viernes, septiembre 08, 2006

Rubianes censurado (en nombre de Güevos)


Esto es un robo. Pero la culpa es de Güevos, que no le da la real gana de abrir su blog, pese a mi insistencia y la del Sr. Royo. Tanta unanimidad desde la caverna neoliberal y las hordas rojas debe ser sospechosísima: Güevos debe tenerlos puestos como se debe y, mejor aún, lo suyo no es un ejercicio de testosterona, sino de fino sentido común, que ya se sabe que es el menos común de todos los sentidos.

Pero decía que es un robo porque, aunque sea cumpliendo órdenes ("haga un post", me dice) me voy a apropiar de la página de comentarios del amigo Ricardo y voy a reproducir tal cual lo que decimos allí, que seguramente basta:

Sr. Smith: Oiga Güevos, a mi me parece que lo de Rubianes tiene un tufo a censura que apabulla. Me lo voy a empollar a ver qué hay, pero tiene un mal aspecto...

Sr. Güevos: Pues mire Berlin, pienso como Ud, huele. Tenemos dicho que cada uno dice lo que quiere, y, luego, se arriesga a sus consecuencias. Pero la administración no puede tomar partido, debe ser neutral. Son los ciudadanos los que lo deben hacer. Por ejemplo, conmigo que no cuente como espectador. No me interesa nada. Además, en Madrid, deberíamos estar por encima de ésto, que es una paletez. Que insulte a los que él considera "españolazos" con esa visión anticuada de rojelio tontorrón. O que haga lo que le salga de los huevos. Nosotros debemos estar por encima de esas cosas. Esa es la garantía de progreso mejor de todas. Y la que más les jode. Haga un post.

Sr. Royo
: Don Güevos, dos cositas:

1.- Tiene usted razón.

2.- ¿Por qué no abre usted un blog, hombre de Dios?

No me he empollado más el tema, admito. Pero me encuentro un post de Batiburillo que me lleva a un artículo melillense con el que no estoy de acuerdo, con perdón, y que me parece que resume bien una cierta actitud generalizada que percibo en lo que podemos denominar zona diestra:
¿Permitiría el Lendakari Ibarretxe que un autor o director "españolista" que se atreviera a decir que los "vascos se fuesen a tomar por culo, que les explotaran los cojones y que se vaya a la mierda el puto País Vasco" estrenase una obra teatral en San Sebastián costeado por los vascos?

Este no es el enfoque. Es precisamente el de Güevos. Lo que debe indignarnos para ser verdaderamente superiores, es que se trata de censura, lo miremos como lo miremos, joda lo que joda: decir puta España no debe ser delito y, si en este país lo es, que me borren. Recuerden que poder decir puta España, permite decir puta Euskal Herria si usted quiere, aunque las dos sean expresiones de mal gusto y que uno no siente ni se le ocurren.

Acuérdense que el pomposo Consejo Audiovisual de Cataluña, ese organismo censor y por la pureza, intervino. Aquí, que nos ha parecido bien el rollo/afrenta/oportunismo/disidencia/conciencia pro matrimonio gay de Gallardón, ahora pensamos que la crítica es necesaria y debe ser violenta: se llama censura por criterios ideológicos. Que la ausencia de sectarismo de Gallardón al tener un equipo de cultura que como todo el mundo sabe vota al PSOE, pero que trabaja mayormente con tranquilidad y sin influencias especialmente odiosas haciendo política cultural, que puede gustar o no, pero que no se le puede decir que sea propaganda, sea estropeada por esto, viene a confirmar la extraña mente del Alcalde de Madrid. Aunque casi prefiera servidor a un tipo complejo.

El melillense se equivoca en el tiro:
...ante las incomprensibles frivolidades que viene cometiendo últimamente Ruiz Gallardón seguramente para, craso error, atraerse el voto de la izquierda, aún a costa de perder el importante apoyo de cientos de miles de votantes del Partido Popular que o se quedarán en su casa el día de las votaciones si sigue siendo ese su empeño, o incluso podrían decantarse por otro candidato.
Que no, mire: que se trata de la libertad de expresión y de que el estado no puede juzgar nuestras opiniones ni ser sectario. Es como lo de las caricaturas danesas. Y piense que sólo ofende quien puede, que le dejará más tranquilo.



Actualización necesaria: en parte, lo adelantan los comentarios. Es ahora en la antesiesta cuando leo una nota de El País sobre el asunto, con conclusiones evidentes: a) es él quien retira el espectáculo, b) niegan tanto él como Mario Gas que hayan sufrido presiones y que hayan sido censurados y c) Gallardón se ha apresurado a aceptar y no le culpan. De lo dicho, dos cosas: Gallardón se salva de mi ira. Segundo: todo lo demás sigue siendo válido, y si hubiera habido presión o indicación de retirar la obra por parte del Alcalde o el Ayuntamiento por ser Rubianes quien es, sería censura. En definitiva, Güevos tiene razón, montar este pollo es una paletez.