Preciso hasta el insulto, lo narra Antonio Elorza en el diario El País:
Las relaciones entre el Gobierno y el PSE de un lado, y el tándem ETA-Batasuna de otro, recuerdan últimamente la famosa escena final de Some like it hot de Billy Wilder. ETA insiste en que su firme voluntad de paz no significa rectificación ni autocrítica alguna, y que la lucha seguirá hasta lograr sus objetivos de siempre. Sus dirigentes procesados exhiben todo un repertorio de comportamientos nada pacíficos, patadas contra el cristal incluidas. Por su parte, Batasuna sigue sin rechazar explícitamente "la violencia", actúa de la mano de ETA y, como colofón de la "histórica" entrevista con Patxi López, deja claro el punto central de su estrategia: "lo que decidamos los vascos y las vascas, sin ningún tipo de limitación, tiene que ser respetado por todo el mundo". Dicho de otro modo: la autodeterminación es la condición indispensable para cualquier acuerdo de normalización política.La evidencia salta a la vista:
Lo importante no fue la foto, sino el perfecto encaje de las respectivas actitudes y declaraciones, incluso a la hora de marcar las diferencias. Por lo menos a corto plazo, PSE, bajo la guía de Zapatero, y Batasuna, a la sombra de ETA, han emprendido un camino en común, lo cual implica que todos han alcanzado a estas alturas un notable nivel de acuerdo. Y ello es posible porque en contra de lo que se dice, y sobre el telón de fondo de una ampliación del autogobierno, los grandes temas a debatir son sólo dos: presos y autodeterminación. No hace falta que en la negociación con ETA sea abordado el segundo: para eso está Batasuna, con la espada de Damocles (para los demás) del regreso de la violencia en caso de ruptura.Deben leerlo completo. Mientras, el mismo periódico presenta sin muchos aderezos el último Euskobarómetro, que mostraría conclusiones de lo más curiosas y para todos los gustos.
El optimismo ante el fin del terrorismo se adueña de Euskadi, según los datos del último Euskobarómetro. El 86%, 11 puntos más que hace seis meses, considera que la situación mejora, y el 61% confía en que se esté ante el fin del terrorismo. Más de la mitad cree que ETA estaba derrotada policialmente y que la ilegalización de Batasuna ahogó su estrategia, pero la explicación más compartida (79%) es que la banda y su entorno político concluyeron que deben abandonar las armas para perseguir sus objetivos.El Señor de La Moncloa, guarda sus secretos.
El cambio de Gobierno y la actitud de Zapatero son el factor más valorado.
Junto a ese importante avance del optimismo, se ha reforzado también el apoyo a una negociación entre el Gobierno y ETA, que comparte el 91%, aunque condicionada por el 59% al abandono de las armas. El rechazo a ETA alcanza también máximos históricos, con sólo un 1% de apoyo total, mientras el rechazo total está en el 61%; un 17% afirma haberla apoyado antes, pero ya no, y un 13% dice que comparte sus fines, pero no sus medios.
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