, pero es que parece que en G-Red se muere de éxito y el tráfico acaba con todo. Ahí se lo dejo, un cuento sobre sueños, redes y nodos. Los amigos podrán comprobar que he soñado con ellos.



lunes, junio 25, 2007

¿Es esto el postnacionalismo?


¿O sólo una de las posibilidades?. Durán:
Yo me siento catalán, y sólo a partir de sentirme catalán me siento integrante de España. Tengo un gran respeto por España, de la que forma parte Cataluña, y por el sentimiento nacionalista español. Incluso en Cataluña hay centenares de miles de personas que también piensan, a pesar de vivir en Cataluña, que su nación no es Cataluña, sino España. Hay que ser muy respetuoso con esos sentimientos para poder exigir a la contraparte que el resto de España pueda ser respetuoso con nuestros sentimientos.
Donde Pedro José, supongo que abonando la tasa, una norma capitalista perfectamente esperable.

(Hay quien le sacará punta a ese "a pesar de". Sean amplios de miras. O no)

(Interesante: hablamos de sentimientos. De corazoncitos, esas cosas indomables)



domingo, junio 24, 2007

Generación



Acabo de aprender en la televisión que pertenezco a la generación que inventó el concepto guai y el muy superior corolario superguai. En otro sitio leí que para hacer Cuéntame con coherencia son los actores veteranos los que andan al loro (esto también lo debió inventar mi generación, decía Enrique Tierno) para que un personaje no diga guai, que no son cosas posibles en la era de la trenka mitificada y las canciones de Llach en secreto.

Soy de los que estuvo en el Calderón viendo a los Stones (los argentinos y los finos, decimos Stones, eso de Rolling siempre fue de advenedizos o de padres enrollaos) en la famosa lluvia del 82. Ya entonces se decía que eran abueletes, muy obvio en el caso de Charlie Watts, no les cuento la sensación que me produce el decrépito rostro de Mick Jagger en la televisión a fecha de hoy. Tengo un respeto proverbial por la experiencia y la edad acumulada por las personas de talento (también por la otras, pero no vienen a cuento), pero existe una cosa que se llama decadencia, cuyo ejemplo más notorio es la transformación de Paul McCartney en una abuelita de cuento.

Pero Lennon/McCartney y Jagger/Richards ni siquiera son de mi generación y me quedo turulato ante el cambio de las cosas: antes a tu abuela le espantaba el aspecto de la chica con la que querías salir y el tipo del póster que ponías en tu cuarto, el ruido de los discos en el incomodísimo mundo analógico, ese fin del mundo que hablaba un inglés primoroso. Ahora la que guarda el disco de los Stones es ya la abuela de alguien. Perdón por lo previsible: pero es que les voy a decir que ya nadie se escandaliza y que el rol irreverente de toda la ignorancia e ingenuidad de cada nueva generación, eso que sirve para depurar el mundo encanecido con el que te encuentras para reinventar las cosas de siempre (el hallazgo de toda madurez), está muerto, desaparecido o no lo encuentro... a lo mejor por viejo.

Y es triste ver que no existe una prensa bienpensante a la que le saquen de quicio unos cuantos barbilampiños quemando la memoria de Paracuellos del Jarama, la del Valle de los Caídos, la dama coja conocida como Segunda República y el vetusto aspecto de los hacedores de la Constitución española, su transición y, sin negar que el miedo existía y fue real, los relatos de abuelos recordando el taxi en el que llegaron a pactar con algún oscuro vasco, un diabólico comunista y un ultramontano ministro del régimen lo que se llamó concordia: esa tranquilidad de espíritu que respiraban Sánchez Albornoz y los otros exiliados que regresaban.

Nos toca quemar todo eso o hacernos ancianos a la espera de ver si los veinteañeros dejan de creerse que Almodóvar es un hito del siglo XX y no un escritor muy divertido que hace películas que de vez en cuando enfadan: que sea este señor el que todavía se lleve la cuota de asombro de españoles, franceses y otros consumidores de cultura a la violeta dice mucho del estado de cosas. Aunque a mí me cae muy bien y me encanta que le compren miles de entradas. Pero yo necesito ver que los mitos se derrumban.



(una ex novia mía me mirará raro y me dirá: "Berlin, tú que te pones acuoso con frases de Garci y que me quisiste conquistar llevándome a ver a Frank Sinatra..." Es que el alma y la nostalgia son cosas complejas)






sábado, junio 23, 2007

¿Alguien sabe cómo se entendían?


Blair y Zapatero en la terraza. Uno habla, el otro escucha. ¿Intérpretes tras las cámaras? ¿Le decía thank you? ¿Aprendió castellano? Me tengo que lamentar del periodismo moderno, que no resuelve estas paradojas. Porque José Luis está concentrado, muy concentrado.



(Pero sí nos llaman la atención sobre otro misterio, el de qué se habló: "¿Y el contenido? Generalidades. «No se habló de nada en concreto», confirmó un portavoz español. De hecho, por no meterse en profundidades, ni siquiera salieron a relucir las posturas contradictorias que mantenían españoles y británicos". El reportero debió preguntar por la prueba del idioma).




Mostrándose en cueros



Los malditos gemelos polacos van a ser declarados culpables de un nuevo atentado a la moral y las buenas costumbres imperantes en nuestros días, entre ellas la de mostrar el cuerpo desnudo de uno en la playa sin preocuparse por la reacción de estupor o admiración del respetable público circundante, que no necesariamente circuncidado. Dice la información que la cosa tiene más calado y es más sorprendente: la norma fue establecida por los comunistas, los extremeños se tocan, con el pequeño detalle de que no se aplicaba.

¿Estaba prohibido con Franco sumergirse en las olas preparado para sentir el roce marino en la delicada piel oculta al sol de a diario? Lo que es seguro es que en plena transición yo pude leer la noticia de cómo un cura en la Galicia de siempre se lió a garrotazos con unos bañistas que ahorraban en bañadores. Algún jurista con memoria, al rescate. Más interesante: que nos aclare si fue abolida. Uno piensa que como tal cosa era inconcebible acá y en casi todas partes, la mente del legislador no hubiera llegado a tan rocambolesco supuesto y se hubiera conformado con la penalización a los atentados a la moral y las buenas costumbres. Ya quedaba la pareja de la Guardia Civil a cargo de detectar el escándalo público, que siempre es cosa muy notoria y que se reconoce cuando se ve.

