Carlos Salas, director de El Economista, nació y parece que se crió, en Venezuela. Su padre se dedicó a estudiar a Simón Bolívar y le quedan hermanos y amistades en el país. No es sospechoso de internacionalismo proletario ni indigenismo primario, pero nos da una lectura diferente de Hugo el revolucionario. Les reproduzco un párrafo la mar de interesante:
El caso es que Chávez heredó un país pobre. Y le votaron los pobres para que le sacara de la miseria. ¿Ha cumplido su misión? En gran parte, sí. Ha erradicado el analfabetismo, enseñando a leer a 1,5 millones de personas, inculídas tribus indias que ni siquiera contaban con un alafabeto. Ha llevado 17.000 médicos cubanos a los barrios pobres del país, adonde no entraban ni por equivocación los hijos de las familias ricas egresados de las escuelas de medicina. Tengo amigos de clases altas, nada chavistas, que hacen labora social con monjas católicas en esos cerros y me dicen que los médicos cubanos son queridos porque son los únicos que se preocupan de cuidar a la gente de los ranchitos. Ha modernizado la administración hasta el punto que los pasaportes ahora se obtienen por internet. Ha desbloqueado la lentitud de la justicia y ahora casos que duraban cinco años en los tribunales, se dirimen en nueve meses. Ha mejorado los salarios de los funcionarios públicos (un hermano mío es funcionario); ha contenido la inflación (llegó al cien por cien en años anteriores y ahora no pasa del 15%).Me preguntarán por qué cito tanto a El Economista. Es sencillo: porque es el periódico económico que más me gusta, el único que compro en papel, y me suelo encontrar con artículos de bastante interés en un muy agradable formato de lectura (yo voy en metro). Pero bueno, volviendo a Chávez: uno se pregunta, aún conociendo lo que es América Latina (antes decíamos Hispanoamérica), si las mejoras sociales se tienen que hacer siempre a toque corneta por tipos uniformados laminando las libertades de otros. Uno se pregunta si no podrían importar modelos europeos de gestión en vez del arbitrismo y el exceso de presidentes revolucionarios y ególatras: proveer la sanidad es la misión de todo gobierno. ¿Tiene que ser con 17.000 cubanos a cambio de petróleo y teniendo como causa la revolución mundial o puede hacerse por mecanismos normales, como es su contratación laboral, incluso trayéndolos de otros países? Puede que me haga el listo, porque a ver dónde se encuentran 17.000 desesperados por salir de su país y que no deseen volver. Y como eso tantas cosas. Que cada uno vea la botella como quiera.
Pero en gran parte, Chávez no les ha sacado definitivamente de su miseria. La clase E, los pobres de necesidad, ha pasado a ser pobre a secas. Ha enfrentado a las clases sociales, e incluso ha provocado el odio racial: morenitos contra blanquitos. No ha erradicado la delincuencia porque en Venezuela mueren asesinadas cada año unas 9.000 personas y en Caracas, unas 1.500. Y la inmensa mayoría de las víctimas es gente de las clases más pobres. De qué vale que te enseñen a leer si no tienes tu principal derecho, que es el derecho a vivir.
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