Los regantes de Murcia se van a pedirle a la virgen que les traiga agua. Remedios populares. Expresión que tiene verdadero doble sentido, porque además del esperado apoyo entusiasta de las sotanas, el gobierno de la denominada Región de Murcia, se ha puesto a ello. Curiosa forma de comprobar como el tiempo pasa y la pervivencia de la superstición e irracionalidad, sumado al oportunismo de la buena foto y el encantado consumo de tanto inesperado ignorante, perviven: ah, la pertinaz sequía. No se puede desdeñar tampoco el encanto de una buena romería, con su vino y sus cánticos.
Asombrábame yo hace cierto tiempo, tiempos en los que trabajé para un conglomerado de empresas de construcción, de la interesante explicación que me daba un ingeniero del funcionamiento de los goteros para el riego, como su nombre anticipa, gota a gota. Lo mejor de todo era el orgullo con que fabricaban un prodigioso gotero que, abracadabra, era patente israelí: era muy bueno porque permitiía igualar la cantidad de agua por punto de goteo sea cual fuera la distancia desde la fuente de agua.
En el Negev no hay agua y estoy seguro de que tampoco se frecuentan las estampas de vírgenes. Cosas de los judíos, que les da por creer cosas raras. Algunos muy creyentes, pero que no dejan para la vida celestial lo que pueden hacer en la tierra: si no hay agua, habrá que ver cómo se tiene.
La pregunta es, ¿qué han hecho en Murcia, en España, los tropecientos gobiernos, la sociedad civil, no ya de las dictaduras varias, las repúblicas luminosas y todo lo que nos antecede, sino los de la gloriosa y posmoderna democracia, que tiene sus buenos treinta años de fiestas populares y ladrillo, asombro del mundo, para abordar el consumo y la distribución de agua de la manera más científica posible? ¿Cuantos institutos, premios de investigación, experimentos, desarrollo legislativo, creación de infraestructuras eficientes etc., etc, se han desarrollado para en proceso paulatino de racionalización del consumo de agua, de aprovechamiento máximo del agua? Hoy nos cuentan lo de las aguas grises (el agua de la ducha reutilizada en los sanitarios), ¿cómo es posible que en treinta años, como si las sequías fueran nuevas, no se ha producido un desarrollo técnico y regulatorio en la construcción para diseñar viviendas que aprovechen el máximo del agua que consumen? ¿Qué se ha hecho para que los cultivos sean eficientes en ese consumo? Ay, ay, los bloques de pisos con bellas vistas.
Lo bueno de recurrir a la Santa, es que ningún gobierno es responsable. Son cosas del cielo. De la voluntad divina. Divina gilipollez.
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