domingo, julio 30, 2006

¿Quién dijo que el nacionalismo español no existía?


Identidad, tierra, religión. Todos los elementos propios del acervo de todo nacionalista. Tenemos un cardenal que encarna el nacional-catolicismo al que sólo le faltan las JONS:
"Las comunidades que pidan una especie de autodeterminación o una autodeterminación plena, tendrán que buscar unas señas de identidad que ya no será la identidad cristiana porque ésta es unificadora"

"Si España se disgrega, si España se fragmenta, si España se 'de-construye', tendrán que buscar otras raíces, otros fundamentos para esa construcción de la nueva España, o lo que sea"
Aparte de que si España se desintegra no pasaría nada, este señor presupone que sólo el cristianismo es capaz de encontrar un elemento que identifique a España. En la mejor tradición antiliberal, España no lo es por una libre decisión de su ciudadanía, sino porque su tradición cristiana y sus Reyes Católicos como varita mágica ungieron en estos terrenos antes de Cristo bien paganos su esencia vital para ser. Sólo falta que el rey, como el caudillo, lo sea por la gracia de dios.

Es posible que las espadas flamígeras de los que se ofenden por las críticas al catolicismo político en acción me acusen de decir lo que Cañizares, el arzobispo, no dice textualmente. Pero lo dice. Es posible que me digan que la iglesia tiene todo el derecho a opinar, y yo les diré que por supuesto que lo tiene y que gracias a este señor ya sabemos lo que opina la iglesia: unos son nacionalistas españoles, otros lo son vascos, otros lo son catalanes.

Ah, el señor arzobispo opina, y es libre la opinión claro está, pero sabremos dónde estamos todos y seguro que no le haremos caso, que "con esta crisis profundísima no puede haber democracia". De ahí a legitimar el golpe de estado, falta el canto de un duro. De ahí a dar la razón al autodenominado MLNV, el PNV y todo el nacionalismo vasco, que es lo que defienden, no hay ni el canto de un duro. Si quería defender esa cosa que usted entiende por España, arzobispo, se lo ha puesto muy fácil a su presunto enemigo.

En todas las sociedades hay elementos marginales y fuera del sistema. Sólo si el Partido Popular o un Francisco Vázquez en capilla, y por cambiar de bando, no repiten o alaban al arzobispo, sabremos si estamos ante elementos marginales. El nacionalismo español existe, por domesticado que esté y es tan nefasto como los otros, los que se presentan como democráticos.