domingo, mayo 20, 2007

Gotas de ácido en campaña: cap. 5.- El PP como confusión doctrinal


Tantas veces se me advierte del grado de ingenuidad que supone pensar que la gente actúa con racionalidad (que es sabido, pero hasta en su irracionalidad se pueden crear modelos), que cuesta decir que uno se sorprende. Veo en uno de esos entusiasmantes telediarios de no sé qué canal, cómo eso que suele llamarse incontrolados han provocado un relevante número de destrozos en una sede del Partido Popular. No me voy a entretener en lo curioso que es que sea a los que se les llama fascistas los que tengan los cristales rotos, pero de eso ya hablamos con Elvira Lindo.

No, lo chocante es el lema que la sede del Partido Popular de ese lugar recóndito tenía pintado a todo trapo en su escaparate: "por el cambio". ¿De verdad no hay edad para recordar que ese fue el lema de Felipe González cuando ganó sus primeras elecciones?. Debe ser un síntoma. Rita Barberá adelanta otro en una de esas entrevistas simpatiquillas:
Terminemos como empezamos. Tengo una tía de derechas, ¿a qué partido le digo que vote el 27-M?

- Al PP, sin duda. Sea de derechas, de centro o de más allá. En el PP cabemos todos. Hay mucho socialista disconforme con la política de su partido. Aquí, muchos socialistas van a votar al PP.
En el PP cabemos todos. Mal asunto. Estas vocaciones por abarcarlo todo son, además de imposibles, problemáticas: son los partidos totalitarios los que esperan reunir a toda la sociedad en un único cuerpo. Y si se quiere reunir todas las sensibilidades lo único que se termina siendo es colectivista. Es decir, Hayek como profecía.