lunes, mayo 14, 2007

A Sarkozy, por la izquierda


Explicación de André Glucksmann:
"He apoyado a Sarkozy en las últimas elecciones francesas porque ha vuelto a poner la bandera de los derechos humanos en la política exterior francesa (Chechenia, Darfur, las enfermeras búlgaras condenadas en Libia), porque ha decidido recuperar la iniciativa en Europa con propuestas pragmáticas y no con grandes discursos y porque se enfrenta, por primera vez, después de 30 años de gobiernos de izquierdas y derechas, al problema fundamental que padece hoy Francia: el paro y la falta de crecimiento. Soy un hombre de izquierdas y por eso, aunque suene paradójico, apoyo a Sarkozy. Es el único que considera que el problema central es el de enfrentarse al peor de los males de una sociedad moderna: la falta de trabajo"
Debemos suponer que, al tiempo que comparte el peor mal de la sociedad moderna, comparte la base del diagnóstico de Sarkozy que, obviamente, no parece ser el de Segolene o, por ejemplo, José Luis.

El resto es, sin duda y por como es el personaje, interesante, por ejemplo:
yo era maniqueo, como lo fueron todos entonces, y creía que había una diferencia tajante entre buenos y malos. No tardé mucho en descubrir que los buenos podían no ser tan buenos aunque los malos siguieran siendo malos. Fue en 1956 cuando los tanques soviéticos reprimieron la insurrección de Budapest
O, mirando para casa:
Como estoy en España, me gustaría referirme al Guernica. Picasso no sólo acusaba a la Legión Cóndor. Lo que denunció en su cuadro, y que sólo se entendió después de la Segunda Guerra Mundial, fue el silencio del mundo entero que permaneció impasible ante las bombas que asesinaron a miles de civiles que acudían al mercado. Es lo que ha pasado con Chechenia, donde han muerto entre 200.000 y 250.000 habitantes y donde otros 200.000 son refugiados, y nadie ha dicho nada