Tiempo ha llegué a leer que la querencia, creación o afición de Fidel Castro por proclamar garganta abierta patria o muerte (venceremos) estaba inspirada en José Antonio Primo de Rivera. O en la Falange Española, que puede que no sea exactamente lo mismo. El habanero común, practicante del socialismo real, respondía sencillamente - a patria o muerte - ¿dónde está la contradicción?.
El socialismo del siglo XXI ya se ha anunciado: "patria, socialismo o muerte". El problema de Hugo Chávez es que no resulta nada original, sólo repite los actos y estrategias de un fracaso patológico, el del señor barbudo un poco más al norte. Al igual que el misteriosamente llamado doctor Castro (¡pero si no es doctor!) anunció el carácter socialista de la revolución cubana después de negar su inspiración comunista de forma documentada y explícita (ahí están los bancos de imágenes, bendita tecnología), Chávez - que es como los que se visten de Elvis y repiten the king lives - va repitiendo imágenes, símbolos y no sabemos si la astucia del hijo de la señora Ruz: lo que es bien cierto, es que el socialismo del siglo XX ha arruinado a más de uno, en especial a los cubanos. Sin tener en cuenta los muertos y encarcelados, ¿por qué iba a ser mejor el del siglo XXI?
El racismo, un elemento consustancial al Caribe, hace su juego. Mi médico, que es venezolano y mestizo, que es compañero de promoción del actual ministro de sanidad de Venezuela, se teme lo peor. Allí ya le han dicho lo que curiosamente decían algunos militantes socialistas españoles cuando apareció Filesa: ellos han robado durante años, ahora nos toca a nosotros. Ellos aquí tiene color. El moreno le dice: los blanquitos robaron durante años, ahora nos toca a nosotros. Socialismo o muerte, claro.
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