...y ya zemo uropeos. Frótome los ojos con el titular que me roba la atención en el diario independiente de la mañana: Bruselas da dos meses a España para liberalizar la apertura de farmacias. Uno de los tótems del antiliberalismo español, esa práctica caciquil, cerril, cutre, timadora, clientelar, estafadora en nombre del servicio público ¿derribada?. La rotundidad comunitaria, que veremos el poder que tiene, es clara como el agua de los ríos que fueron, eso, ríos:
las normas vigentes son restrictivas para la distribución de productos farmacéuticos, "discriminatorias" en la adjudicación de licencias en algunas comunidades y con condiciones "excesivas" para el acceso a la propiedad de esos establecimientos. La norma española fija criterios de población y de distancia mínima entre farmacias, además de conceder licencias sólo a farmacéuticos.
Si en dos meses España no corrige esta legislación, Bruselas enviará el expediente al Tribunal de Justicia Europeo, con sede en Luxemburgo. La Comisión Europea también decidió ayer apercibir por las restricciones en el sector de las farmacias a Austria y a Italia. El caso de este último país, cuyo expediente está más avanzado, fue enviado directamente al citado Tribunal "por incompatibilidad de las leyes italianas con la libertad de establecimiento que fija el Tratado comunitario".
Rayo de esperanza. Siempre me acuerdo, cuando pienso en caciques y bellotaris, del Sr. Amézaga, que me deja notas para seguir viviendo que yo guardo para cuando hacen falta. Como por ejemplo hoy, que desempolvo esta de hace no sé cuántos meses:
"Lo mejor de un país es no tener que ocuparse demasiado de su razón de ser ni de sus argumentos identitarios. Sólo veo personas y sólo quiero vivir y que se pueda ser ciudadano con libertad respecto al poder y el dogma administrativo. Es ahora que tenemos que salir de nuevo a defender esa estructura española como defensa ante los caciques regionales. Ya se sabe que cuanto más cerca está el poder, más asfixia. Y mi defensa de la unidad es para defenderme de los miopes y totalitarios de barrio que hoy y en el futuro puedan surgir. De la misma forma que me interesa Europa, para defenderme de un posible visionario que surgiera en España. El que haya una instancia general y más amplia en demografía y decisión, te da tranquilidad sobre lo que importa: Que nos dejen en paz, y que los tarados tengan menos margen para surgir."
La Sra. Caffarel que sabe lo justo y opina lo tonto ha conseguido poner en evidencia pública lo que es una realidad: la manipulación constante del llamado mercado televisivo. Mercado que no es tal, se trata de un concurso de belleza que gana quien más se prostituye. La Señora no tiene rubor en pedir públicamente un pacto de colusión de precios:
La directora general de RTVE, Carmen Caffarel, va a proponer a las demás televisiones un encuentro para ver de qué forma pueden frenar el «escandaloso» aumento de precios que pagan por retransmitir acontecimientos deportivos.
Ayer, durante su comparecencia en el Congreso, anunció que con esta medida se trata de evitar que las televisiones tengan que pagar precios abusivos, porque eso perjudica a la ciudadanía, aunque siempre respetando la libre competencia.
Respecto a la próxima visita del Papa a Valencia, Caffarel anunció que por primera vez RTVE tendrá que pagar la cantidad de 9.000 euros a la Radiotelevisión Regional Valenciana (RTVV), que distribuirá la señal. El coste de retransmitir este acontecimiento será similar al de otros parecidos, evitando «gastos innecesarios», añadió.
¿No es esto incluso un delito? ¿Los Consejos Audiovisuales no tienen vela? ¿Moraleda, el defensor de la pluralidad, no tiene un buen argumento para explicarnos por qué se propone públicamente la reducción de la pluralidad (es lo que es limitar la competencia)?
¿Se apunta a una colecta para pagar a un abogado y ver si esto se puede llevar a los tribunales? (si existe el intento de homicidio, ¿no existe el intento de timar al público?)
(Lo de tonto no es un insulto, es una constatación: ¿se puede decir que pactar los precios es respetar la libre competencia? Esto es una profesora de universidad)
For instance: Ismael Valladolid Torres, la media hostia, que pregunta: ¿Cuántas piezas musicales conoces que no parecen haber sido compuestas, sino descubiertas?
Una versión memorable, de esas que le elevan a uno, de Feliz Navidad Mr. Lawrence en las manos del mismo Ryuichi Sakamoto pone el primer ejemplo. Allí hay empezada una relación. Vayan y cuenten las suyas. Mientras lo piensan, se pinchan el video que acompaña del Sr. Sakamoto y crecen espiritualmente. Ya verán.
(Y hablando de ver: si no saben qué decir, pues se miran ese paisaje relajante - urbano, pero relajante - y la experiencia musical también acompaña. La foto es cosa del propio Ismael)
Dígame entonces, Xavier, cómo se llama. Acláreme si es árbol o nueces.
(el resto de declaraciones que lo acompaña, no dejan de ser una joya. Él y el PNV son así, señoras, muy perseguidos, muy víctimas, muy premodernos, y tal y tal: básicamente jugadores de ventaja. Que va y no me gusta, pues todos son malos menos yo. Que me pillan con el carrito del helado, entonces las leyes ya no valen. En fin, el mismo aburrimiento de siempre)
La furia española ha pasado a marea roja. Atiéndase a la incorporación del toro de Osborne a la rojigualda sin escudo que se precie. Es como si todo confluyera en San Fermín (pañuelos rojos al cuello, al aire) y fuera Navarra y cierra España. Cosas veredes, Sancho.
Lo mucho que se alegran opinadores e influyentes redactores sobre el resultado del referéndum que en Italia liquida las tendencias federalizantes. Son los mismos que suelen decir que la independencia vía referéndum de Montenegro no tiene nada que ver con España. Hoy El País nos ofrece un artículo que lo explica estupendamente: "El detallado examen desarrollado por la Comisión de Venecia sobre procesos de secesión, separación, cambio de status, etcétera, demuestra que aunque existen circunstancias que pueden resultar análogas, resulta casi imposible encontrar situaciones idénticas, de forma que construir precedentes no resulta procedente. Son las circunstancias internas (e internacionales) las que determinan la legalidad, la legitimidad y la aceptabilidad de un proceso de secesión". Luego a lo mejor lo de Italia tampoco tiene nada que ver. ¿O todo tiene que ver? Por ejemplo, que cuando hay un conflicto de esta naturaleza, no está nada mal preguntarle a la gente. Incluso no sé si han leído que los habitantes de Aracataca han votado no a llamarse Macondo: hay fidelidades que pueden hasta con el reclamo del dinero fácil que el turismo podría traer.
La cantidad de coincidencias que El Mundo encuentra entre los terroristas del 11-M y nuestros más familiares etarras. Hoy hay otra. Lo malo para todos es que por mucho que se empeñe el gobierno las coincidencias que exceden de la pura curiosidad son unas cuantas y que, por mucho que se empeñe la oposición, Federico y Libertad Digital, nada supera la mera especulación: sin dejar de ser llamativo, nada prueba nada. El domingo pasado, decía Pedrojota en su carta una cosita como esta: " Comentando en su último encuentro los avatares de la lucha antiterrorista, el presidente le dijo que transcurridos casi dos años seguía sin tener «ni puta idea» de por qué el número uno de ETA Mikel Antza había sido detenido en octubre de 2004 y no antes o después. En ese contexto de comprensión, rayana en la complicidad humana, Rajoy le contestó, confidencia por confidencia, que también a él le gustaría saber algún día por qué durante su etapa como ministro del Interior no se le había echado el guante al susodicho, cuando llegó a tener como chófer a un agente de la Guardia Civil infiltrado en ETA." Me temo que todo es una verdad a medias. O que tiene muchos ángulos.
