lunes, octubre 23, 2006

Matices canadienses de Federico



Conocido es, por lo reiterado, mi interés intelectual y casi preferencia por el modelo jurídico canadiense emanado de la Ley de Claridad. Bien es cierto que no son situaciones plenamente equiparables la española y la canadiense (este último es un país federal en el que los estados de la unión son libres de efectuar referenda por su cuenta, una facultad no al alcance de las comunidades autónomas españolas), pero si considero evidente el aporte doctrinal - en mi opinión, decisivo - que para los defensores de la ciudadanía frente a la tribu supone la histórica sentencia del Tribunal Supremo de Canadá y la posterior Ley aclaratoria.

Federico se ha referido a ello. El artículo tiene casi una semana y me lo he dejado reposar para un momento de tranquilidad redactora, ópera incluída en mi itunes. La causa es unas declaraciones de Patxi López ("Cualquiera, antes Nadie", según Losantos) en las que viene a decir que el futuro de la Comunidad Autónoma Vasca es Quebec. Con su estilo indignado de costumbre, Federico hace una apostilla en mi opinión precisa y que me sugiere algunas cosas. Lean:
A lo mejor, después de un par de décadas sin terrorismo y con los criminales arrepentidos y la libertad dueña de las calles en el País Vasco y Navarra, un Gobierno de España podría pensar en un referéndum sobre el futuro de esas dos regiones españolas. Pero, salvo que Chacón me saque del error, el separatismo francófono alentado por De Gaulle no ha disfrutado de una estrategia asesina durante cuatro décadas, casi tres de ellas en democracia. ¿Cómo se atreve Pachi a decir que el modelo es Quebec? En todo caso, sería Canadá; y tampoco.
De lo primero, que está al final, el modelo sería efectivamente Canadá y no Quebec: es la estructura legal de Canadá la que da una solución al conflicto de identidad democrática y no la legislación específica de Quebecq, que los nacionalistas se han encargado de rellenar de leyes patrióticas que apelan a las leyendas y las tierras repletas de derechos para justificar el presente. Cómo no, Quebec tiene a lengua francesa como propiedad intrínseca bien a pesar de que sus nativos, anteriores al descubrimiento de América, no lo hablaban. Pero es su lengua propia.

Lo sorprendente - para mí, que no escucho al Señor de la COPE a diario - es la posibilidad que muestra a unos posibles veinte o treinta años, que todos sabemos que no son nada porque los tangos, como los tópicos, son verdad, de que pueda hacerse una consulta a las provincias vascas sobre su futuro. Dice FJL que Canadá, tampoco (no aclara por qué, quisiera honradamente saberlo, pues el debate sería vivificante). Pero se vislumbra en una fuente de pensamiento de indudable influencia sobre la doctrina favorable a la nación única española la posibilidad de consultar... pero sin violencia.

Mi preferencia por Canadá suele ser contestada por mis habituales en que eso no ha impedido o no impide la existencia del nacionalismo, que no lo reconocen (el nuevo marco legal) y que la tensión y el juego reivindicativo pervive. Mi opinión es que esa no es la intención de la legislación, sino contar con una respuesta democrática a un proceso que fuera realmente democrático (lo que Federico llama ausencia de violencia, que es bien cierto es la diferenciación básica con el nacionalismo vasco - los quebecois no han matado a nadie -, sería equiparable con la idea de juego limpio: no pueden valer preguntas tramposas, no puede valer que no haya información de las consecuencias de la independencia y, sobre todo, no puede haber gente que tenga miedo de dar su opinión y que pueda morir o ser agredida por ello). Eso, de por sí, proporciona un crédito enorme para no negociar una concesión más que no entre en un marco plenamente constitucional, descargando de argumentos victimarios al nacionalista melancólico.

Patxi dice Quebec. A lo mejor quería decir Canadá. Imaz habló de la doble llave (en cierta forma, Canadá o, más recientemente, Montenegro). Egibar y Arzalluz quieren el 51% (Quebec). Todos hablan de "en ausencia definitiva de todas formas de violencia", que no sabemos bien qué es ni por cuánto tiempo.


P.D.: no se confundan. Canadá no reconoce el derecho de autodeterminación de Quebec. Sólo faltaría. Dice que eso es para colonias. Y que la independencia no puede ser unilateral en una democracia. No está en su Constitución y sólo se aseguran de lo que tienen que hacer como demócratas en el caso de que un territorio, mediante referéndum, dijera que se quiere separar de la unión de una forma clara y rotunda. Tampoco dice que ese referéndum implique la independencia automática, porque eso es un juego de dos partes. Las dos llaves del cofre.