A un servidor le parece que la llamada renovación de la socialdemocracia y la creación de la tercera vía se basa en la renuncia de las ideas clásicas de la izquierda y en la adopción de conceptos esenciales de los economistas liberales. La consecuencia formal, aunque dejemos el debate para otro día, es que la izquierda es un concepto carente de contenido y que básicamente sirve de reclamo electoral para que el común crea que se gobierna en su beneficio. Blair se va y su muñidor ideológico analiza los brillantes resultados de los años Blair. Tomo este párrafo como ejemplo:
Algunas de las políticas más polémicas en su día, como la de cobrar a los estudiantes universitarios parte del coste de su educación, han demostrado ser acertadas. La ampliación de la enseñanza superior es una necesidad en una economía basada en el conocimiento. El Estado no puede sufragarla por completo, porque el resultado serán unas universidades superpobladas y en decadencia, como las que existen en Alemania e Italia. Es justo que los estudiantes contribuyan, puesto que la obtención del título les proporciona grandes ventajas económicas y profesionales.Las preguntas inmediatas son, si no es por completo ¿en qué porcentaje para que el efecto sea el buscado - la responsabilización personal en el retorno de la inversión - y no sea únicamente una reducción de carga para el estado? ¿debe el estado pagar a la universidad o al estudiante para que elija donde obtener mayor retorno de su educación? ¿soy más libre para mejorar mi vida si el estado no me obliga a escoger determinadas instituciones educativas si quiero financiarme mi educación? En definitiva, que la reforma socialdemócrata mejora las cosas cuanto más liberal se hace. Y que muchos de nuestros problemas provienen de que las etiquetas izquierda, derecha, liberalismo, socialdemocracia, impiden ver un elemento esencial: la racionalidad. Siendo populistas, cierto sentido común de ama de casa eficiente. Lo que no se paga, no se valora. Ni se revaloriza.
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