sábado, junio 03, 2006

Ciencia, revolución, energía, recursos y futuro



Futuro ¿próspero?. Lo mismo alguno de ustedes recuerdan a la entrañable antiamericana Yosmary Delgado: nos decía que era muy malo beber pepsi y usar microsoft mientras escribía gratis en el muy yankee Blogger.

Acabo de descubrir este artículo de maravillosa ingenuidad revolucionaria (ojo, la ingenuidad revolucionaria suele terminar en ruina, cárcel y muertos) pero que resulta de un demodé delicioso en estos momentos del siglo XXI. Deléitense con estos párrafos de oxidada versión marxista de la ciencia:
En las últimas décadas, las transformaciones del capitalismo en los países imperialistas, principalmente en los Estados Unidos, han acelerado la modificación del modelo de la ciencia, terminando así con un modelo heroico, cuando la mayor parte de los científicos investigaba por su afán de saber, descubrir la verdad y repercutir de manera positiva con sus nuevos inventos en la humanidad. Esta aceleración ha generado una coalición entre los intereses del Estado con los de las empresas capitalistas, lo que se evidencia en el financiamiento de la investigación, que pese a ser patrocinada por el sector público, genera unos resultados que son apropiados fraudulentamente por el capitalismo privado o directamente este último la patrocina de principio a fin, para controlar desde los temas que se investigan hasta sus resultados. Por su parte, los científicos e investigadores no son más que empleados de las empresas capitalistas. En este sentido, la tan alabada libertad de conocimiento de la ciencia occidental no pasa de ser un eslogan.
Esto me recuerda una anécdota de Gorbachov, que no sé si es cierta ni donde está, pero que viene al pelo. A punto de iniciar la Perestroika le dijeron: "los occidentales hacen cosas increíbles, tienen jeringuillas tan finas que no hacen daño". Mientras, los misiles soviéticos eran todo un ejemplo de ciencia puesta al servicio de la humanidad. Así que puede decirse que el imperio del mal fue derribado por cosas tan simples como jeringuillas que no hacen daño. Si tienen tiempo, léanse lo de Yosmary completo, que es divino. Una pena, porque escribe bien, debe ser inteligente, pero alguien le ha puesto orejeras.

Ya saben que hoy sabemos que Evo va a nacionalizar la tierra y va a crear derechos especiales para los indígenas y sus tradiciones ancestrales. No digo que lo sean, pero deberíamos preguntarles a los periódicos que tanto nos informan si esas costumbres y maravillosos derechos ancestrales son democráticos. Los va a arruinar. Al tiempo. Es que en Hungría ya probaron estas cosas y no son partidarios. Hay prueba empírica.

Mientras, Lula ofrece un discurso de los llamados sociales y patrióticos que resulta mucho más ambicioso y probablemente más interesante para la prosperidad futura de los brasileños:
Lula ha asegurado que este mismo mes anunciará la construcción de 26 buques -de un total de 46- que serán armados con acero brasileño en astilleros brasileños. También ha calificado de un "éxito extraordinario" el Programa de Biodisel, para producir combustible diesel a partir de semillas rica en aceite, como el ricino, la palma y la soja.

La ley brasileña obligará, partir del 2008, a añadir un dos por ciento de este combustible a los tanques de la toda la flota automotriz nacional. "Brasil será en el siglo XXI la mayor potencia energética del mundo", ha prometido Lula, que ha añadido que Petrobras hará prospecciones dentro y fuera de Brasil en busca de petróleo. "Donde haya petróleo vamos a estar, disputando con quien quiera que sea. Pero al mismo tiempo vamos a estar plantando petróleo", ha afirmado el presidente brasileño.
Hay dudas sobre la viabilidad de estas cosas (bueno, como muchas en la vida) pero la calidad y orientación del discurso no tiene nada que ver. Mientras el chavismo y el moralismo se orientan a unos principios morales extraños y absurdos, Lula parece que apuesta por crear riqueza, mejor manera de que los pobres dejen de ser pobres. Nuestro amigo Peripatético podrá darnos una visión más certera de estas impresiones tomadas de cuatro letras de prensa.