Está claro que lo de buen o mal hábito es mutante. Por ejemplo: ya nadie te dice que te quedas ciego por la manipulación del apéndice pellejoso que ostentan los varones entre pierna derecha e izquierda. Nunca escuché que las mujeres perdieran la vista por exploraciones similares y me queda la terrible duda de qué les decía su mamá de tan perniciosa costumbre, si es que a confesarlo se atrevían. Se ha de reconocer que la española ha mutado mucho sus buenas costumbres, y no tiene inconveniente hoy día en mostrar esa ropa interior procedente de Brasil, y tan de moda, en la que la visualización de nalgas y tentaciones es moneda corriente (entre mis amistades masculinas esta nueva buena costumbre se percibe a partes iguales como maravilla del mundo moderno y como tortura psicológica, digamos la verdad).

A todo esto lo que pasa es que los gemelos polacos son un verdadero coñazo, en la página de David Ballota se corre con el culo al aire y yo le debo un artículo del que espero que pronto me llegue la iluminación, porque esto es lo único que ha salido hoy de mi pluma, que es como se decía antes.



P.D.: Y si me preguntan si tengo buenas costumbres les diré que sí, que no me inquieta que señoras y señoras desconocidas no se atrevan a confesar que me han echado una mirada, aunque sea de espanto. Lo de los polacos se puede ver de varias maneras, porque hacer cumplir la ley suele ser una obligación y porque las playas nudistas de verdad no las han cerrado. La duda es si van a poner el mismo furor en ello que en defender su poder votante en la UE, que yo no sé por qué se meten con ellos si hacen bien. En lo de lo de defender los intereses del país, digo.


P.D.2 (urgente): Me dice Juanito, Sartine, que los viejos luchadores por una playa en bolingas son, existen, tienen nombre y apellidos y que botarán de entusiasmo al ver sus nombres aquí, en Noches Confusas, este espacio para la épica. Se llaman presuntamente Pedro Arias Veira y Miguel Cancio. Debo advertir al señor fiscal que el culpable de esta violación de intimidad es el reputado escritor gallego que he mencionado y que tengo pruebas para mostrárselo.


lunes, junio 18, 2007

Abuelos, fútbol y el portero de mi casa



Gero se me acercó muy entristecido y se sentó conmigo en el muro de piedra que hacía de valla frente al portal de mi casa. Miró la portada del Historia y Vida que leía y me dijo: "Berlín, ¿por qué lees cosas tan tristes?" Eran tiempos en que una revista tan sesuda se vendía en los quioscos y a la que creo que mi padre estaba suscrito: seguramente, al hablar de historia con carácter científico, se podía hablar de la guerra civil y hablar de la guerra civil era una manera soterrada de hablar - mal - de Franco.

No le recuerdo vestido diferente que con su mono azul. Yo ya tenía que ser un niño repipi y en vez de jugar a las chapas me bajaba a la calle a leer artículos de milicianos y requetés, a mirar fotos grises de hambrunas y sueños rotos. Gero era el portero de mi casa, hasta que un presidente de comunidad francés que quiso importar modernidad impuso el portero automático y Gerónimo fue enviado al exilio. En alguna casa de Vallecas, porque era de Vallecas, como mi abuela bolchevique, pasó algunos pocos años más, creo que no muchos y murió. Quise creer, o es mi memoria, que fue de tristeza al terminar sin nada que hacer y sin su portería.

Un día Gero habló con mi madre, me dio un bocadillo de tortilla francesa y me llevó a ver al Atlético Madrileño. Al precio del fútbol, ver a los filiales era como comer sucedáneos de caviar, una manera de paliar la estrechez. Un día sin saber por qué le dije que era del Real Madrid y se llevó el disgusto de su vida y me recordaba una y otra vez que él no se merecía aquéllo después de haberme llevado al Calderón, primera vez que yo entraba en un campo de fútbol. El sin saber por qué es una cosa que contaba Garci, que te haces de un equipo de niño sin razón aparente y lo eres toda tu vida. Sólo pienso en una razón: de mi abuelo, que sanguíneamente era mi abuelastro (el otro, el de verdad, fue fusilado, como el de Zapatero, algo que era una realidad presente, porque todo eso era cotidiano en las voces bajas de las casas), se contaba que un tío o un padre suyo había sido de los que habían fundado el Real Madrid, en una época en que antes de jugar el partido los jugadores llevaban los postes a hombros. Nunca supe la realidad de aquéllo: él era valenciano e insistía en que su segundo apellido no era puch, sino puig. Es decir, puij.

La tía Rafaela, que era hermana de mi abuelo y no mi tía, era una privilegiada por el Real Madrid. Era secretaria de no sé qué ministerio, pero tenía la potestad de poner arriba de la pila de expedientes para poder poseer un coche el de aquél que fuera lo suficientemente amable, porque hubo un tiempo en que había que solicitarlo, no bastaba con comprarlo. Así que creo que gozaba de entrada para un gimnasio que había para los socios y de alguna cosa que tenían en Aranjuez para el descanso y el esparcimiento. Seguramente es parecido.

Suelo hablar de abuelos con Mapuche. De lo que te enseñan y la tradición que conllevan. De lo que condiciona. Berlin Smith pone el acento en librarse de los condicionantes emocionales de los abuelos. Mapuche reivindica el mensaje de pequeños ritos que la antigüedad deja en nosotros. Supongo que ambas cosas son inevitables y necesarias por sí mismas. En casa de mi abuelo había un cenicero que ponía: "Aquí vive un abogado". No fue notario, y creo que trabajaba para Pío Cabanillas, q.e.p.d., y la historia de la familia dice que no lo fue porque, siendo excepcional y excepcionalmente inteligente, era demasiado lento para triunfar en una oposición tan terrible como esa. Él me enseñó a jugar al ajedrez. Yo me confundí al no querer ser abogado como él y nunca tuve la pasta para ser buen jugador de ajedrez como lo fue el padre de mi abuelo: un conocido tratadista de su época.

