viernes, mayo 26, 2006

Contradicciones insolubles II


En este otro lugar cuentan que Rajoy se pone firme y anuncia que «sin política exterior y de fronteras no hay Estado». Uno siente que suena lógico y que puede tener razón: ¿qué otra cosa puede o debe hacer un estado - soberano - si no es ocuparse de los otros estados y decidir quién entra o no entra por las fronteras de ese estado soberano?.

Un poco más abajo me introduce una inquietud, que no sé si me podría aclarar:
«Adjudicar a las comunidades autónomas la facultad de expedir los permisos de trabajo es un disparate, porque supone fraccionar esta política en un territorio donde no existen fronteras interiores y los inmigrantes pueden pasar de una a otra comunidad», explicó. Además, subrayó que la política de inmigración no ha de ser española, sino europea.
En ese caso piensa uno que verdaderamente nuestro estado soberano sirve para bien poco y que las autonomías tenidas por poco amables con el llamado gobierno central deben tener razón. Si quien entra por las fronteras es una cosa europea, el estado soberano en el que estamos no tiene sentido, relacionémonos directamente con Bruselas.