sábado, marzo 18, 2006

Athletic


A veces, la vida te presenta pequeñas maquetas que desnudan las mentiras que te rodean. Se me antoja que el Athletic de Bilbao es una de esas maquetas que, en este caso, reproducen el cretinismo social en su variante valores subyacentes del nacionalismo vasco. La particularidad de la maqueta es que permite ver a nacionalistas y no nacionalistas en una misma religión aflorando su manera de pensar colectiva.

El párrafo que acabo de escribir, si lo fuera en un medio masivo, me iba a costar una condena por fascista y antivasco y mataniños. Pero soy un tipo con potra: los pocos que me leen suelen ser unos tíos inteligentes y serenamente sabrán decirme si estas piezas que les muestro sirven de maqueta representativa de esas cosas que digo.

La anécdota es sencilla. El Athletic Club de Bilbao, ese equipo hecho por gente de aquí, que te dirían en una charlita cruzando el puente de Deusto, lo está pasando mal y tiene aterrorizados a sus seguidores con la posibilidad del descenso a segunda división. Como cada vez que el Athletic se ve con mala cara, regresa el debate sobre el origen genético/cultural de los jugadores que deben vestirse esa heroica camiseta. Párrafos de un artículo de El Mundo titulado Hundidos, pero vascos:
«Dios creó a un equipo perfecto y a los demás, los llenó de extranjeros». La frase enmarcada decora la pared de numerosos establecimientos hosteleros de Bilbao y descubre el sentimiento de orgullo que supone ser del Athletic aún en los peores momentos.

En el momento de elaborar los nuevos estatutos en la Asamblea de julio de 1999 un socio salió a solicitar que se recogiera a modo de blindaje la imposibilidad futura del fichaje de extranjeros. Curiosamente, el actual presidente Fernando Lamikiz, entonces responsable del área jurídica del club, fue el que zanjó la cuestión de la siguiente manera: «Eso es algo consuetudinario, transmitido de padres a hijos. No lo podemos recoger en los estatutos porque es anticonstitucional y no nos lo aceptarían».

Los sectores disidentes se aferran a que no sería romper completamente con la tradición y recuerdan que en los inicios del siglo XX fueron varios los jugadores ingleses que se integraron en el equipo. Además, sostienen que cuando la producción de Lezama y alrededores ha sido escasa, el club ha acercado el ascua a su sardina para flexibilizar los límites y acoger a jugadores con pinzas.

Unas palabras de Mikel Lejarza, permiten ponerle una guinda liberaloide a esta maqueta:
El Athletic debe fomentar la cantera, pero también la democrática idea de que todos somos iguales, que la afirmación de uno no tiene que significar la negación del otro y que se puede ser fiel a los propios valores sin renunciar a los de los demás.

...preguntémonos que nos ha llevado hasta la peor situación en 108 años de magnífica historia. Probablemente descubramos que las recetas de la primera mitad del siglo pasado no sirven en éste y que quien se empeña en parar el reloj de la Historia fracasa siempre.

Ahí está: tierra, patria, dios, las fronteras del derecho... y lo que no se dice. Que nada tiene sentido si no se encuentra en el marco de la liga española. Vean esto como un hecho, no como un intento de llevar el ascua a mi sardina. Fue el ABC de Ansón el que publicó aquella memorable primera página que decía más o menos "El Athletic de Bilbao, único equipo con 11 jugadores españoles". El conflicto entre tradición, tantas veces pueblerina, y el mundo moderno en un crisol pequeño como un equipo de fútbol. Unamuno se hubiera entretenido.