sábado, mayo 20, 2006

El diablo está en los detalles


Primer mitin de Zapatero: perfecta puesta en escena. Ni un asistente sin banderas de menos de todo a cien repartidas por los atrezzistas del partido. El tiro de cámara para el telediario, perfecto. Las banderas de plástico cutre son dos: una, roja, del PSC. La otra, la cuatribarrada catalana. No hay banderas españolas. ¿Tendría que haber? ¿Europeas?.

Una mirada a los emblemas, logos, banderas de todos los partidos catalanistas, gallegusitas, vasquistas, andalucistas, nacionalistas canarios (es que lo de canaristas, no me suena) y los que se quieran: ni siquiera como un pequeño ribete, un signo, un guiño aparece una nota de color que denote que se trata de un partido español. De carácter local, pero español.

Esperanza Aguirre izó la inmensa bandera española de la plaza de Colón, con unos marinos que evidentemente prestó el Ministerio de Defensa en un acto simbólico del día de la Comunidad.

Ahora, en vez de dobermanes, al PP le ponen el "contra". Y lo malo es que funciona.

A ver si ven por dónde voy: ¿lo cogen?. Lo de los símbolos españoles que se conocen como tales, no los quiere nadie, y a los que los quieren se les pone un dóberman porque funciona. ¿Puede un partido con estos lastres de simbolismo, metasignificado o como lo quieran llamar, poder defender unas ideas que pueden ser discutibles pero que no tienen nada de antidemocráticas y convencer a alguien de ello? ¿Puede haber alguna posibilidad de que lo hagan en los sitios donde jamás en el día de la comunidad se izaría una bandera española?

Para mi estos son los hechos puros y duros. No sé qué pensará Rajoy en la soledad de su dormitorio.