Los rasgos muy aproximados a la cara dura del (portavoz del) Gobierno en lo que se refiere a su aclamada política televisiva: dice el tal Moraleda que su política "ha mejorado la pluralidad". Plural, pluralidad, palabras comodín, neolengua para encubrir la estafa de la comunicación controlada. Llaman pluralidad a que la cuota de las televisiones públicas continúe siendo de un 50%, más o menos a ojo, de todo lo que se puede ver. Llaman pluralidad el darle una tele en abierto al que tenía el privilegio del pago. Y conceder una tele a unos cuantos amigos afines en un concurso amañado. Pero el rostro duro del propagandista (Moraleda, el futuro Rubalcaba) no se inmuta al decir que se tenían "dos privadas financiadas por capital italiano". Y que las de ahora tienen capital español. Sugestivo: una tiene un 40% mexicano - esto es mucho más plural, es cierto - y la otra cuenta con capital francés, aunque no mande mucho. Dice que hay más libertad informativa: es evidente, Iñaki ha cambiado de sitio, es decir, se cuenta lo mismo por un altavoz diferente. No lo olviden: del total de canales estatales de TDT, nada menos que ocho son para TVE, y el resto a repartir entre los que están. Una pluralidad arrebatadora: a ustedes y a mi no nos dejan poner una tele. Esperanza no es mejor: las teles para Cerezo y para Federico, a grosso modo.
Y como corolario el gusto del partido que gobierna, en un rasgo se supone que humano o propio de todos los partidos, especialmente si son españoles, por la democracia, eso que dicen defender. Maragall dice una verdad para tapar una incongruencia o, mejor dicho, para hacerla evidente: "El presidente de la Generalitat pidió trabajar para que su sucesor no sea percibido como una imposición del aparato del partido. Puso como ejemplo a seguir la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE, 'que no fue una decisión ni del aparato ni de la ejecutiva'. Por ello instó a la dirección del PSC a que la formalización de la candidatura de José Montilla no sea fruto de 'una reunión de un sábado por la mañana', dijo Maragall a sabiendas de que es precisamente el sábado 15 de julio, antes de mediodía, cuando el Consejo Nacional del PSC designará finalmente a su candidato."
En todo caso, (me) resulta toda una proclamación liberal:
«Nuestro destino depende de nosotros, ni de Dios ni de los genes. Somos seres inteligentes fruto de la evolución y tenemos recursos para cambiar lo que no nos gusta».
«Lo positivo es pensar que controlamos nuestro destino. A nosotros nos compete decidir adónde queremos ir y cómo llegaremos»
Nos lo cuenta El Mundo en boca de John Dupré, que es, "desde 2002, el director de Egenis, el Centro de Estudios de Genómica y Sociedad, institución que trata de encuadrar los avances científicos en el devenir humano."
El problema es quién los usa o qué hace con ellos. O una reiterada expresión de quien les escribe: el problema no es la articulación jurídica de las comunidades autómomas que nos habitan, sino el sentido con que ejercen sus poderes. Dicho de otra forma, elegir entre ser Euskadi o ser Navarra. Estas palabras de Miguel Sanz lo explican, a mi juicio, perfectamente:
...lo que es alcanzable por el País Vasco a través del Concierto Económico, que es poder financiar la construcción del AVE, -la famosa Y vasca-, financiando el Gobierno vasco en algunos de sus tramos y deduciendo su importe del llamado cupo vasco, es igualmente alcanzable por parte de la Comunidad Foral de Navarra a través del Convenio Económico. En realidad, el Concierto vasco es una copia del Convenio navarro. El primero tiene carácter de carta otorgada, y por tanto, derogable, y el segundo es convenido. En el caso de Navarra la inversión no se descuenta del cupo, porque el Convenio lo llama aportación de Navarra al Estado. Nosotros, dentro de la solidaridad que debemos mantener con el Estado, seremos capaces de negociar que el descuento sobre el coste de la obra se traslade en el tiempo y sea menos gravoso, incluso, para las arcas generales del Estado.
Visto que Navarra es mucha Navarra, que por ser es más que ser País Vasco, ¿alguien puede pensar que no es razonable ni sensato que Euskadi o Cataluña accedieran o solicitaran exactamente los mismos niveles de protección jurídica que Navarra? ¿Sería un problema? Lo que nadie parece dispuesto a dudar, parece que ni siquiera el nacionalismo vasco, es que si hay algo bien español y bien leal a España es el viejo reino de Navarra.
Lo fascinante de la situación española actual es que, en Madrid o en Barcelona, la receta es sencilla: lo que Cataluña necesita, como España entera, no es más nacionalismo sino más democracia.
Los hispanistas no españoles terminan por cumplir desde los tiempos de la oprobiosa la que parece inevitable función de árbitros. Tanta memoria y desmemoria histórica, tiene un punto de vista único para lo que podemos escuchar, ver y leer en el entorno que nos toca:
Lo que España necesita ahora es un pacto de recuerdo, no de olvido, pero debe enfocar la memoria de un modo completamente distinto: uno que evite los fantasmas propagandísticos del pasado que se alimentan a sí mismos; uno que reconozca libremente las peligrosas consecuencias de negarse a transigir. Los españoles tienen muchas y grandes virtudes, especialmente la generosidad, la imaginación, el sentido del humor, el valor, el orgullo y la determinación. Pero no suelen distinguirse por intentar comprender el punto de vista del adversario. Es un vicio infravalorado. La tragedia de la Guerra Civil es sin duda el recordatorio más fuerte del peligro de despreciarlo.
Y fíjense qué bien se puede contar el panorama dejando probablemente incómodo a casi todo el mundo. Puede ser porque cuenta con una visión no apasionada, no involucrada. Quizá puede ser la visión que termine por imponerse en generaciones que empiezan a sentir como ridículo todo este ruido:
Incluso en la actualidad, mientras los viejos derechistas -los nostálgicos del franquismo- se niegan a admitir error alguno en la cruzada de Franco, la mayoría de los socialistas siguen negándose a reconocer que el gobierno de izquierdas del Frente Popularde 1936 fue cualquier cosa menos una víctima completamente inocente. Y porque nunca condenó a sus partidarios por intentar derrocar en 1934 al anterior Gobierno de derechas elegido legalmente. Algunos se niegan a reconocer incluso que las huelgas, los disturbios, la confiscación de tierras y la quema de iglesias contribuyeron al desmoronamiento de la ley y el orden en la primavera de 1936.
Hacia junio de ese año, España se había vuelto ingobernable, y el caos era tal que la derecha puede argumentar que el levantamiento militar habría tenido lugar en cualquier caso, dirigido no contra el gobierno electo, sino contra la falta de gobierno. Y efectivamente, Franco no dejó escapar la oportunidad de aplastar la democracia. Pero la irresponsabilidad de las facciones izquierdistas le brindó esa oportunidad. Los líderes más moderados de la República les habían advertido una y otra vez sobre las consecuencias de sus actos, pero se negaron a escuchar.
Antony Beevor, en El País de hoy, que se muestra partidario de sacar a la luz lo que sucedió, creo que no con el mismo estilo de tanto militante de IU y otras huestes enamoradas de la república imaginada y no vivida:
Hoy, el pacto de olvido debe romperse, aunque sólo sea para que todos los españoles -ciudadanos de la nación más moderna y con mayor proyección de futuro de la Unión Europea- puedan comprender cómo sucedió la tragedia
Apúntense eso del principio, lo de que los españoles "no suelen distinguirse por intentar comprender el punto de vista del adversario", que nos viene muy bien a la vista de cómo estaban las cosas ayer.
Mi querido Louis le Citoyen, esa encarnación virtual de la juventud que perdí y en la que no fui, clama desde su escondite:
Es la lógica del todo vale, no hay formas, somos salvajes. La tribu debe vencer, todo por la tribu, ganaremos, tenemos que ganar. Conozco a bastantes miembros del otro lado de la blogosfera, Rallo, Bastiat, Berlin Smith... ¿Vosotros estáis con ellos? Yo quiero saberlo.
