Se dice que Montilla cuenta que será inflexible en la defensa de los intereses de Cataluña. Eso es así hasta el punto de que si tuviera que confrontarse, lo haría. Catalán por elección, da una muestra de seny indudable: él actuará "desde una posición constructiva, nunca de manera gratuita, no para ofender, para dar un golpe bajo". Qué majo.
La cuestión aquí es la de la obviedad. Quien pregunta entiende que no es obvio que se defiendan los intereses de Cataluña (ojo, cabe preguntarse si son coincidentes con los de los ciudadanos de Cataluña, pues no está claro si Cataluña y sus empadronados son la misma cosa) y no es obvio porque en el estado mental catalán la primera obviedad es el estado de sitio: todo es un 1714 permanente.
Lo interesante es que ni 1714 es lo que se cuenta, ni el estado de sitio es cierto. El estado de sitio emocional, en cambio, sí es verdadero, se vive en las mentes. El cielo está enladrillado y quien lo desenladrille, buen desenladrillador será.
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