Ha ganado el Madrid. Y yo me he asomado por la ventana a ver pasar a los eufóricos y he vuelto a sentir la zozobra que me producen las masas, el temor y el desconocimiento de cómo comportarme. Perros con bufandas blancas, el olor a cerveza esparcida por el suelo (con su recuerdo al final de malas borracheras) y banderas de orgía. Gritos de venganza, mucho menos terroríficos en su tono y solemnidad que los de las patrias en marcha, imbéciles con petardos y alegría indisimulada. En el Avui a esta hora de la madrugada la gente se insulta en catalán y castellano y se profieren grandes venganzas verbales. Me hace sentir mal pensar que todo esto puede ser por cosas de los abuelos y los vestigios que dejan en el hablar de la casa. La mala educación coexiste con la cortesía, como el bien con el mal. A los abuelos ya los conoces débiles y entrañables y te cuesta pensar que fueron tan jóvenes y machos como los que ahora vociferan debajo de la ventana.

Todo hombre termina mutando en abuelo. Y hay cosas que no pueden olvidar. Mis padres ya mutaron a abuelos y es ahora cuando aparecen historias y preguntas que en su día fueron silencios o, simplemente, materia no hablable, por innecesaria o por obvia. Sólo hoy descubrí el drama de Gero, un homosexual encubierto, de quien todo el mundo parecía advertir la inmersión de su ahogo en un temps, un païs que no eran el tiempo que tenía que haber vivido. Sólo hoy sé que mi abuelo no sólo murió con el hígado inflamado destrozado por su consumo de alcohol, sino que dejó de dormir con mi abuela muchos años antes de morir: cierta vez, mi madre tuvo que detenerlo al entrar en su cuarto cegado por la bebida. Llevo su nombre, amé sus abrazos y hube de descubrir que llevaba dentro, como cualquier otro hombre, su tragedia. Recordar a los abuelos debe ser, quisiera creer, un mirada a la existencia para reducir el efecto del mal. No es la tierra de tus padres la que tienes que defender, sólo es tu propio futuro.



P.D.: ¿Y yo para qué iba a hablar de lo bonito que es ganar la Liga? Ah, acelerones efímeros de adrenalina. Sé que tengo un amigo entristecido de verdad porque le ha tocado el lado del perdedor. Na, ya no me divierte. Pero que no lo sepa.



domingo, junio 17, 2007

Hoy recomiendo...


Darse una vuelta por El País y leerse el análisis sobre el socialismo del siglo XXI que realiza Marito Vargas Llosa. El buen Vargas lo que en realidad efectúa es una descripción de lo que el periodismo brasileño está narrando. Como era de esperar, lo cuenta muy bien. También la conclusión es lo que sabemos que va a ocurrir con Chávez: la misma mierda del socialismo del siglo XX, con perdón:
¿Qué llevó a millones de venezolanos a votar tantas veces en los últimos años a favor de Hugo Chávez? La corrupción que corroía a la democracia y la incapacidad de ésta para reducir la pobreza y las inicuas desigualdades sociales. Pero, en vez de optar por una alternativa libertadora, se pusieron la soga al cuello apoyando una política que ha triplicado en cinco años la criminalidad en el país, disparado la inflación, derrocha los recursos públicos financiando el extremismo marxista en todo el continente y manteniendo vivo al semi cadáver cubano. Pero, sobre todo, a un régimen que ha añadido nuevas y más perniciosas formas de corrupción a las varias que el país arrastraba. Ahora, el comandante Chávez sabe que su impopularidad crece cada día y por eso se apresura a cerrar los escasos espacios que quedan en Venezuela para denunciar sus atropellos. Lo ocurrido con RCTV es sólo el comienzo de un proceso que, como en Cuba, acabará por poner todos los medios de comunicación venezolanos bajo el control del Estado, salvo, tal vez, dos o tres excepciones, empresas supuestamente independientes -parece ser el caso de Venevisión a juzgar por su ominoso silencio frente a la clausura de RTCV- para mantener la farsa del pluralismo informativo. Pero, a juzgar por la gallarda reacción que esta medida ha provocado en el medio estudiantil y popular que antes apoyaba al régimen, este episodio podría ser también el principio del fin de la revolución chavista.
Inshallah.




Cuentos de espías



Mr. Wormold, que vende aspiradoras en La Habana, es abordado de improviso y convertido en espía por un agente de Su Majestad Británica. Al igual que bellas mujeres son abordadas en las aceras por hombres seducidos de súbito por una anatomía electrizante y corren para entregar su tarjeta de cazadores de talentos, otro tópico de la novela de intriga, policíaca o de espionaje, es el del hombre corriente confundido con un criminal o convertido en héroe de papel inesperado.

El vagón se detiene en mi estación. Es seguramente un mecanismo perfectamente desarrollado por el lector de transporte público el cesar la lectura en el lapso brevísimo que transcurre entre la parada del tren y la apertura de puertas, cerrarlo con su correspondiente señal, recordar el párrafo en el que obligatoriamente las cosas se han quedado, poner el texto a buen recaudo y salir.

Con un pie prácticamente en el andén un hombre de más edad que la mía, más redondo, más encanecido y con la misma sonrisa que yo me interrumpe el paso: "Perdone, ¿qué autor está leyendo?" Me hubiera quedado con él departiendo sobre literatura un rato. No sé si es un sentimiento generalizado y no es deliberado sino automático, pero me produce cierto orgullo o sensación de éxito que alguien sereno se interrogue sobre mi lectura, ¿será otro acólito? ¿otro hermano? ¿un compatriota de la extraña patria de los que comparten un mismo libro en sus recuerdos?.

- "Graham Greene", respondí de forma automática.

Las puertas se cerraron, yo continué sin ningún tipo de duda el camino a mi transbordo y el tren marchó. Sólo entonces me hice la pregunta de por qué me preguntó por el autor y no por la novela. ¿Qué identificó leyéndome por el encima del hombro? ¿Leía inglés? Me apliqué el síndrome de peliculero o lector de relatos y me dije si no era una detención para distraer mi atención y sustraer mi cartera o mi teléfono, para ponerme una marca o para que otro me siguiera. Me palpé el cuerpo y todo seguía en su sitio.

Leía El Factor Humano (oh, perdón, The Human Factor) y estaba sometido todavía a los rescoldos de Our Man in Havana. Todavía sigo pensando qué clase de conversación hubiera tenido con el hombre más redondo y más encanecido que yo.