Leo tus palabras angustiadas con retraso, las contemplo con distancia. Las contemplo desde mi experiencia de columnista ególatra. No puedo evitar rememorar:
Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
Simplemente recordar que son dos las opciones para helarte el corazón. Parece que tenemos la ventaja de que el bate de béisbol y la quema de conventos se ha sustituido por el diccionario secreto de Camilo José y la tipografía digital. Recuerda que no es cosa de política. Un paseo por alguna web de viajes te puede proporcionar experiencias similares.
Tengo el costado repleto de balas de papel. El primer día sientes que llegan. Luego, aprendes a diferenciar de donde viene el papel y, como los campos electromagnéticos que cubren a la Estrella de la Muerte, uno se vuelve insensible a según que papeles. Y ya está, uno continúa oyendo ladrar desde su caballo.
(Para comprenderme y que no piensen que es un post privado, deben pasarse por la casa de Citoyen. Uno está familiarizado con algunas experiencias de semilinchamiento blogosgférico, pero no hay que alarmarse. En realidad, se trata de continuar la búsqueda para seguir leyendo allá donde se pueden encontrar argumentos diferentes a los de uno, por si acaso la razón embriaga y se cree que es, la razón presuntamente ganada, perenne)
(Otra coda: viene muy bien para esta cuestión pasarse por donde Ricardo Royo, que anoche apuntó una lección de humildad para todos nosotros los blogosféricos)
(Y una más. Quizá los versos adecuados hubieran sido: De diez cabezas, nueve / embisten y una piensa./ Nunca extrañéis que un bruto / se descuerne luchando por la idea.)
Un diario barcelonés elogia ahora a Maragall por el impulso dado a "una España plural" -mejor sería decir mal articulada- y por conseguir que la mayoría de los catalanes se sientan cómodos. Lo de mayoría es ya dudoso tras el 18-J; la estupidez de la comodidad, mejor olvidarla. Aun evocando más de una vez el federalismo, nuestro buen alcalde ha hecho imposible la construcción de una España federal. Ganan definitivamente los madurs frente a los demócratas catalanes que ya en 1840 tenían clara su meta: "Un sistema federal, proclamia la Naciò!" Causa hoy perdida.
En el fondo, se ha fracasado. O se ha alcanzado el límite de lo soportable por la población. La discusión está ya tan alejada de la realidad que nos vamos todos a la playa.
He llegado al hartazgo de tanta lanza arrojadiza y tanta revisión del pasado. Siento que estamos en manos de una generación de políticos que miran el mundo por un agujero pequeño, pequeñísimo, y que encima lo hacen de espaldas. A vueltas con la memoria histórica. Quién habra acuñado este concepto. Me da por pensar que es una especie de venganza personal contra sus frustaciones, sus carencias, especialmente de las que ni siquiera son conscientes. Como lo son los escritores de editoriales de El País:
Sería lógico que la derecha actual admitiese como parte de una memoria compartida el intento de democratización que, tras la dictadura de Primo de Rivera, supuso la Segunda República, pese a que fuera fundamentalmente impulsado por las izquierdas y pese a su fracaso final. Un marco compartido implica asumir todas las tradiciones que convergen en la democracia, asumiendo su complejidad.
Ahí los tienen, entretenidos en contarnos una historieta que nunca vivieron, reflexionando sobre sus egos de hombres cultos, avanzados y sensibles. Diciendo reparar daños de los que sólo ellos y su clac están pendientes. Sería lógico que la izquierda dejara de entretenerse en querer ganar una guerra que ya no se puede ganar. Y que ya debería importarnos un pito: ¿quién tiene las narices de hacer culpables de cosas de sus abuelos y bisabuelos a sus nietos?
El mundo, en cambio, es un lugar muy interesante. Pasan cosas.
Ese medio primo cibernético que me ha salido (o que le he salido) que es Juan Granados me alimenta el e-mail día sí, día no, con mucha materia para seguir viviendo. En la última me pasaba al completo un debate entre Antonio Escohotado y Fernando Savater del que me interrogaba mi postura. Y yo le decía que el caso era que estaba de acuerdo con los dos y que, sin aparentemente estarlo, los dos decían lo mismo. A los que les guste el debate inteligente y sin más piedras que la ironía, disfrutarán con ello. En la página de Juan.
Al igual que decimos que el ego es "ese argentinito que todos llevamos dentro", se supone igualmente que no estamos nunca libres de prejuicios.
Dice presuntamente el Rey que "nada de lo que ocurre en Argentina nos es ajeno". Es muy cierto, pues el mismo editorial de El País advierte que "Argentina es el primer deudor de España".
La Monarquía, es decir el Gobierno que escribe sus palabras, no ha dejado de decir lo que se debe decir y que resalta la opinión periodística: "el Rey, pese a su formalidad, ha pedido en uno de sus discursos más francos que el país hermano cumpla sus compromisos con las empresas españolas."
Por supuesto, lo cortés no quita lo valiente, o mejor dicho, la valentía no impide la cortesía: "La creación de un centro cultural argentino en Madrid, anunciado ayer por Kirchner, ha de enmarcarse en esta intimidad entre dos países que saben lo que son las dictaduras y lo importante que es la democracia." Entrañable.
Mucho se ha escrito sobre los posibles abusos de las empresas españolas durante las privatizaciones de Menem. No creo que lo que haya fuera cosa exclusiva de los carpetovetónicos, otros muchos han invertido y se han escaldado en ese país sometido a eterna decepción. Cabe preguntarse cuánto tiene el entorno de responsable. Fue justito anteayer cuando Valdano decía esto:
Maradona mostró las dos formas de ser del argentino. En el primer gol muestra la trampa, eso que en Argentina se conoce como picardía criolla o viveza. Argentina es un país donde el engaño tiene más prestigio que la honradez.
Qué quieren. Los ojos saltones de Kirchner y tanto grito albiceleste no me inspiran confianza. Discúlpenme en lo que tenga esto de prejuicio.
(Ah, Kirchner está en Madrid, y Marsans ha colgado dos inmensas pancartas en su edificio pegado a la M-40 con un bienvenido presidente de un aspecto bananero inconfundible. Vaya miedo que tienen a que le levanten Aerolíneas)
Actualización: cuando llega a mis manos el ejemplar de hoy de El Economista, tropiezo con un editorial que se intitula: ¿Por qué fiarse de Kirchner?. La respuesta es incontestable: "Es muy fácil, presidente: suba las tarifas de las concesiones y confiaremos otra vez en usted". Parece sencillo. Entre acusaciones del dinero que han ganado los extranjeros, qué pronto se olvidan de que han sido los brutos de los gallegos los que han hecho que sus teléfonos funcionen. Porque eso era el tercer mundo telecomunicativo. Entre otras cosas.
Lo de Vaya Semanita, o como quiera que se llame, no me suele resultar gracioso, más bien me da un escalofrío. Porque ponemos ingenio en convertir en risible lo que es criticable. Es cierto que lo criticable puede presentarse como jocoso, irónico, incisivo o lo que quieran, pero no sé si se puede ser tan amable o tan equidistante. Pónganse en la piel de este perseguido:
¿El Lehendakari de los vascos pidiendo perdón a las víctimas por el sufrimiento, la soledad y la lejanía de los poderes públicos en general y las instituciones vascas en particular?
Hay quien lo pinta precioso en la prensa. Una especie de por fin. Mi desconfianza en las malas artes del nacionalismo vasco es compulsiva, lo admito, pero es que no se sostiene el análisis:
El señor Ibarreche ha tenido mucho tiempo para llegar a esta conclusión. Ha tenido que esperar a que los chicos de la gasolina digan que vayan de Ghandi por la vida. No salgo de mi asombro.
Habla de las instituciones vascas como si fueran un monolito. Cabría preguntarse quién votó a favor de la aceptación de Josu Ternera, prófugo, en la comisión de derechos humanos del parlamento vasco. Sé de dos grupos que no lo votaron. Casualmente, haciendo un recuento de víctimas resulta que son los que ponen los desnucados.
