domingo, abril 30, 2006

Young Catalonians



Leo que las Juventudes de Esquerra Republicana de Catalunya (ay, las juventudes, todos los partidos tienen sus jóvenes cachorros, y yo no puedo dejar que me recuerden, todos ellos, a la OJE) deciden solicitar a la población que vote no al estatuto. Al nuevo.

A diferencia de los mayores, que ya juegan en otra liga siempre más influida por la tendencia al conservadurismo que otorga la edad - y el poder - estos son verdaderamente honestos: un sector social o un partido cuya aspiración es la indepedencia tiene que votar no necesariamente a este Estatuto o cualquier otro pues no es eso a lo que se aspira, se aspira a la secesión.

Viva la coherencia. Lo que no entiendo son las lágrimas de cocodrilo de CiU, Maragall y el PSC por la actitud de los dirigentes de Esquerra con su divertido voto nulo negativo (uno se imagina papeletas con frases jocosas o fotos de gente en calzoncillos para forzar la nulidad): qué esperan. Uno cree que en este país - como se llame - a todos los nacionalistas de todos los sectores lo que les gusta es jugar al monopoly y nunca a la realidad. Debe ser algo de nuestro background católico, esa dificultad que no tiene el protestante para situar la raya del bien y el mal en algún sitio, porque la racionalidad dice que tiene que existir un criterio, una definición and stick to it.

Dos sentencias de Carlos Fuentes: “No se puede ser moderno sin ser protestante, aunque se sea católico", de Cristobal Nonato, o la recriminación que el narrador de La Muerte de Artemio Cruz le hace en su lecho agonizante mientras desmenuza su relación espúrea con los norteamericanos (Artemio Cruz es el prototipo del político mexicano): "¿tu visión de las cosas, en tus peores o en tus mejores momentos, ha sido tan simplista como la de ellos? Nunca. Nunca has podido pensar en blanco y negro, en buenos y malos, en Dios y el Diablo".

Pero probablemente en política, cuando te enfrentas a situaciones decisivas, no hay más remedio que ser así de simple. ¿Es esto lo que quiero? ¿Es esto lo que no quiero? Si Margaret Thatcher fuera catalana y la viéramos lidiando con ERC, sólo cabe pensar en una exigencia de claridad desbordante para los grandes temas, y este lo es, en el que les obligara a hacer pública una postura coherente si quieren formar parte de su Gobierno. A riesgo de tener que convocar elecciones, que para esto son. Al final, los políticos catalanes resultan de lo más españoles en su afición por la componenda, el buen rollito y el que no se quede nadie fuera aunque tengamos que hacer un camello donde queríamos un caballo. Make your choice, Maragall. Make your choice, Zapatero. Haced el Estatuto en el que creais - y que os aprueben los ciudadanos - pero en el afán de sumar voluntades las cosas no se pueden forzar, necesita que la gente tome decisiones y se comporten como adultos.

Es El País de hoy el que dice que es ERC la inmadura e irresponsable (cuando algo no nos gusta en El País, ya se sabe que la gente es irreponsable). Pero es al revés: los más irresponsables e inmaduros son CiU, PSOE y PSC que no quieren que los demás tomen decisiones. Los más coherentes, los jovencitos de ERC.

David Bowie cantaba eso de Young Americans y soltaba una estrofa que decía Where have all Papa's heroes gone?