P.D.: Los enlaces se refieren al escondite que empleo para las lecturas en túneles y noches.




viernes, junio 15, 2007

Autores rebeldes en contra de Berlin Smith


Nuevo artículo en Generación Red, una réplica pirata a las observaciones que varios, sobre todo Nacho y Rafa Herrera hacían sobre mi invitación a liberarse en la red y hacerse artista.


Y así podría empezar una novela


Los inuit siempre lo dijeron y lo supieron: las ballenas viven el doble que los hombres



Una noticia de El Mundo lleva a ensoñar con Melville y Moby Dick como argumento literario a lo que es más fascinante como hallazgo biológico y anecdótico: una ballena aparece muerta con un arpón fabricado en 1880. Como mínimo, buen periodismo: el lead invita al lector a seguir hasta el final.

Es de pago, donde Pedro José. Si hay aclamación popular, lo copio. También pueden ensoñar y recrearse con esta pieza de Orson Whales:






miércoles, junio 13, 2007

Pincho en el corcho una de Arcadi


"La industria cultural (comprendida la mediática) está basada en la guerra civil, y entiéndase tanto en sentido recto como metafórico."



Tal cual, sugiéranse ustedes mismos palabras en favor, en contra, del derecho y del revés; implicaciones y supuestos. Y a seguir viviendo.

(el original, aquí, por si les mata la curiosité)




Elogio del esparadrapo



Érase una vez un profesor de filosofía español, vecino de una pequeña localidad alemana y empleado por su reputada Universidad. Si tuviera que describir al personaje le daría tres trazos: listo, intelectual - por supuesto - y un tanto mangante.

El hombre tenía entre sus intereses el estudio de la creatividad y la innovación. Era un profesor de filosofía, así que está centrado en definir y saber qué es eso de la creatividad y no en políticas industriales en socorro de socialistas despistados con el origen de la creación de la riqueza de las naciones. A él, estudioso del fenómeno, le gustaba empezar sus conferencias en España provocando al respetable. Muy taurino él, preguntaba al público su opinión acerca de quiénes podían ser considerados más creativos, si los españoles o los alemanes.

En el país que proclama su orgullo por los Velázquez, los Goya y los Picasso al tiempo que culturalmente reivindica en forma de ingenio el arte del engaño y la proverbial improvisación convertida en flexibilidad a la hora de gestionar métodos y procedimientos, los asistentes se hacen la ola y proclaman con orgullo que son, precisamente, los españoles los más creativos e ingeniosos. Me pregunto qué diría Chiquito de la Calzada.

El astuto profesor recitaba entonces el número de patentes registadas en Alemania año a año y el que siempre tenemos por magro número de patentes carpetovetónicas, número del que desconozco el resultado una vez descontadas las patentes vascas y catalanas si tal cosa puede analizarse estadísticamente. La sensación de ridículo ibérica era siempre compensada por el público con la duda proverbial y el desconcierto conceptual: resulta que ser creativo no es únicamente pintar cuadros. Y eso que el imaginario se olvida de que Alemania es el país (bueno, una cultura repartida en varios países históricamente) de la filosofía, la ciencia y la técnica, y que si consideramos a los austríacos como alemanes (que ellos me perdonen) el resultado de las contribuciones de los hablantes de alemán al progreso y la innovación mundial es bastante rotundo. Y está Beethoven, al que todos conocen, no se crean.

Introducida la duda en el lector acerca del potencial creativo intrínseco a todo Pepe que va a Alemania y con un cordel arregla lo que no está en el manual de operaciones de la fábrica, les diré que las fuerzas vivas que velan por la integridad de la identidad española han estado muy poco creativas últimamente. Seguro que los lectores de prensa deportiva han sonreído muchas veces ante las noticias de deportistas que ocultan con esparadrapo los logotipos de las casas comerciales que les patrocinan cuando por otro compromiso no está permitido que aparezca el rival empresarial. Juegan con la camiseta con la que cumplen el contrato pero no aparece la simbología que arruinaría el contrato de los otros.

Por eso no entiendo como a ninguno se les ha ocurrido añadir, con buena mano costurera, unos esparadrapos al nombre "España" que pusieran "resto de" en la camiseta de esos bravos defensores de la patria que son los futbolistas de salón que se rasgan las vestiduras por jugar contra otros bravos defensores de la identidad catalana por encima de todo. Salir a jugar con el nombre "Resto de España" con esparadrapo le hubiera dado un toque inteligente, bien humorado, desdramatizador y no agresivo a los que están definitivamente preocupados por la necesidad de que España sea una cosa determinada: nadie podría verla como una identidad temible, se vería a gente con ingenio y cintura para hablar de las cosas que nunca se quieren hablar. Ya saben: ¿tiene la gente derecho a decidir su corazoncito? ¿cómo se regula ese derecho cuando hay corazoncitos en litigio? Patadas futboleras aparte, parece que no estamos dispuestos a pegarnos por ello, así que desde la razón, las buenas palabras y la búsqueda de la ruptura de los caminos trillados - tan cansinos - los defensores de la nación española tal y como nos la presentan debieran encontrar caminos para que se la vea divertida y atractiva. Digo yo.


(Pero ahora es cuando me dirán que si el totalitarismo nacionalista, la equidistancia y las traiciones y todas esas cosas; que si el pesado de Tardà y el tontorrón de Carod. Es que unas cosas no quitan otras, oigan).




domingo, junio 10, 2007

Revisiones del diario independiente



Los viejos del lugar, aquí en Noches Confusas, recordarán que en pleno ataque de furor blogosférico y repleto de la soberbia que me es propia en este anonimato tan dañino que me permite internet, un servidor de todos ustedes creó una página llamada El País, revisado. Ahí sigue a la izquierda para que pinche el que quiera pero interrumpida tiempo ha: simultanear varias páginas con consistencia requiere tiempo y cordura y me parece que no tengo ninguna de las dos.

