¿El Lehendakari de los vascos pidiendo perdón a las víctimas por el sufrimiento, la soledad y la lejanía de los poderes públicos en general y las instituciones vascas en particular?
Hay quien lo pinta precioso en la prensa. Una especie de por fin. Mi desconfianza en las malas artes del nacionalismo vasco es compulsiva, lo admito, pero es que no se sostiene el análisis:
- El señor Ibarreche ha tenido mucho tiempo para llegar a esta conclusión. Ha tenido que esperar a que los chicos de la gasolina digan que vayan de Ghandi por la vida. No salgo de mi asombro.
- Habla de las instituciones vascas como si fueran un monolito. Cabría preguntarse quién votó a favor de la aceptación de Josu Ternera, prófugo, en la comisión de derechos humanos del parlamento vasco. Sé de dos grupos que no lo votaron. Casualmente, haciendo un recuento de víctimas resulta que son los que ponen los desnucados.
- "Los vascos sentimos el horror y la vergüenza, no sólo de la tragedia de Hipercor, sino de todos y cada uno de los asesinatos cometidos por ETA utilizando nuestro nombre": hasta ahora sólo unos vascos sentían horror y vergüenza, porque el lehendakari y sus amigos estaban muy preocupados por pagar autobuses a las familias de los convictos de asesinato, secuestro y extorsión. A tipos como los que están hoy en la Audiencia Nacional partiéndose el pecho mientras les cuentan como pusieron el frío cañón de sus armas en la nuca de Miguel Ángel Blanco. Continúa el misterio del vómito que se encontró al lado del moribundo.
- "Vuestro sufrimiento es nuestro sufrimiento y vuestra memoria será nuestra memoria. Nunca más": ya. Pues es muy sencillo. Basta con decir que no se puede extraer ventaja política ni negociar nada fuera del parlamento vasco. Para que las instituciones no sean lejanas.
P.D.: Dice Juan José que siente horror y vergüenza porque el nombre de los vascos se haya empleado como justificación de los disparos. Es pertinente preguntarle si él puede hablar también en nombre de los vascos para pedir perdón. Porque puede que haya vascos que no tengan que pedirle perdón a nadie. Más bien parece que unos vascos le tienen manía a otros vascos. Casi como los que se plantean quien puede votar y quien no en el referéndum hipotético que se ensueña en las cocinas de PNV, EA y HB.
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