Mi querido Louis le Citoyen, esa encarnación virtual de la juventud que perdí y en la que no fui, clama desde su escondite:
Es la lógica del todo vale, no hay formas, somos salvajes. La tribu debe vencer, todo por la tribu, ganaremos, tenemos que ganar. Conozco a bastantes miembros del otro lado de la blogosfera, Rallo, Bastiat, Berlin Smith... ¿Vosotros estáis con ellos? Yo quiero saberlo.Leo tus palabras angustiadas con retraso, las contemplo con distancia. Las contemplo desde mi experiencia de columnista ególatra. No puedo evitar rememorar:
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Tengo el costado repleto de balas de papel. El primer día sientes que llegan. Luego, aprendes a diferenciar de donde viene el papel y, como los campos electromagnéticos que cubren a la Estrella de la Muerte, uno se vuelve insensible a según que papeles. Y ya está, uno continúa oyendo ladrar desde su caballo.
(Para comprenderme y que no piensen que es un post privado, deben pasarse por la casa de Citoyen. Uno está familiarizado con algunas experiencias de semilinchamiento blogosgférico, pero no hay que alarmarse. En realidad, se trata de continuar la búsqueda para seguir leyendo allá donde se pueden encontrar argumentos diferentes a los de uno, por si acaso la razón embriaga y se cree que es, la razón presuntamente ganada, perenne)
(Otra coda: viene muy bien para esta cuestión pasarse por donde Ricardo Royo, que anoche apuntó una lección de humildad para todos nosotros los blogosféricos)
(Y una más. Quizá los versos adecuados hubieran sido: De diez cabezas, nueve /
embisten y una piensa./ Nunca extrañéis que un bruto / se descuerne luchando por la idea.)
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