El defensor del lector de El País, a quien le remití información sobre la existencia del artilugio, llegó a responderme y agradecer el respeto con que les trataba y mi derecho a la crítica. La verdad que alguna cosa me quedó bien. Ahora, en pleno plan de reconquista de la red anunciado por Cebrián, ese oráculo que resume tan bonito todo lo que lee y le cuentan al oído, han creado su propia comunidad de blogs. Y Berlin Smith, incapaz de renunciar a todo lo que es gratis y a oportunidades de engrandecer su ego, prestigio e influencia en la sociedad digital, se dedicó a trastear con la idea de dar de alta su blog, el presente, en el espacio de PRISA, algo así como meterse en la boca del lobo y jugar a provocador o a incomprendido, papel que me va. Estoy seguro de que Carlitos mirará esto con lupa y lo mismo hasta me jalea.

Así que lo que hago, que pueden mirar ustedes mismos, es recopilar todos mis posts en un sitio a ver quién viene a verme: sólo pongo un párrafo y un enlace. Como añadido, hoy no me he podido resistir y me he metido con el editorial de la Verdad Española por una Sociedad Avanzada (V.E.S.A.) que creo que es como quieren cambiar de nombre ante la crisis de mercado de la prensa de papel. ¿Me darán de tortas o ganaré reputación en plan Gallardón? La indiferencia en medio del océano electrónico, lo probable.

Una propuesta gamberra: hagan todos los críticos con V.E.S.A. y el estado de opinión imperante lo mismo que yo e inundamos de blogs de procedencia filofascista la casa de la libertad, el bastión de los derechos.

Mis observaciones regulares del log: un saludo a Cerecinos Del Carrizal, cerquita de Zamora, desde donde compruebo que me visitan con frecuencia.




sábado, junio 09, 2007

Es perfecto


A la par que sintético y fino: un decálogo más coda ("Una historia del proceso") de El Festín de la Araña que responde a las incógnitas de Encallados.

Sigue en gayumbos, Paolo, que atinas.


viernes, junio 08, 2007

Artistas a mogollón


Acabo de publicar un nuevo articulito para Generación Red. Mis amigos artistazos deben pasarse y enmendarme la plana: Sartine, Nacho y la Sra. Móbile son directamente los provocados. Mapuche me echará una charla para que me aplique el cuento. El resto, que se lo apliquen a ellos mismos.






Objeciones trabucaires



Ah, ese párroco militante que lanza sus fauces intelectuales contra esos pobres ninios que enviados por sus padres a ese sacrilegio de la educación de la ciudadanía serán vetados en no sé qué y en no sé cuál. Pues yo, abogado del estado laico por obra y convencimiento, le digo: como que casi tiene razón. Diría que sin el casi, pero no me queda más remedio que decirlo.

Hay razones para ello: a) es una gilipollez y da mala prensa a la Iglesia b) dado el carácter jerarquizado de curas y obispos, no parece muy allá que tome decisiones por su cuenta y riesgo de este calado. Pero si nos olvidamos de que no es quien y lo tonto que es como estrategia, pues no es que le dé la razón, sino que tiene todo el derecho. No entiendo que nadie que abogue por el estado laico y la separación de las iglesias de nuestros gobiernos y libertades públicas deba ni siquiera inmutarse lo más mínimo porque una organización privada tome sus decisiones acerca de quién es y quién no es miembro o quienes pueden servirse de sus beneficios: allá ellos con su clientela.

Así que escándalo poco, indignación cero. Y si es usted partidario de que los sacerdotes de todas las especies se dediquen pacíficamente a gobernar su rebaño y no a otras cosas, que no quieran en su casa gente que incumple dogmas o preceptos que entienden como sagrados (y que yo puedo pensar ridículos, pero que no me obligan) pues es como el que pone un club de fans: se supone que te gusta Bisbal, así que si adoras a Enrique Iglesias, no te quejes si te quitamos el carné.



P.D.: una campaña generalizada de este tipo sí pudiera poner en apuros a los romanos: ¿Y si va la gente y no hace caso? Pero como es una gilipollez y una salida de tiesto, no lo harán.



Encallados



A Iñaki le gusta preguntar directo, no sabemos si en un ejercicio de forzada independencia o cumpliendo su deber. En todo caso, no he visto un periodista más directo con un presidente del gobierno en televisión que el malvado Gabilondo: "¿Organizó usted el GAL?" Y Felipe sacó lo mejor de su talento para sostener el gesto y reaccionar con rapidez. "¿No tiene dudas de que el PP tiene razón al decir que ETA se ha burlado de usted y ha utilizado este periodo de tregua para rearmarse?" Es una buena pregunta para José Luis: de la respuesta, que se juzgue al preguntado. Si el entrevistador deja vivo al entrevistado cuando no se responde con claridad, entramos en terrenos más escurridizos: a veces la obviedad basta para no decir más.

La segunda pregunta da lugar al mensaje que se nos quiere repetir desde las versiones oficiales de la decepción de la paz de Godot, esa que nunca llega: no se cedió, por eso encalló. "ETA planteó objetivos políticos que yo nunca admitiré mientras sea presidente del Gobierno". Como uno es miembro de esa cosa tan sobrevalorada como es la blogalaxia ha de cumplir su rol: desmenuzar las cosas para ponerlas en su sitio de la forma en que los medios tradicionales y oficiales, tan educados ellos, suelen tener pereza en hacer. José Luis está resultando ser un político muy torpe, muy sectario o las dos cosas. Y les pienso explicar por qué tiene sentido lo que digo, que no sea un exabrupto al sol de Iberia.

Si la oposición hubiera tenido claro que no se iban a admitir determinados objetivos políticos, ¿por qué no la convenció desde el principio?. Es de mal estadista cargar la agenda política con asuntos que requieren unidad aunque no guste (pues hay asuntos que requieren de la continuidad que suponen los cambios de gobierno) a costa de, precisamente, la unidad: el PP puede ser poco bueno (que no lo sé o no estoy seguro) en sus apoyos al primer ministro, lo malo para el primer ministro es que no siendo esto Venezuela necesita a la oposición. Es la pega de tener que dar cuentas.

