viernes, julio 21, 2006

¿Verdad o mentira de los promedios?


El diario ABC abre hoy su edición así:
El español medio es casado, católico y del PSOE, tiene vivienda propia y cobra 1.122 euros al mes
¿No es como si fuera una especie de falangismo estadístico? Por aquello de las leyes laborales del régimen, el conservadurismo implícito de un país de hipotecados y la combinación con la fe. Muy respetable, no se vayan a creer que les juzgo por ello. Descubro, por otro lado, que no soy promedio de nada: ni me casé, ni voy a misa, ni voto al PSOE, ni tengo casa. Y afortunadamente me gano algunas pesetitas más, tampoco tantas. Puedo, por tanto, aseverar que reúno algunas condiciones para poder cumplir con el aserto narciso de esta página, lo espléndido de las minorías a las que aspiro interesar.

Mis profesores de sociología me enseñaron a separar el grano de la paja en las encuestas, y los de estadística a desconfiar, si no temer, a las medias. De esas incredulidades me dejan repleto de duda estas líneas que reproduce el periódico a partir de una encuesta del CIS:
...metidos en política, la razón mayor para apoyar a un partido en unas elecciones generales es su programa electoral, y la menor es la imagen y el carisma del líder del partido.
Pero ya saben, si le preguntan a la gente que ve en la tele, dice que le gustan los documentales, pero cuando aplicamos el medidor de audiencias, estamos encantados con Salsa Rosa. Por eso se discuten tanto los programas en los espacios electorales, está claro, y nada las fotos de los candidatos, o la creación de marcas como ZP.

Trabajo para Wonka.