sábado, junio 24, 2006

Desmemoriado (servidor)



He llegado al hartazgo de tanta lanza arrojadiza y tanta revisión del pasado. Siento que estamos en manos de una generación de políticos que miran el mundo por un agujero pequeño, pequeñísimo, y que encima lo hacen de espaldas. A vueltas con la memoria histórica. Quién habra acuñado este concepto. Me da por pensar que es una especie de venganza personal contra sus frustaciones, sus carencias, especialmente de las que ni siquiera son conscientes. Como lo son los escritores de editoriales de El País:
Sería lógico que la derecha actual admitiese como parte de una memoria compartida el intento de democratización que, tras la dictadura de Primo de Rivera, supuso la Segunda República, pese a que fuera fundamentalmente impulsado por las izquierdas y pese a su fracaso final. Un marco compartido implica asumir todas las tradiciones que convergen en la democracia, asumiendo su complejidad.
Ahí los tienen, entretenidos en contarnos una historieta que nunca vivieron, reflexionando sobre sus egos de hombres cultos, avanzados y sensibles. Diciendo reparar daños de los que sólo ellos y su clac están pendientes. Sería lógico que la izquierda dejara de entretenerse en querer ganar una guerra que ya no se puede ganar. Y que ya debería importarnos un pito: ¿quién tiene las narices de hacer culpables de cosas de sus abuelos y bisabuelos a sus nietos?

El mundo, en cambio, es un lugar muy interesante. Pasan cosas.