Iñaki, al final, tampoco ha hecho su trabajo del todo. Porque la pregunta evidente era ¿desde qué momento le dejó usted claro a los representantes de ETA que no habría contenidos políticos? Uno tiende a pensar que si eso estuviera claro desde el principio, el cuento de la paz universal no hubiera durado nada. Lo malo para José Luis es que lo primero que hizo saber Aznar a través de sus emisarios es que las cuestiones "políticas" (es decir, derecho de autodeterminación, la territorialidad eusquérica y todas esas cosas que se piden a tiros) no eran de su competencia. Y la tregua trampa se acabó. José Luis plantea una excusa: "Teníamos que aproximarnos para intentar verificar, no me hubiera perdonado no intentar verificar, contactar. ¿Cree que algún presidente se podría permitir el no intentarlo? Sería un irresponsable como español y como presidente del Gobierno." Ya salió lo de la irresponsabilidad cuando no se está de acuerdo con un gobernante socialista.

Aún cuando el resto de preguntas de Gabilondo son directas, necesarias y, en definitiva, son las que hay que hacer ("¿Es optimismo o ceguera, cuando empiezan a llegar señales que usted no parece percibir. Cuando aparecen etarras disparando al aire en una campa, y al mes siguiente roban 350 pistolas. No eran señales suficientes?") siempre se puede pensar que se ponen a huevo para que José Luis se luzca. Yo, simplemente, creo que Iñaki prefiere dejar que se expliquen sin agobiarles repreguntando. En ello, se deja en el aire otra cuestión evidente: ¿cuánto se tarda en comprobar si esa intención es real? Iñaki le llama educandamente naïve y el tipo sólo responde con evasivas: "En la tregua de 1998 había kale borroka y se mantuvo la expectativa. Lo reitero, si había una mínima oportunidad, mi deber era intentarlo."

En matématicas cerrarían el periplo de Zapatero con aquello de q.p.d. Queda pues demostrado: el llamado proceso se ha conducido con una incompetencia sólo posible si se tiene una visión sectaria: lo haré yo sin el PP (Josu Jon le advertía de lo contrario), no he sabido unir a la oposición, he insistido en arroparme en una facción de ETA que parece dispuesta a romper pero a la que he evidentemente yo (¿y Eguiguren?) hemos sobrevalorado en su poder. Y, para hacerlo, he tratado de engañar a todos, haciendo creer a ETA que iba a hablar de política mientras ganamos tiempo y sin que el PP, al que no le queda más remedio que convencer, se enterara: llorar porque no me han apoyado (¿desde cuándo es obligatorio que la oposición apoye al Gobierno?) es como llorar por Granada.



martes, junio 05, 2007

Oda a la paloma (de la paz)


Se equivocó ETA, se equivocaba. Y yo que a la equivocación le llamo crimen.



A vuelapluma


Pedro José se queda solo diciendo en la COPE que la actitud no es llamar a José Luis felón ni traidor. Ni siquiera que lo sea. Y yo estoy de acuerdo con él. En prueba de que no estar de acuerdo siempre con las peculiaridades de un personaje, o no siendo ignorante de sus defectos y miserias, no impide que otras veces se coincida. José Luis es un incompetente y tener razón ahora (si es que se tiene) no es una razón, nunca lo es, para la caza de brujas y el sectarismo en respuesta al sectarismo. Otra cosa es el juicio político y su responsabilidad, que se mide en dos cosas: sus decisiones para conservar o preservar sus cargos y el voto del pueblo presuntamente soberano.

A cantar y no a tararear



España ofrecía (¿ofrece aún?) una de las mejores oportunidades del mundo de acabar de una vez por todas con el nacionalismo de alharaca y pandereta y puede que el otro también: una bandera que no quiere casi nadie y que por mucha defensa que se haga de su constitucionalismo siempre es sospechosa, un himno nacional sin letra (una marchita de soldados que cogieron los reyes) y, con un poco de imaginación, una reforma constitucional que suprimiera los idiomas oficiales y obligatorios y lo tendríamos: toma republicanismo cívico y democracia del siglo XXI. Nada de rasgos distintivos de la raza o la cultura propia y superior: ciudadanos con voto y leyes.

La innovación es algo, como nos repite tanto gurú de servicio de estudios, no muy propio del carpetovetónico, ladrillero y desconfiado de la ciencia, así que me desengaño ya y asumo el conservadurismo mental estructural del habitante de Iberia en todas sus versiones idiomáticas e identitarias. Así que en este renacimiento de los intentos por encontrar pegamento emocional sin águilas ni matamoros que una a estos habitantes antes maltrados por la historia, y hoy insatisfechos señores de barrigas llenas, eructos de buena mesa y vacaciones en el Caribe, a nadie se le ocurrirá caer en las garras de la frescura, la popularización (esa cosa necesaria para hacer naciones) y, sobre todo, en el país de las listas cerradas en todos los órdenes de la vida, la verdadera voluntad popular.

Es verdad que siempre aparece un compositor y un poeta que da en el clavo, lo que sucede es que no es fácil dar en el clavo. Por eso los himnos antes de ser himnos son canciones que todo el mundo quiere, las de poetas y músicos de martillo certero (generalmente, afortunado), y no los intentos de encontrar nervios a las masas: el patético episodio de Leguina y el himno de Madrid lo explica todo y bien podría servir de lección a todos los que buscan, no sin lógica y hasta honradez, que los deportistas (vaya, los únicos españoles de a pie que han de serlo, porque se pasan la vida compitiendo con lo único que un español tienen claro: quiénes no lo son) tengan algo que decir cuando salen al campo: seguramente enardecidos de sentimiento ante una buena letra, puede que la selección española de fútbol gane algo, con lo que definitivamente se habría construido una nación. Tiemble el PNV.

Estaba esa cosa de Pemán tan azul y falangista. Es otra prueba, la gente no lo ha comprado ni lo lleva en sus corazones. Propongo dos soluciones: elegir Mi Querida España, de Cecilia, que cae bien a todo el mundo, es pop, tiene una letra neutra, se manda al cuerno a la realeza y su boato del tachunda (también, vaya arreglitos que tiene el pomposo himno nacional) y se tiene que cantar estupendo en un campo de fútbol todos a pulmón. Segunda solución: que Antena 3 (la cadena más adecuada para esto) organice un show con votación popular para elegir la canción que debe ser el himno nacional. Se corre el riesgo de que salga Bisbal o, para delirio de Losantos, que ganara Ana Belén y la España Camisa Blanca de mi Esperanza.