"Los vascos sentimos el horror y la vergüenza, no sólo de la tragedia de Hipercor, sino de todos y cada uno de los asesinatos cometidos por ETA utilizando nuestro nombre": hasta ahora sólo unos vascos sentían horror y vergüenza, porque el lehendakari y sus amigos estaban muy preocupados por pagar autobuses a las familias de los convictos de asesinato, secuestro y extorsión. A tipos como los que están hoy en la Audiencia Nacional partiéndose el pecho mientras les cuentan como pusieron el frío cañón de sus armas en la nuca de Miguel Ángel Blanco. Continúa el misterio del vómito que se encontró al lado del moribundo.
"Vuestro sufrimiento es nuestro sufrimiento y vuestra memoria será nuestra memoria. Nunca más": ya. Pues es muy sencillo. Basta con decir que no se puede extraer ventaja política ni negociar nada fuera del parlamento vasco. Para que las instituciones no sean lejanas.
Ya sólo falta una declaración que extraiga las consecuencias de estas afirmaciones: si esto es así, si tanto es el dolor, tanta la indiferencia que ya no es y tantísima la contrición es porque sabemos que ha habido delitos. Escojo el término delito por su frialdad y objetividad, no vayan a decir que soy de la COPE. Y si ha habido delitos ¿qué papel le queda al código penal, Juanjo?
P.D.: Dice Juan José que siente horror y vergüenza porque el nombre de los vascos se haya empleado como justificación de los disparos. Es pertinente preguntarle si él puede hablar también en nombre de los vascos para pedir perdón. Porque puede que haya vascos que no tengan que pedirle perdón a nadie. Más bien parece que unos vascos le tienen manía a otros vascos. Casi como los que se plantean quien puede votar y quien no en el referéndum hipotético que se ensueña en las cocinas de PNV, EA y HB.
Porque ganó la indiferencia. Ganó la visión de un político que parte de la base de que el ruido es cosa de periódicos de Madrid, de exaltados como Losantos, de trifulcas de micrófono y tertuliano: el estatuto importa un pito y nos vamos todos a la playa. La Constitución Europea nos importó otro carajo: la evidencia es que los políticos hacen normas para su propia estrategia personal y, de tener un valor real para la convivencia, no pueden, no saben o no quieren hacer que sean entendidas o percibidas como deben ser por quienes supuestamente deben favorecerse de ellas.
Y perdió Mariano. Perdió, perdió, perdió. Perdió Arcadi. Perdió, perdió, perdió. Las causas serán las que sean: propaganda, el sentido inane de la vida que tiene la población, la ignorancia y los prejuicios, pero los hechos son tozudos. Sin haberlo seguramente leído, a la gente le basta con confiar en que si lo dicen Maragall, Zapatero, Pujol y Mas, malo no puede ser. Y si el que dice que es malo es Piqué o Rajoy, es buena razón para no sumarse. Y esta es la reflexión que sin duda el Partido Popular no hace: atascados en el escándalo y la ignominia moral los votos no suben. En Cataluña el partido que defiende la nación española no tiene eco alguno. Hay quien interpreta estas afirmaciones mías como renuncia a ideas loables. Poca perspicacia: las ideas se compran como cualquier mercancía, o convencen o no convencen. Y son ya muchos años de Constitución de 1978 para no darse cuenta de que hay un partido que no convence nada a un segmento crítico del electorado y de legitimización de su concepto de España.
Para un servidor de ustedes, la salud de la democracia y la pertinencia de los referenda para las decisiones críticas: no ha pasado nada. Ni pasará. La gente decide. Y ya sabemos que no tiene demasiado interés en cosas de palabrería: nación o no nación. Lo que sí son es racionales a muerte: ¿cómo votar no a un privilegio? Ahora el trabajo y la batalla política se centrará en las leyes que desarrollarán un estatuto suficientemente ambiguo como para que una mayoría alternativa no profudice en sus posibilidades. La realidad es que esa mayoría alternativa no existe.
Ah, y perdió Carod. Somos ya y seremos un país confederal. Sólo va a perturbar ese modelo de estado la incomodidad del uso de la lengua. En pocos años, con la reubicación de una generación más y la sustitución de los grandes cuerpos del estado basado en oposiciones estatales por funcionarios que hablen y escriban catalán, ni siquiera importará. Seguramente, la vía para todo esto no era el camino que ha seguido Zapatero, pero lo importante es que cace ratones se dirá en la almohada. Que eso lo enseñó Felipe. Al mismo tiempo, la clase política es consciente del grado de indiferencia que genera esa gran expresión de "la profundización del autogobierno" como problema esencial de la convivencia y puede que se reduzca el ruido. O no.
Para final de año, coalición PSOE-CiU en Madrid. Aznar no supo o no quiso haberlo hecho él. Hubiera gobernado veinte años.Mariano no gobernará nunca. Para el PP el problema consiste en cómo mandar al cuerno el 11-M y elaborar un discurso que le permita ganar. Para ganar, tiene que sumar más votos donde nunca los consigue. Para eso, tiene que dejar de escuchar los gritos de Federico y, por mucho que le pese, sólo puede ser la hora de Gallardón.
Y dicho esto ya percibo el ruido de las balas a mi alrededor.
Porque no se atreverán a decir que Cataluña no aprobó el referéndum y, si lo aprobó, entonces la Constitución Española también fue aprobada. Mariano tiene una buena para pedirle a Arzalluz y a Eguibar que contesten a la preguntita. Son orgullosos, dirán que los vascos son diferentes y que, desgraciadamente para los catalanes que a ellos les gustan, no ha salido la cosa bien. Yo les eché unas cuentas hace unos días.
La Generalitat dice que Spanair le pide ayudas para rutas de Girona a Madrid
Con qué poca cosa se resume a veces la esencia de todo. En definitiva, se trata de tener poder para más subvenciones. Quizá hasta de llorar por llorar: los huecos de Iberia - aunque hablemos de Girona - parecen no estar hechos para ganar dinero.
Es bien cierto que AENA e Iberia se han construido desde el centro hacia fuera. Es bien cierto que la propiedad pública - estatal - de los aeropuertos es una imbecilidad como axioma. Pero leyendo la realidad, pudiera ser que todo resulte en una TV3 segunda parte: más de mil millones de euros de deuda acumulada en propaganda.
El fiasco que se anuncia hoy (vendiendo la piel...) puede que nos lleve al aburrimiento definitivo de las lágrimas de cocodrilo nacionales. Y puede que al final los vecinos de Cataluña se pregunten dónde va de verdad su dinero.
Palabras puestas en boca de Xavier García Gaztelu, convicto por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Uno se plantea qué cara hubiera puesto si cada uno de los encañonados y desnucados por él le hubieran dicho esto mismo en sus narices. Él cumplió su sentencia. No sabemos si cumplirá la suya.
Hay gente que se empeña en mirar el mundo desde la luna y no desde las extremidades del bosque:
Mientras los think tanks norteamericanos, las universidades más prestigiosas donde estudian los futuros Nobel, siguen discutiendo sobre el futuro, la nueva España rica sigue anclada en los ajustes de cuentas del pasado. Mientras Fareed Zakaria (una de los 20 tipos más influyentes del mundo según la revista Esquire), columnista estrella de Newsweek y autor de El futuro de la libertad, reabría esta semana el viejo debate sobre la sostenibilidad de la posición de EEUU como primera potencia mundial (How long will America lead the world?) ante la amenaza de 3.000 millones de nuevos capitalistas (por utilizar el término de Clyde Prestowitz) chinos, indios y rusos, nuestros intelectuales, que haberlos haylos, están hoy pendientes del resultado del referéndum sobre un Estatut que hace unos meses interesaba al 6% de la población catalana, y cuando mañana lunes se agoste la venta precipitada de tamaño éxito, volverán a fijar sus ojos en la cuestión vasca, de espaldas a la gran masa de españoles que esa misma tarde estarán pendientes del televisor dispuestos a seguir soñando con los goles de la selección.
Si les permiten acceder, el resto lo cuenta aquí. Pero es la síntesis de lo que ocurre sin mucho más que añadir.
