Lo de Vaya Semanita, o como quiera que se llame, no me suele resultar gracioso, más bien me da un escalofrío. Porque ponemos ingenio en convertir en risible lo que es criticable. Es cierto que lo criticable puede presentarse como jocoso, irónico, incisivo o lo que quieran, pero no sé si se puede ser tan amable o tan equidistante. Pónganse en la piel de este perseguido:
Tags:
|