Y si no se consigue consenso, dejemos que lo elijan fuera. No en vano Américo Castro ya decía que el nombre "español" para designar a los del sur de los Pirineos lo pusieron los no españoles pues los de aquí no se hacían llamar de esa guisa. En ese caso, ganaría Manolo Escobar y Que Viva España. Mejor lo hacemos nosotros o pasamos del todo, ¿no?.



P.D.: Dios Guarde a la Reina se tiene como himno nacional de los británicos. Parece ser que no hay ley a tal efecto y que la tradición ha hecho todo. Siendo de letra muy divina, hay una frase indicativa: May she defend our laws, que la Reina defienda nuestras leyes. Los de los deportes, que buscan una letrita que no enfade, ya tienen una sugerencia. O que sean más creativos: que España presente en las competiciones deportivas un himno diferente al estatal. Ya dijo Maragall que había que inventar un nombre para el resto de España y los Juegos Olímpicos.




sábado, junio 02, 2007

Berlin Smith, regenerado



David Ballota, amabilísimo conmigo (servidor siempre se sorprende), me ha invitado a formar parte de los autores de Generación Red, que se estrenó ayer. Yo, que tengo un ego desproporcionado y con tendencias narcisistas muy pronunciadas jaleadas incluso por alguno de los habituales, no me he podido resistir. Así que me regenero y acepto escribir (¿era una vez a la semana, David?) en ese juguete maravilloso renacido que es Generación Red. El amigo Freire anda por ahí sobrevolando también y eso me estimula aún más.

Ya pueden leer la primera, una cosa sobre el riesgo, caperucita roja, internet y la política con la excusa del periodismo que se practica habitualmente. Como siempre, me dejé alguna coma o alguna frase inmensa que quita el hipo (Mapuche me va a masacrar con mis excusas), pero es que todavía no tienen la maquinaria lista para que entremos solitos y tenemos que hacer esa cosa tan antigua de mandar el artículo al editor. Pero se resolverá, eh, que están en ello.

Bueno, y seguiré aquí, claro. Haciéndome el interesante.


P.D.: Por cierto, David, el Mapuche Albert es carne de Generación Red, puede contarnos muchas cosas de animalitos, redes sociales y el gobierno que nos espera. Y sueña, léalo aquí.


Esa mirada positiva...



El taxista se me puso nostálgico y me contaba muy convencido lo que echaba de menos aquélla otra vida, la del pasado, donde todo era más simple y la gente más buena. Por edad, llevaba pintado en la nostalgia al país del tricornio, la sotana, los señores de fino bigote negro, la boina y ese aroma a Carpanta como arquetipo de la búsqueda de la vida. Qué gris: no había más remedio que idolatrar a David Bowie, pero mi taxista no se enteró. Mi tío, que sí quiso ser Bowie, anda preocupado por la sociedad que deja a sus hijas, ahora que recién se jubila. Espléndidamente, debe decirse, hay chollos del estado que producen vergüenza ajena. Es mi tío, así que no voy a aguarle la fiesta. Esto son dos días.

Entre ambos dos he sufrido uno de mis proverbiales ataques de optimismo:

  • Hoy subirse a un avión es como irse antes en tren. El avión era una cosa lujosa y el viaje iniciático algo singular en la vida de todo hombre (mujer). Compárese con Vueling, sin ir más lejos, y pregúntese qué fue del glamour.
  • Antes tener los discos de Bowie era un lujo complejo, deteriorable, que producía envidia y agradables tardes de acariciar portadas. Ahora lo bajo de la mula y está todo para mí enterito. No se crean, yo ya soy algo antiguo: me ha costado acostumbrarme a que las emociones digitales funcionan de otra manera.
  • Seguramente debía darnos más oportunidades de hacer vida, pero en aquél entonces nos parecía un tedio y un cutrerío horroroso aquél canal y medio que empezó a ponerse en colores con Bahamonde de cuerpo presente y queríamos muchos más, como en el extranjero. Hoy no solo veo casi cualquier canal del mundo en alguna paginita de internet, sino que hasta me lo invento yo.
  • Cuento como veinte salas, así de memoria, donde puedo ver las pelis en inglés, francés, chino (por supuesto) y a veces farsi o vietnamita. Eso eran cosas de progres que iban a París o de Woody Allen. Hoy, efectivamente, me permite ir de culto, pero pasa desapercibido.
  • Sólo recuerdo que hubiera tres sitios en que comer pizzas en Madrid. Muy buenas, por cierto. Algunas chicas estaban preocupadas por su pronunciación de pizza para no decir picha, que hubiera quedado muy ordinario. Es que hubo un tiempo en que decir tacos por la tele era un escándalo y en el cine daba risa. Hoy, la presentación pública del coño de la Bernarda sólo desata los deseos de emulación de más Bernardas. A veces incluso para bien. O mayor solaz. Del número de pizzerías presentes es una tontería hablar. Sólo que ahora hay muchas malas, además de las buenas y regulares. Y que dan más cosas que pizza.
  • Es incluso más divertido: gracias a Casa Tarradellas, puede que mis sobrinos piensen que la pizza es un genuino producto de la Cataluña tradicional. O sea, la única existente.
  • Si decía "papá, mira, un negro" no sólo volvía la cabeza sino que me recordaba lo feo que era señalar. Ahora la cuestión es encontrar aviones para mandarlos de vuelta. "Oiga, Berlin, que usted hablaba de optimismo". Efectivamente, es que vienen muchos porque tienen qué comer.
  • Si de exclamaciones hablamos, no vean las que generaba un Mercedes. El Mercedes, salvo dispendio monstruoso, es cosa ya de pescaderos. Ahora miramos al Ferrari ese que solía (¿sigue?) estar en la puerta del Hotel Arts de Barcelona. Aquí también hemos mejorado: en Madrid ya he visto dos de dos señores diferentes a los que no les importa que les llamen fantasmas. Aunque algún gilipollas muy musical se llevarán: las aceleraciones del bicho en los reducidos espacios que deja el tráfico capitalino dejan la exhibición demasiado ostentosa.
  • El Presidente del Gobierno sigue sin saber inglés, pero Esperanza, que viene del Instituto Británico (lugar que sacaba muchas chicas católicas muy currantas, se lo digo yo), no para de montar colegios públicos bilingües. Hay margen de mejora: como dice que es liberal, podrá privatizarlos. Otro más: ella se regodea en que su victoria tiene mucho que ver con la incapacidad del presidente que no sabe inglés y yo lamento que la propaganda no permita haber analizado este aspecto de su política educativa por la oposición. De nuevo: ¿y dónde está el optimismo? Coño, en que Simancas no gobernará nunca.
  • Antes teníamos horarios y que fichar. Y que echar typex o comprar gomas de borrar. Ahora tenemos internet. De la edad de piedra a Marte.
  • Antes te decían muy serio que colgaras el teléfono, que es caro, niño. La idea de una llamada a provincias era inconcebible ni como la mayor travesura. Hablar con mis amigos de Boston, hoy, es gratis. Era tan curioso, que para ahorrar, me pasé cuatro meses de mis años mozos haciendo que trabajaba en un país del Caribe sin llamar a casa. Cuando regresé sólo se rieron de mí: mi acento había cambiado. Claro, por no poder hablar por teléfono. Se hubieran reído antes de volver.