..la certeza de que hasta los monjes budistas, cuyo mayor deseo debería ser según su credo ni siquiera haber nacido, llevan siglos fomentando la construcción de inmensos palacios-templo para su propio solaz, le vuelve a uno nihilista en el trópico, convenciéndole, de paso, que sólo democracias razonables, unidas a una cultura que merezca tal nombre, pueden cambiar las cosas en el mundo.
Héroes mutuos. Pueden leerse el resto ustedes solos.
El periódico favorito de este quien les confunde desde su propio desconcierto se llama The Economist. Otros prefieren leer Le Monde Diplomatique: así les va, yo he desertado incluso para contrastar. Semana a semana lo paso en grande con el sentido irónico, la honestidad intelectual y la firme creencia en la libertad y el libre comercio como mejor medio para que los hombres sean todo lo felices que puedan llegar a ser. Esto último, llegar a ser, es siempre el misterio.
El exámen incisivo de esta semana se dispara ¿contra? ¿en favor? del sueño americano, sus paradojas, debilidades y, desde luego, simultáneas realidades a veces tan abrumadoras. El punto de partida es la extendida creencia (fe, más bien) de la mayoría de los habitantes -nacidos o asimilados- de la república por antonomasia en la movilidad social (sin tapujos: hacerse rico) hasta el punto de ser los menos envidiosos que pueda hallarse: al americano promedio no le importa mucho el diferencial entre el más rico y él mismo, puesto que espera y cree que alcanzar el status del más rico es cosa a su alcance y que depende de que se lo proponga. La desigualdad, nos dice The Economist, y los liberales compartimos, no es intrínsicamente mala. Tres condiciones nos proponen para que sea así:
Que la sociedad en su conjunto sea cada vez más rica
Que exista una red de seguridad para los muy pobres
Que cualquiera, independientemente de su clase, raza, credo o sexo tenga la oportunidad de ascender en el sistema
En definitiva, "una economía dinámica y que crece deprisa puede parecer desagradable en ocasiones, pero ofrece de lejos más esperanza que una economía estancada". El problema que relata The Economist tiene que ver con la transformación y peculiaridades vigentes del sueño americano. Hoy día parece más probable que un niño pobre europeo tenga más probabilidades de ascender socialmente que un niño pobre americano y que esto tiene que ver mucho con la estructura del sistema educativo. Predice mejor tu éxito en la vida la posición de tus padres en EEUU que en Europa. Así, la posibilidad de que un mayor diferencial de rentas sea bien soportada por una mayor meritocracia se pierde.
La conclusión de la revista es que EEUU debe reformar su sistema educativo, sanitario y de pensiones. Algo que está a la vista de todos, sin que esto signifique renunciar a la fe liberal y que la solución provenga de esquemas socialdemócratas clásicos:
These are mightily complicated areas, but the United States has always had a genius for translating the highfalutin' talk of the American Dream into practical policies, such as the GI Bill, a scholarship scheme for returning troops after the second world war. The country needs another burst of practical idealism. It is still the model the rest of the world is following.
Suelo repetirles que soy proamericano. Hay quien interpreta este acto alejado del discurso popular dominante como amor ciego a los colores de un equipo de fútbol. Nada más lejos de la realidad. Los EEUU y la cultura americana generan en nosotros reacciones contradictorias y de simultáneo amor y seducción compatibles con el rechazo. Son las cosas de las relaciones con un imperio y, si no les gusta la palabra, con la cultura predominante de nuestro tiempo. Yo sé que parte de mi está formada por las mejores imágenes generadas por esa cultura dominante.
Esta piececita que les pongo para su ocio casi logra expresar esa compatibilidad de pensamientos. Al final, se pierde en cierto maniqueísmo y simplezas de confundir a Bush con el Tío Sam pero puede valer. Vale también para ejemplificar las contradicciones del antiamericanismo: abrazo sus códigos culturales y su estética, de las que gozo, para lamentar su presencia en el mundo. Qué compleja es la realidad.
Santiago Navajas se (nos) entretenía el otro día con la provocación de situarnos a nosotros mismos, pecadores, en nuestro espectro de elecciones ideológicas: cartesianamente nos repartimos en ejes de preferencia hacia el estado o el individuo y, por otro, al conservadurismo moral o a la bragueta risueña.
Este presunto profesor, de forma no del todo alegre, pone en nuestras manos una prolija y amplia explicación de estos mismos ejes en perfecto audio y video: descubrirán que se puede ser de derechas y creer en los derechos humanos, por ejemplo. Vamos, se lo digo como una provocación. O que hay socialistas moderados. El video vale para escuelas: que Sartine o Santiago me digan, que para eso son maestros (masterminds):
¿A qué es refrescante ser nacionalista como Carod o Maragall, Bono o Vidal-Quadras, Acebes o Blanco, Zapatero o Rajoy?
Especialmente si entretenerse en visitar los mismos sitios para estar de acuerdo en todo y siempre, si leer o escribir para que te lean y te quieran los mismos en espera de una orgía de aplausos se convierte, en tu vida interior, de un tedioso inasumible.
Ahora corresponde el carácter nacional gallego: que se lo digan a Franco y a Fidel Castro, que sabían verdaderamente lo que es ser gallego. Después de la definición, desginación o consideración mayoritaria de Cataluña como nación, de la realidad nacional andaluza, viene el homenaje gallego. Cómo será entonces la nacionalidad vasca cuando toque.
Permítanme decirles que esto ya lo hemos vivido. Es la misma estrategia del PSOE durante la transición y antes de tomar el poder en el 82: creemos autonomías con himnos y banderas donde sea aunque no las haya, porque cada pueblo tiene derecho a ser eso, pueblo. Luego llegarán los tiempos en que descubriremos el descontrol y el despropósito y trataremos de hacer una LOAPA. El Pujol que toque dirá que Cataluña no es lo mismo que Murcia, sino que es otra cosa.
Así que volverá a empezar la reinvindicación de la diferencia real o exagerada para obtener un estatus nuevo, para que se reconozca la personalidad propia. No sé si lo malo es que el lenguaje creativo parece haberse acabado con las naciones. Café para todos es, precisamente, lo que no funcionó o no se supo hacer funcionar...
El disidente es, generalmente, alguien un tanto heroico. El disidente se opone sin beneficio alguno a la corriente mayoritaria. En realidad, su disidencia sólo tiene costes. La dignidad de la palabra se mantiene mientras que el disidente no incurra en el delito para su oposición.
Rosa Díez es una disidente. Como tal, brotan con intensidad los rumores de expulsión del partido, el poder busca la forma de estrangular al diferente. Mala práctica socialista. No son los únicos, no son los últimos, no son los primeros. After all, we're only human.
El disidente es minoritario por definición. Rosa Díez es minoritaria. Tan minoritaria que pierde las elecciones internas sin que parezca que existan apoyos más allá de los testimoniales.
En esas condiciones, ¿debe el disidente tirar la toalla de las prebendas del partido (un puesto de diputado europeo es una prebenda) y seguir su combate a solas? ¿Debe seguir dentro? ¿Debe marcharse a defender lo que piensa en otro sitio ya que su partido, sin que sus militantes parezca que han sido coaccionados, no parecen pensar las mismas cosas? ¿Es legítimo deshacer la disciplina de partido para disentir en esas condiciones?
Hugo Chávez amenaza a las televisiones privadas con retirar sus concesiones. Tiene razones poderosas: no le gusta lo que dicen. Y tiene un arma: sólo el Estado decide quien puede emitir y quién no. Es mucho menos grotesco en las formas, pero España no es diferente. Las primeras concesiones se renovaron no ha mucho, y algún político soltó la frasecita de la posibilidad de no renovación como quien no quiere la cosa.
Más grave es cuando no se renuevan licencias de radio de emisoras que el poder designa como no veraces. Eso ha ocurrido. Peores son las atribuciones que se otorgan a los llamados Consejos Audiovisuales, que con la bendición de propaganda ideológica que supone decir que los tienen en toda Europa quieren decidir como si fuéramos tontos de qué se debe informar, cómo no hacerlo, qué lenguaje emplear, qué idioma usar y quien puede emplearlo o no. La censura nunca ha tenido mecanismos tan sutilmente amables.
