viernes, julio 28, 2006

En mi nombre, ¿sí o no?


A través de Ricardo Royo, llego a una declaración denominada "En mi nombre, sí" que defiende la negociación con ETA. El texto es insustancial en su mayoría, cosas que podríamos decir todos, pero la madre del cordero reside en una ¿contradicción? que, como cabe esperar, es donde el problema resulta.

Dice el texto :
3.- Porque el alto el fuego permanente de ETA es, de hecho, una rendición. Y en esas circunstancias sería un gobierno irresponsable el que se negase a negociar su desaparición definitiva...
Y más adelante:
5.- Porque creo que no hay otra forma de negociar la rendición de una banda terrorista que pagando un precio por ello. Y ese precio siempre es político. Lo que hay que establecer es cuál es ese precio y de dónde no se puede pasar. Y ese precio lo tiene que decidir la sociedad en su conjunto, a través de los cauces que tiene establecidos para conformar su voluntad política. En este proceso, nadie tiene más peso que nadie, ni siquiera aquellos que se consideran mejores españoles que los demás.
Obviamente, si hay rendición y hay precio político lo que se está asumiento es que no es una rendición incondicional, lo cual es casi una victoria. Si el precio es algo más que una solución jurídica para los encarcelados por cosas tan poco políticas como asesinar, secuestrar, chantajear, incendiar y golpear a inocentes, que no es moco de pavo, parecería que la rendición se convierte en un gambito de dama.

Y este es el quid de la cuestión, amigo Ricardo, si el precio es asumible: en el momento en que aceptas discutir sobre un cambio de estatus político como condición para dejar de matar, pues ya ha ganado el que mata para eso. Misma razón por la que los británicos deben estar muy agradecidos a la retirada de Irak (de la forma en que se hizo, especialmente), pues los extremistas ya saben que matando muchos consiguen victorias políticas. Así que pondremos otra bomba en Londres, y en Bombay y en... Y si hay críticas es porque nadie en según qué sitios, que son diversos, variados y de todos los colores, puede sentir que José Luis negocie de forma en la que el precio no sea tal, sino una baratija que engañe a los pobres indios recién descubiertos. Es decir, que este presidente del gobierno no inspira confianza para ello en muchos de nosotros, lo cual ya es suficientemente malo.

Unanimidad en cosas tan delicadas, pues ya se espera que no. Beneficio de la duda, yo debo dar, pero cheques en blanco y cositas como que las cosas se salgan de las instituciones elegidas... pues, que tengo que ver que son engañifa. Güevos opina que lo son.