sábado, septiembre 09, 2006

Cayucos impunes


Mientras Sarkozy se descojona del gobierno español...
«No se le puede decir a Europa que yo decido por mi cuenta regularizar a 500.000 inmigrantes clandestinos y luego pedir socorro cuando se trata de asumir las consecuencias de estas regularizaciones masivas, que ejercen un efecto llamada»

«Debemos ayudar a los españoles, que son nuestros amigos, pero que nunca un país en Europa asuma la responsabilidad de regularizaciones masivas sin pedir la opinión de sus socios. Si no, ¿para qué hemos hecho Schengen?»
...los botes de desesperados siguen llegando. Soledad Gallego Díaz hacía un serio e interesante análisis con datos en la mano sobre el verdadero impacto de la oleada senegalasa: no es precisamente lo peor, ahogados aparte.

Pero apartando por un momento los análisis sesudos, uno no deja de preguntarse para qué sirve la marina española, la guardia civil del mar, la protección civil (un experto militar o policial, que me dé un argumento sólido, por favor) si no puede controlar ni patrullar la zona impidiendo que los famosos cayucos (ya no hay pateras, el imaginario popular recreará sus chistes) lleguen a la costa. O al menos, que lo hagan en las circunstancias en que lo hacen. Y no me digan que es demagogia, que no lo es, es un problema de organización que no es de este año.

La pregunta me parece más pertinente en el contexto del Estado: si para apagar incendios y para detener barcas de madera en el mar el Gobierno español tiene que pedir socorro a la Unión Europea, ¿de qué sirve este Estado? ¿Cómo es posible que no sea capaz de cumplir una de sus funciones básicas, que es la protección de sus ciudadanos y fronteras? No será por dinero, espero, que José Luis lo encuentra para todo. Y el de antes y los de antes. Veámoslo incluso desde el punto de vista de la defensa (numantina o intelectual) de la unidad española: si esta es la capacidad de gestión que demuestra el Gobierno español para las cosas más básicas que se le deben pedir, ¿qué sentido tiene mantener esta farsa?

Una de las claves del éxito de las nacionalidades ha sido el intenso esfuerzo que han hecho para ganar, como administraciones, legitimidad frente al ciudadano. No es el que la Administración del Estado no haya mejorado, que lo ha hecho (su burocracia, me refiero), pero si se quiere que en un país tan descentralizado como este y tan semiconfederal una organización central tenga sentido, ya pueden ponerse a trabajar en resolver con eficacia sus problemas.