Amanezco hoy con esa federación forzada que es CiU que pide que TV3 no pierda los derechos del Barça a manos de una empresa privada que paga más. Me regodearía con este aspecto como prueba de la maldad del intervencionismo, pero no sería honesto intelectualmente: no existe el mercado televisivo y sus usurpadores son políticos antilibertad y empresarios que sacan ventaja de los pasillos. Me regodearé en lo verdaderamente evidente. Este párrafo casi lo cuenta sólo:
En la práctica, Pujol reclama que el club catalán fortalezca sus finanzas a través de una aportación extra procedente de los fondos públicos. TV-3 se financia en buena medida mediante subvenciones de la Generalitat y arrastra una deuda acumulada cercana a los 1.000 millones de euros.
El fútbol, bien público. La televisión, bien público que desvía recursos de donde hacen falta para reclamar después una imposición intolerable. ¿No es una tropelía humillante contra los ciudadanos? ¿No es un secuestro de su libertad y su dinero? Es tan grave cómo la población acepta con naturalidad que el gobierno decida quien puede emitir y quien no, bajo qué condiciones, y que emplee dinero público en cantidades desproporcionadas para ofrecer lo mismo que el sector privado ofrece gratis, que nadie acepta mis palabras gruesas. Timo. Estafa. Robo. Secuestro de la libertad. Nadie lo aceptaría para un periódico. O un libro.
Si el espectro es escaso, que se subaste. Si se subasta, que haya igualdad de oportunidades de conseguir un espacio. Si el espectro es insuficiente para todos los que quieren emitir, que se subasten los espacios horarios y sus tiempos de uso. Ah, ya hoy no se puede hacer. Pero la tecnología terminará con esta mentira. Por eso quieren el control de internet. Si me pongo en plan ciencia ficción, si me pongo en plan Asimov, diría que la lucha de nuestro tiempo es la lucha por la libertad de emitir imagenes en movimiento. Vivan los cientos de You Tube que brotan por el mundo.
Hombre, no es que aquí, saben que no, se honre la memoria del extinto general gallego tan amigo del fusilamiento como forma de hacer política, pero algunas cosillas tienen tufo a provocación, veamos si Marianico va de largo:
Lo de que sea inconstitucional la estatua del africanista, me lo tiene que explicar un jurista.
Lleva allí muchos años: ni Suárez, ni Calvo Sotelo, ni Felipe, ni Aznar repararon en el detalle de la inconstitucionalidad. A lo mejor pensaron que ofenderían al estamento militar, que diría que el del Ferrol fue director de esa magna institución.
El Gobierno no ha tenido el detalle de consensuar la cuestión con la oposición en aras a una política verdaderamente de estado y no destinada a crujir las costuras.
Como ya se ha dicho, no ha esperado a tiempos más oportunos.
Vaya por delante que este escribidor considera inadecuado que la formación de los militares profesionales españoles esté presidida en forma de vista por un símbolo tan trascendente: no es profesional y tiene connotaciones peores, la de que el ejército español es cosa de los vencedores y no de todos. Como esto es bien cierto y el Partido Popular debería estar de acuerdo, no tendría que ser Mariano tan corto de entrar al trapo y debiera más bien hacer una declaración inteligente, apoyándose en su buena ironía y cautela, haciendo ver que su derecha no es la de toda la vida y no ve bien la asociación ejército español-general victorioso contra la horda roja. Y con esa misma socarronería dejar en evidencia el intento de pillarle fuera de juego.
De verdad que una mirada inteligente a esta provocación le daría oxígeno ideológico y puede que empezara a desactivar la espiral de comunicación derecha-España-fascismo. No sé ustedes, pero a mí es el pequeño detalle que me falta. Es que la estética es mucho en política.
La argumentación es muy razonable y allá se pueden encontrar un montón de comentarios y críticas educadas y serenas como corresponde, entre ellas la mía. Me refiero a un argumento que se repite mucho entre la diversidad de personas de buenas intenciones que habitan esta piel de toro (pero qué patriótico me queda esto): si esto sirve para que Batasuna condene la violencia. No es moco de pavo, pero a uno le queda la duda de si se trata de una condena táctica para llegar a una imposición o el reconocimiento, con su consiguiente proceso educativo de la marea de votantes no siempre tan razonables que les siguen, de que se trata de una opción moralmente errónea.
Es como lo decía el ex-etarra, colaborador de la justicia y camuflado, puede que para el eterno, José Manuel Soares Gamboa. Como saben, llevo unos días recordando las cosas que han pasado hasta que hemos llegado hasta aquí. Anoche tropecé con una serie documental que Telemadrid y El Mundo están emitiendo en esta nuestra Comunidad.
Pese a las reticencias que el pedigree de productores puedan surgirles a algunos, mi impresión es que es un buen trabajo (en lo que vi ayer, se echarían en falta opiniones del mundo nacionalista) y que lo que aquí refiero es indiferente al sesgo que se le haya querido dar: la cita es de un fragmento de una rueda de prensa concedida en su día por el disidente.
Disidentes, efectivamente. Porque uno de los aspectos más tristes de lo que puede llegar a ser una falsa paz es que no son solamente las víctimas, los amenazados y en general todos los demócratas que han resistido una presión que ya se empieza a olvidar (ese sudor frío de saber que te pueden matar, la convicción de que hablar y decir lo que se piensa puede arruinar tu vida en cualquier bar de Andoain): también pierden los que tuvieron el valor de disentir, salir de ETA, no pedir nada y decir en público enfrentándose a la misma persecución que cualquier concejal del PP o el PSOE que todo era un delirio.
Tachados de chivatos y traidores, entre ellos los mismos condenados en el proceso de Burgos, creo que ninguno olvidamos el rastro de sangre de Dolores González Catarain. En el mismo documental de ayer, la voz y las declaraciones en el juicio del encargado de la labor. Basta con escuchar eso para saber a qué atenerse.
Esa presunta manía del PNV de volverse autonomista o independentista según los tiempos, ese detalle que unos apuntan como el retorno al posibilismo y que yo sólo interpreto como un aplazamiento. La pregunta es pertinente: aparte del ruido del manifestódromo en estos días, se ha colado la petición del lehendakari de "realojar" la Comisión Nacional de la Energía en Bilbao. No me digan que no es gozoso comprobar las miserias de todos en tan pequello detalle:
¿Acepta el PNV una institución española en su territorio destinada a regular el mercado español y que, entre otras cosas, hará ondear una bandera nacional de importantes dimensiones en su sede? Recuérdese que, para todo lo demás, se autoexcluyen.
¿Acepta el PNV la palabra nacional no referida a Euskal Herria puesta en la puerta de una institución que no es de ellos?
Siendo en realidad una iniciativa del Partido Socialista de Euskadi, que además pone como apellido el del español, ¿no pretende el lehendakari parecer que tiene capacidad para arrancar cosas a Madrid? ¿O es el pase de la muerte?: si lo pide el lehendakari no vendrá nunca, con los dos puntos anteriores descartados por cortina de humo. Pero qué jesuítico.
¿Va Zapatero a repetir el numerito de pagar un montón de dinero a los funcionarios de la CNE - que no sé cuántos son ni su valor - para acallar las protestas de movilización a territorio liberado? (Uy, el miedo de los padres a que los niños sean escolarizados en euskera)
¿Va Zapatero a perpetuar el cabreo con los madrileños de cara a las siguientes elecciones, esas en las que se deja a Simancas a ver si se quema ya del todo?
