viernes, octubre 27, 2006

Dos maneras de mirar la nación


Xavier Sala está demostrando que hace mejores entrevistas, más arriesgadas y con más contenido que los periodistas profesionales. Va al grano, pone al entrevistado en una posición incómoda al tener que hacer frente a sus contradicciones y deja que el personaje dé su respuesta. Uno saca sus conclusiones con facilidad.

Es famosa la de Montilla, son extraordinariamente interesantes les que ha realizado a Joan Saura, a Josep Piqué, a Carod y a Mas. Entre las cosas apasionantes, es comprobar la dificultad que tienen los candidatos de izquierdas para explicar su cualificación para el puesto y comprobar el poco conocimiento y experiencia que tienen para afrontar problemas de mucha enjundia. Más todavía ver cómo los candidatos de izquierda se presentan como modernos, defensores de la libertad de empresa y el liberalismo y, luego, no es verdad. Y que, diciendo todo esto, insultan a los demás llamándoles neoliberales. Sólo tienen que pinchar los enlaces y gozar ustedes mismos.

Pero antes, les llevo a mi tema. Tomo una pregunta y una respuesta de la entrevista a Piqué:
Si alguien le demostrara con cifras en la mano que los ciudadanos de Catalunya tendrían más nivel de vida, más hospitales, más escuelas, mejores servicios y, en resumen, más felicidad siendo un Estado independiente que formando parte de España, ¿se haría independentista o primaría su sentido de la unidad de España?

- … Yo tengo dudas muy serias sobre si alguien puede demostrar esto cuantitativamente.

(...)

- Los datos no le avalan: cada vez hay más países independientes en el mundo y cada vez son más pequeños. Y la explicación es precisamente lo que decía usted: gracias a la globalización, el mercado es el mundo y no la naciónestado, no hace falta formar parte de un Estado grande y lo pequeño sale más rentable. Por lo tanto, si aplicamos su razonamiento con lógica vemos que lo pequeño cada vez "conviene" más.

- Si lo que me dice es que el concepto de estado-nación del siglo XIX está en crisis, estoy de acuerdo. Por lo tanto discrepo de todos aquellos que quieren resucitar este concepto y aplicarlo a Catalunya. Yo creo que tenemos que ver las cosas de una manera completamente diferente y que España es una magnífica plataforma. Yo he tenido ocasión de defender y representar la opinión de España como ministro de Asuntos Exteriores y me sentía profundamente orgulloso del prestigio que habíamos conseguido, de la admiración que despertaba nuestro proceso político, nuestro éxito económico, nuestra proyección internacional, la proyección de la lengua española y me parece que todo lo que signifique retroceder en estos campos es negativo.
La pregunta inicial de Sala tiene trampa, porque puede plantearse en otros niveles de resultados ¿se atreven ustedes a decirme cuáles? No voy a contestar para no alejarme del tema, porque lo que hace Sala es plantear el problema territorial/jurisdiccional en lo que sí es un debate relevante: ni la tradición ni la cultura, sólo la decisión de un cuerpo de votantes a la hora de buscar su mayor (o no) prosperidad. Da para discutir un buen rato y creo que se puede hacer en términos bastante favorables para una España parecida a la que conocemos, aunque también pienso que no tiene por qué.

Como alternativa, les propongo el contraste con unos argumentos - estoy seguro de que no son los únicos que pone a nuestra disposición pero me parecen relevantes - que proporciona el enorme Federico Jiménez Losantos en su último y verdaderamente interesante libro (no es ironía, lo es), con ya tropecientes ediciones, que ha dado en titular De la Noche a la Mañana. El estilo tiene el nervio que le caracteriza y las intimidades entre el grupo de periodistas que ha forjado la COPE en todos estos años son, en muchos ratos, apasionantes. Es verdaderamente elocuente de las relaciones entre periodistas y poder en general, pero nada como el episodio desvelado del intento de Aznar de expulsar a Antonio Herrero de su programa, un sucedido que debiera hacer reflexionar a los hagiógrafos de Aznar y devolverle a la condición de humano en sus funciones de Príncipe: ah, el poder. La cita es esta:
...las más humildes monjitas siguen a diario la actualidad española y temen y rezan por la nación. Esa que hace dos mil años se forjó en el crisol de Roma y se mantuvo en torno a la cruz contra viento y marea, contra bárbaros del norte y del sur, contra el islam en todas sus variantes y contra el mal que anida en su seno. También misteriosamente animada por esa sangre invisible que nos llega del corazón al corazón leyendo a Juan de la Cruz y a Teresa de Ávila. O a Miguel de Cervantes, el Manco de Lepanto, el Cautivo de Argel.
Pueden leerla en su página 84. Honradamente, yo prefiero el debate de Sala i Martí que el recurso a los guerreros muertos. Eso no quiere decir que el señor Martí no pueda - que no lo sé - recurrir a elementos similares para su defensa de Cataluña, pero si los tiene es capaz de centrarse en elementos objetivos para discutir la conveniencia o no conveniencia de determinadas estructuras territoriales. Las argumentaciones de Ibarreche y Arzallus sobre la presencia del pueblo vasco desde los albores de la Historia no se diferencian en nada del rercurso al melting pot romano que le gusta a Losantos. Para que no me muerdan del todo: también hay veces en que dice cosas en las que estoy de acuerdo.