Es evidente que tienen que recomendarme que me ponga a tener hijos. Estoy seguro de que tienen un mundo mejor. La vida no es de color de rosa, qué va: pero qué bueno nacer ahora, ¿no?. Habrá quien se lamente de que otros no han conocido la escasez. Pero yo pienso: qué suerte tienen mis sobrinos, llorarán por estupideces en vez de por cosas serias.


Nuevas curiosidades del log: Registro una entrada desde La Habana, Cuba. Por gracia de Google, alguien ha tecleado "el blog de Norberto Fuentes" y le han servido a este canalla. Relámense con cualquiera de las dos posibilidades A) Se trata de un heroico resistente que se juega el tipo para saber qué dice el mundo (oh, benvingut, passeu, passeu) B) Es el malvado servicio secreto a las órdenes de Raúl Castro fichando enemigos de la patria y peligrosos contrarrevolucionarios (oh, mi granito de arena a la subversión). By the way: pueden pasarse por la selecta página de este blog que da lugar a esta aparición y felicítenme porque el lector ha decidido pasarse nada menos que cuatro minutos y tres segundos en este mi sitio. Y ha visto tres páginas. Vamos, vamos, que la mayoría sólo pasáis por aquí.


Referencia artística: ¿Están de acuerdo en que merece ser citado el fotógrafo, verdad? Se hace llamar DivinoZarathos y está en Flickr, claro. Por cierto, esta otra también hubiera quedado muy bien (se llama Vlcatko, el autor):




viernes, junio 01, 2007

Otra derrota política postpuesta: Calvo (ella) y su ley de cine


Libertad Digital me obsequia con una de las declaraciones más extraordinarias y risibles, terribles por lo que significan, que político alguno en el mundo haya podido pronunciar en al menos... varios meses: los políticos se superan tanto que encontraríamos algún otro récord de agresión a la inteligencia y, como en este caso, al mundo feliz de los socialistas de todos los partidos: ¡hacen leyes porque no vamos al cine tanto y cómo al gobierno le gustaría!

Preparémonos, porque la tendencia, visto el vino y el tabaco, se va a incrementar: lo próximo puede ser la reducción de baños solares por ley para que se reduzca el cáncer de piel o para protegernos del peligrosísimo calor que se incrementa con el cambio climático. Ancianitos del mundo, ya lo sabéis, pronto os quedaréis en casa con aire acondicionado por ley.

Como la realidad siempre supera a la ficción, lo anteriormente dicho es un verdadero ejercicio de prognosis. En cambio, de análisis cierto es el de comprobar que, a pesar del oscurantismo y las mentiras sobre el consenso con el sector, se saca la ley de cine enseguidita diciendo que todo es muy razonable. No es razonable, pero lo esencial es que el Gobierno se ha tenido que comer los caballos de batalla de la ministra canapé: el truco es que no se regula la participación de las televisiones dejando en vigor el real decreto que ahora lo regula.

Es decir, nada de las pretensiones de la ministra del ramo y de los productores, con respecto a las televisiones, ha salido adelante. Esto, en mi pueblo, se llama perder la partida y, por supuesto, estaba perfectamente amañadito antes de las elecciones para evitar ruido. Como el PP y CiU han hecho mucha cocina con la ley, se lo juro, esto pasará por el Congreso a toda máquina y, si pueden, sin pena ni gloria.

Seré agorero: habrá otra ley de cine en su día, y lo de las televisiones se terminará. No tardará demasiados años.


Cuchillos parlanchines


Creo que el primero fue Maragall. Después Carod. Inevitablemente, también lo ha sido Artur. En algún momento de entre todos estos, fue Bono. Más o menos todos tienen en común haber sido de una forma u otra engañados por José Luis.

Seguramente, la palabra adecuada no es engañados. Es una mezcla de fraude, decepción, dosis de timo, asombro y cabreo del sorprendido en su buena fe. De Maragall y Bono sabemos que, en cierta forma, han servido fríos platos de pequeña venganza. Represalia pequeña, pero represalia. Sutiles ambos: los hombres de partido mantienen el tipo aún tirados en el arroyo.

El Príncipe debería saber que el día que no sea fuerte, serán esos cuchillos los primeros que le asaltarán para reparar la vieja herida. Fue el leit-motiv de la vida de Vito Corleone. Qué será de Sebastián en la universidad, sin saber a qué puerto dirigirse. ¿Qué es lo que le ha dicho al oído José Luis a Miguel en esta hora de descontento? Tan abrasado aparece, que la capacidad de maniobra del Príncipe para hacerlo valido tropezaría con las revueltas de sus partidarios y de los enemigos, siempre a la espera de deslices.

Estas cosas antes se arreglaban con la presidencia de una empresa pública. Unos consejitos en empresas afines. El magro sueldo de profesor puede complementarse con unas oportunas consultorías que, no me cabe duda, serán realizadas con excelente competencia técnica. Sobran Ministerios, autonomías, agencias estatales, entes públicos y asimilados para no encontrar hueco.

Pero, ¿y si José Luis falla? ¿Y si no le da cargo, prebenda, pesebre o consolación? ¿Y si el óbolo es poca cosa? Como ya se sabe que la vida imita al arte, puede ser como aquello de Bruto, tu también, hijo mío. Diantre: lo que hizo el arte fue reproducir la vida. Un coro de cuchillos que dejaron de estar afónicos.