Lo esencial es que no se ha aprendido nada del asunto de la CMT y se pretende perpetuar la España plural de mentira: lo que se hizo con toda la potestad del Gobierno y sin ningún sentido común, lo que se hizo como moneda de cambio para los símbolos no puede ser el procedimiento. Parte de una idea justa, razonable y debo decir que necesaria: ¿por qué Madrid en la era de las comunicaciones ha de ser la única sede de las instituciones estatales? La Unión Europea tiene el buen criterio de repartirlas entre sus países miembros y en ciudades teóricamente secundarias. Seguramente porque debe ser democrático - a mí me lo parece - que los beneficios indirectos de la administración del estado (viajes, acumulación de personal cualificado...) sean sólo de uno, y porque si el Estado es de todos, de todos es la posibilidad de beneficiarse y prestar servicios.
La diferencia con nuestra querida UE, porque cuando se quiere se es muy europeo pero cuando se trata de ser coherente con la europeidad ya es otra cosa, es que en Bruselas no se trata del dedo superlativo del jerarca de turno, sino de todo un concurso de méritos, con el combate de influencias que ustedes quieran, pero con la oportunidad abierta a todos. Especialmente si tenemos en cuenta que al alcalde de Bilbao parece que no se le ha preguntado. O si tenemos en cuenta que lo mismo Córdoba, con su AVE a tiro de piedra de Madrid y Puertollano, esa refinería en la nada de La Mancha, piensa que reúne excelentes requisitos para ser la sede.
Fíjense que forzar esta competencia es de lo más liberal. Y de lo más socialista, por aquello de la igualdad.
Ráfaga de Antena 3 sobre la manifestación. Uno ya ha dicho lo que piensa sobre la negociación por amor a los amigos, por activa y por pasiva. Espero que no me maten, pero lo que he visto ha resultado un despropósito que ni la serena imagen de Mayte Pagaza puede borrarme de la cabeza. El presidente de la AVT ha terminado (o creo que ha terminado, porque las noticias se editan como se quiere) exclamando: "España no se rinde".
Malo. Mala estrategia. Mala comunicación. Hay que saber qué significan las cosas, cómo es la comunicación. Dice Ricardo Royo de los antecedentes:
Subo de pasear al can por Valle Suchil y me cruzo con al menos tres rebaños de quince o veinte falangistas cada uno, con sus camisas azules y todo, y sus cabezas rapadas, que si les viera el pobre José Antonio se quedaría espantado. Es España, que pasa camino de La Castellana
Si España no se rinde y camina hacia la Castellana, es que se ha conseguido lo peor: sólo han de ser españoles, pues, los que allí estaban y, evidentemente, no resultan serlo los que no estaban. Así bandera, derecha matona, identidad y obstáculo al llamado proceso de paz quedan identificados. El saleroso Zapatero, Salvater dixit, responde con una bella trampa dialéctica:
“la gran mayoría de ciudadanos de este país está empeñada en ver el fin de la violencia, de ver la paz en Euskadi y en toda España"
Yo diría que es algo más que la gran mayoría. Son probablemente todos. La mentira reside en que querer paz no es lo mismo que la paz a toda costa y volviendo al Fernando Savater de hoy, "los que hemos vivido décadas bajo la paz franquista y hemos padecido su propaganda ya sabemos algo de las ambigüedades de la palabreja... Aprendimos, por ejemplo, que la mayoría no quiere la paz (que si es verdadera se basa en la libertad), sino sólo que les dejen en paz, aunque sea encerrados en un corral".
Zapatero está contra la pared y Polanco al descubierto. Las vacilaciones de Rajoy han permitido a Gallardón acariciar la idea de un partido maduro para caer en sus garras. Eso no sucederá. Pero no es hoy el día de demostrárselo. Tampoco de facilitar la enésima operación de desprestigio contra la AVT, el PP o la COPE. Al paso de Gallardón, ni un insulto, ni una injuria, sólo un silencio sepulcral y despectivo. Ya tendremos días para hablar largo y tendido de ese sujeto, de ese cáncer de la derecha española, de ese agente doble, de ese hijo político de Vellido Dolfos. El lunes, sin ir más lejos, desde las seis de la mañana. Pero hoy, no; hoy, el peor desprecio es no hacer aprecio. Gallardón no existe. Sólo existen las víctimas del terrorismo, España y nuestra libertad. A Gallardón ni caso.
Observo que el caballero Losantos no ha olvido los manuales de guerra revolucionaria. Doña Esperanza, huyendo de la etimología de su bautizo, ha asegurado con la certeza de quien se siente segura, nos dice Antena 3, que nada menos que un millón de personas estaban allí. Ya estamos con el lío de las cifras: es el último despropósito, si ya es un éxito la abundancia de los que acuden, se convierte en la ruina de credibilidad la exageración de la propaganda.
En resumen, el desastre comunicativo se perpetúa: España, banderas al viento, camisa azul, partido popular y la defensa heroica del Alcázar reeditada perfectamente unidos en un único mensaje de fondo para las psiques de los espectadores de televisión, carne de cañón para Iñaki, alimento de la carcajada segura de Arzalluz y Otegi, tranquilidad para el sueño de Zapatero.
El intervencionismo y la castración de la libre empresa parece jugar a transformarse, como la energía. Ustedes ya saben que el mercado de la televisión, por llamarlo así, es una de las cosas más manipuladas, deformadas y estafadoras en contra de la libertad de los individuos que se puedan encontrar. Ustedes ya saben que los socialistas de todos los partidos encuentran todo tipo de excusas, argumentos y legitimidades para controlar, manejar, depauperar los fondos públicos, mentir, manipular y apropiarse de la televisión.
Sabido es, pero no todos conocen, que el Estado en una singular interpretación de lo absurdo, obliga a los operadores de televisión a comunicar su programación con once días de antelación. Esta imbecilidad propia de la socialdemocracia imperante y del moralismo complementario del conservadurismo cuando gobierna, debe su nacimiento a una tragedia: la contraprogramación, esa práctica competitiva elevada a crimen público y felonía inmoral contra el público y que fue convenientemente publicitada por mucha prensa ante un argumento demoledor: las páginas de televisión de los periódicos y de revistas consagradas a ello, no servían para nada y los ingresos se resienten, mucha gente dejaba de comprarlos por este motivo. Viva la libertad de mercado.
Ahora nos vienen con una mejora: los once días pasan a siete. ¿Puede alguien decir en qué consiste la diferencia? Si quieren encontrar lo más parecido al ridículo que un diccionario puede emplear para ilustrar este término, léanme esto:
...la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) defiende la necesidad de que se mantenga por ley la obligación de las TV de dar a conocer su programación con 11 días de antelación con el fin de evitar la contraprogramación, facilitar a los consumidores la «planificación de su tiempo de ocio», y evitar «perjuicios a los anunciantes y productores de contenidos»
Es que yo soy mayor para planificarme mi ocio a la vista de las circunstancias y las empresas de televisión sabrán guardarse de perjudicar a sus clientes de una forma que dañe sus cuentas de resultados. Pero quieren que el estado nos lo resuelva eliminando, por supuesto, la libertad para competir sin dañar los derechos de los demás (el que me diga que saber lo que va a poner la televisión es un derecho que, por favor, me invite a una paella que pagaré yo si logra convencerme en un 1%).
Pero todo este ruido oculta siempre las preguntas importantes: ¿por qué el estado se empeña y todo el mundo da como bueno lo que puede hacerse y decirse por televisión y no aceptaríamos que lo hiciera con un periódico (incluso una radio)?
...querido amigo y medio hermano en la fe, Luis, Citoyen. Savater, hoy. Empecé recogiendo párrafos, pero me he dado cuenta de que es mejor reproducirlo entero, añadir unas negritas imprescindibles y que lo lea quien le dé la gana:
Quizá la más conocida de todas las citas de Abraham Lincoln sea esa en la que afirma que "se puede engañar a parte de la gente todo el tiempo o a toda la gente parte del tiempo, pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo". Pese a su venerable retórica, parece algo digno de ser recordado en el actual tira y afloja político a raíz de que ETA declarase su forzoso alto el fuego permanente. Subrayo lo de "forzoso" para que nadie olvide que no se trata de una concesión generosa de la banda, sino de un callejón sin salida al que ha llegado no porque se haya cedido a sus exigencias, sino porque se la ha acorralado -nacional e internacionalmente- sin ceder a ellas. Sin embargo, ETA no se ha disuelto, ni ha entregado las armas, ni ha desaparecido de la noche a la mañana (sus idas y venidas por Francia revelan que sigue activa aunque en suspenso, a la espera de ver qué es lo que le conviene hacer). Es posible que aún siga enviando cartas de extorsión a los empresarios: en cualquier caso, es seguro que nos ha mandado una carta de extorsión colectiva a todos los españoles, a través del Gara y de sus portavoces habituales de Batasuna, con exigencias políticas y territoriales muy claras. Y es el momento de recordar lo que siempre se ha recomendado a quienes recibían esas cartas: que no pagasen, aunque ello implicara correr riesgos. Supongo que tal consejo es válido también para el chantaje colectivo y no sólo para el individual...
