Las crónicas de campaña avisan de los nombres envueltos en dianas:
Esta vez, los populares han compartido agresión con los socialistas, que también se despertaron con varias pintadas en las que se les tacha de vendidos y se les exige que hablen en catalán.A Bertolt Brecht, políticamente falsario, se le atribuye un clásico del deber de tomarse la molestia que ya sabemos que pertenece a otro caballero, Martin Niemoller, casualmente en ciertas antípodas ideológicas, pero que nos permite ilustrar el fondo teatral (all the world is a stage) de los que ven su nombre pintado en las paredes con llamadas a la muerte:
"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no era comunista así que no hablé. Después vinieron por los socialistas y los gremialistas, pero no era lo uno ni lo otro así que no hablé. Después vinieron a por los judíos, pero yo no era judío así que no hablé. Y cuando vinieron a por mí ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"No se pase, Berlin Smith, esto es minoritario. Puede ser, pero por si acaso hay que estar en guardia.
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