No me entretengo, seguro que la blogosfera se llena de lecturas encendidas y otras más reposadas. Tienen dos versiones de la gracieta aquí mismo: la de El País, teóricamente neutra pero refrendadora, y la de El Mundo, entretenida en extraer las ciertas contradicciones de palabras y hechos. Así que les planteo que me cuenten algo: de lo que dice Sebastián, lo malo ¿qué es? ¿las contradicciones y las mentirijillas o las palabras una por una?
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