Por decirlo suavemente, la actitud del Gobierno en esta tesitura está llena de contradicciones que nos preocupan cada vez más a quienes hemos querido democráticamente confiar en su gestión del asunto. De ahí el recordatorio de la frase de Lincoln citada más arriba. Si de lo que se trata es de que representantes institucionales se reúnan con los jefes de la banda para organizar con ellos el abandono definitivo de las armas, salidas individuales judicialmente aceptables para los terroristas, acercamiento gradual de presos, etc., el asunto puede resultar más o menos vidrioso, pero sin duda merece la pena intentarlo. La "mesa con ETA", por llamarla así, puede despertar preocupación o llamadas a la prudencia, pero no escándalo. Lo que en cambio parece imposible de asumir por instinto de conservación democrático es mezclar esas conversaciones con otras de corte político en las que se involucrarían en un totum revolutun los portavoces del terrorismo, el resto de los partidos nacionalistas y acólitos en busca de réditos por el fin de la violencia (tras haber obtenido tantos antaño de la violencia misma) y los representantes de los partidos constitucionales, es decir, de los ciudadanos que han padecido estos años la coacción terrorista. Y todo ello en una segunda "mesa", "espacio" o lo que sea, situada fuera del Parlamento y de las instituciones, que quedarían así visiblemente suspendidas y entre paréntesis derogatorios como ETA siempre ha pretendido.
Si yo no les comprendo mal -y a estas alturas comprenderles bien no resulta precisamente fácil-, el Gobierno y el PSE dan por buena y necesaria esta segunda mesa, ayer decían que "en ausencia de violencia" y hoy parece que también con violencia, al menos latente y amenazante. Una pregunta cándida pero necesaria y que sin embargo aún no he escuchado: ¿alguien puede facilitar a los ciudadanos un solo argumento a favor de la necesidad o de la oportunidad de tal mesa, aunque haya acabado la violencia terrorista? ¿Es que acaso hay temas que no pueden tratarse en el Parlamento, que es la institución destinada al debate político en democracia? Si los partidos que van a reunirse en ese foro son legales, ¿por qué no van al Parlamento, como han venido haciendo hasta ahora, y marcan los cánones constitucionales? Si algunos no son legales, ¿por qué los demás van a reunirse institucionalmente con ellos, poniéndose a su altura, en lugar de presionarles con su no reconocimiento fáctico para que se legalicen cuanto antes? Se dice que después de la violencia, vendrá la política. ¿Qué política? ¿No se ha hecho política democrática hasta ahora en el País Vasco? ¿No se han sometido a elecciones los candidatos constitucionales amenazados, aun sabiendo que tenían muy limitadas sus posibilidades de expresión política por la violencia terrorista? ¿No han muerto Gregorio Ordóñez, Fernando Buesa y tantos otros por intentar hacer política, contra viento y marea? ¿Resulta ahora que los nacionalistas del PNV y EA, que llevan gobernando, haciendo y deshaciendo a su antojo educativa e informativamente, monopolizando la política en el País Vasco gracias a que los demás están acogotados por ETA, aún necesitan nuevas concesiones del Estado y más manos libres para blindar definitivamente su espuria hegemonía? ¿Hay que concederles alguna compensación ya que en el futuro van a perder la ventaja política que les atribuía la actividad de ETA?
A favor de la segunda mesa de partidos sólo puede haber dos argumentos, aunque nadie se moleste en darlos explícitamente porque son difíciles de sostener en público. El primero es que ya se ha pactado bajo cuerda con los nacionalistas -tanto con los que muerden como con los que de momento llevan el bozal puesto- que habrá semejante concesión política para que ETA opte definitivamente por la jubilación. Será el momento de buscar una fórmula en la que "todos los partidos vascos se sientan cómodos". Ahora bien, no existe una mágica fórmula política según la cual puedan estar simultánea e igualmente cómodos los partidarios de los derechos ciudadanos y los que piensan que los derechos son inherentes a los territorios, los que mantienen que el ser -es decir, la identidad étnica- cuenta más que el estar -o sea, la igualdad constitucional- y quienes opinan lo contrario, los que creen que sólo hay que abrir el estado de derecho por arriba, hacia la unidad europea, y los que desean desguazarlo por abajo, hacia las inacabables y legendarias "realidades nacionales" que vayan proponiéndose. Hay que elegir también aquí, como es preciso elegir entre educación confesional o laica, guerra preventiva o prevención de la guerra, asistencia social justa a quien padece cargas familiares extraordinarias o simple caridad privada, etc. A fin de cuentas, el final político de ETA no puede ser más que el refrendo de la Constitución, es decir, de las normas para la libertad de todos, o el refuerzo del nacionalismo obligatorio y omnicomprensivo que consigue en esta "nueva etapa" más privilegios. O lo uno o lo otro, pero todo a la vez y por igual, desde luego que no.
El segundo argumento a favor de la mesa de partidos (y su paso previo, el entendimiento torticero del PSE con Batasuna) es que sin tal concesión queda bloqueado el "proceso de paz" (¿) y ETA puede volver a las andadas. Ante eso, no podemos sino remitirnos a lo aconsejado en caso de recibir una carta de extorsión: por el bien de todos, resistir y no pagar. ¿Que Batasuna bloquea no sé qué? Pues es problema suyo, porque los que están ilegalizados son ellos y ellos son los que necesitan normalizar su situación para gozar de lícitas ventajas institucionales. O espabilan ahora o tendrán que prolongar su "apartheid" hasta que lo insostenible de su posición les lleve a ceder. Los demás no tenemos prisa. ¿Que ETA se enfada? Y ¿qué va a hacer? ¿Volver al tiro en la nuca y el coche bomba en las circunstancias de la España y de la Europa actuales, que le son tan poco propicias? No cabe duda de que puede hacer sufrir todavía, pero lo que no consiguió antaño con vientos históricos más favorables, menos va a lograrlo ahora. Prolongará nada más la retahíla de sus presos y el sacrificio idealista e ingenuo de jóvenes arrastrados hacia la violencia. Los que tanto les hemos resistido ya, podemos resistirles un poco más todavía. De modo que ellos verán. El alto el fuego permanente es una noticia excelente si lleva a que los militantes dejen ETA y acepten la legalidad; pero sería muy malo si determinase que es la legalidad la que debe reconocer a ETA. Y hay que ser muy bribón o muy obtuso para decir que quienes ponen condiciones a la negociación no quieren la paz. ¿Paz? Los que hemos vivido décadas bajo la paz franquista y hemos padecido su propaganda ya sabemos algo de las ambigüedades de la palabreja... Aprendimos, por ejemplo, que la mayoría no quiere la paz (que si es verdadera se basa en la libertad), sino sólo que les dejen en paz, aunque sea encerrados en un corral.
Sin confianza no suele avanzarse, pero el exceso de confianza puede ser letal. El entrañable Miguel Gila contaba en uno de sus monólogos el caso de un conocido que pereció al cruzar la vía del tren. Sea por apresuramiento o por miopía, en el cartel que avisaba "Paso peligroso" leyó: "Pasa, saleroso". Y claro, le atropelló el expreso. Zapatero, resalao, ponte las gafas y mira bien a derecha e izquierda antes de lanzarte a cambiar de acera...