jueves, febrero 23, 2006

Los mercados son importantes, pero los ciudadanos más (sic)


Me pide Citoyen, estimado lector y crítico de esta página, que no me meta tanto con el probe José Luis. Pero es que me lo pone a huevo: cada día una nueva que choca contra mis idearios políticos y económicos, consciente como soy de sus limitaciones y empeñado en que mis convecinos aprecien sus virtudes.

La expresión repetida por doquier del señor primer ministro "los mercados son importantes, pero los ciudadanos más" es la típica expresión de demagogia socialdemócrata. Claro, es cierto, se supone que él lo es, que no engaña a nadie. Pues sí, sí que engaña.

Para empezar, los mercados son instrumentos de los ciudadanos libres que permiten el intercambio de mercancías y el incremento de la riqueza individual y, por agregación, colectiva. Vamos que no veo por qué los ciudadanos están debajo de algo que ellos mismos hacen. Ah, es cierto, no es gratis, hay riesgo. Hay gente que puede perder: pero no es un juego de suma cero. Gracias al buen funcionamiento de los mercados, los precios deben ajustarse al mínimo nivel y la cantidad de bienes producida al máximo: es decir, los ciudadanos salen favorecidos por el funcionamiento de los mercados. Esto incluye los mercados laborales y no es cuestión ahora de extendernos en si el trabajo es una mercancía como cualquier otra o condiciones laborales injustas que sería objeto de otro debate. La cuestión es que el mercado es el instrumento superior para la asignación de recursos que mejor favorece la prosperidad de los ciudadanos. La socialdemocracia se hizo eco de ello, después del fracaso del socialismo real y la parálisis del estatalismo presuntamente solidario europeo.

La oposición clásica a los mercados libres es la de que los mercados fallan. Por eso debe intervenir el gobierno. Bueno, hoy sabemos que cuánto menos lo hagan mejor. Y en el caso de Endesa es clamoroso:

- Endesa es de sus accionistas, no del Gobierno.

- Han invertido su patrimonio a la espera de un retorno, en forma de dividendo o de incremento de patrimonio. Es decir, han ejercido su libertad con el riesgo que conlleva.

- No sólo eso, sino que son libres de vender sus acciones en un mercado perfectamente regulado como es la bolsa de comercio.

- En este caso, al porvenir de un monopolio público, el estado se dejó esa mal llamada acción de oro para evitar compras indeseadas. Tiene un fundamento: yo liberalizo y someto a los antiguos monopolios al mercado para que, precisamente, mejoren sus prestaciones y sometidos a la disciplina de los mercados financieros busquen la máxima eficiencia. No es justo que venga otro monopolio estatal que no me deja competir en su mercado y se quede con éste: es decir, nos protegemos frente a quienes no cumplen las reglas de mercado. Pero no se me ocurre otro motivo serio para ejercerla. Y tiene un límite en el tiempo, claro. A Endesa se le agota. Gracias, Unión Europea, que has trabajado para acabar con este timo a los ciudadanos y que suelen perpretar con soltura esos europeístas consumados que son los gobiernos franceses (eso me recuerda que insistíamos mucho en dejar el eje Atlántico y alinearnos con Francia y Alemania, precisamente los dos países más inmovilistas y con las economías más estancadas). Ya saben, soy europeo cuando le va bien a Francia, pero no si me compran las empresas de yogur o las autopistas: ¿podría Zapatero explicarnos por qué las mejores ofertas, que eran españolas, para la privatización de las autopistas francesas no se han venido para acá? (bueno, una sí, pero no la mejor). Pero es que son estratégicas, podríamos mandar nuestros tanques a París a toda prisa o subirles los peajes y arruinar su transporte.

- Como nuestro gobierno es intervencionista, se inventa la operación de Gas Natural como moneda de cambio en una batalla política basada en los intereses de una Caja de Ahorros que financia a su partido más que generosamente (y que digan que sacar esto es partidista e interesado: es una vergüenza, otra más, de la democracia española). Pone la alfombra roja para que sin poner un duro los accionistas de Endesa se vean obligados a cambiar de compañía sin que nadie vele por sus intereses o, por lo menos, que les dejen a ellos decidirlos. Es verdad que pueden ir a la OPA o no, pero si, como está ocurriendo con el caso de los alemanes, el gobierno amenaza con su poder al que no quiera jugar su partida se está perpretando un atentado a los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos y en su bienestar, eso que precisamente dice que es más importante que los mercados.

- Pero ahora vienen los alemanes y ¿qué pasa?: ponen dinero contante y sonante. Ponen más dinero que los otros. No desmantelan la empresa y perviven las condiciones de competencia que se suprimirían con la opa de Gas Natural.

¿Dónde ganan más los ciudadanos? Con unas condiciones de competencia más duras que mejoran los precios (de entrada, en esta guerra, Endesa ha bajado el precio del gas, corro a apuntarme en este duro invierno en el que pago más de 150 euros por factura) o con más regulación y menos competencia. ¿Dónde ganan más los legítimos propietarios? Con el que más pague. Ah, pero el centro de decisión de los españolitos se desplaza a Alemania. Ah, pues el centro de decisión de Abbey, un banco inglés clásico donde los haya, se ha trasladado a Santander. Y si Ferrovial gana la opa que piensa presentar por la gestión de los aeropuertos británicos el centro de decisión se trasladará a Madrid. Y no parece que el gobierno de su graciosa majestad británica esté llamando a Rafel del Pino para decirle que se ande con cuidado. Los aeropuertos, oigan, eso que la Generalitat reclama para sí. Casi na.

Las noticias que leemos son terribles: los fontaneros de Moncloa y Montilla amenazando a los alemanes con subirles las tarifas, ¡en contra de los intereses de los ciudadanos! ¡la luz más cara para los pobres y menos favorecidos!. Pero hay más: Zapatero le pedirá al afamado líder cocalero que no reviente los intereses de Repsol (la Caixa, de nuevo) en Bolivia. Espero que no tenga que convencerle de la libertad de los mercados y de su bondad para la riqueza porque el del jersei a rayas le va a decir que tus cojones José Luis, tú también lo haces. Eso de coger el mercado cuando me gusta y cuando no me gusta no, es cargarse su eficiencia y el beneficio colectivo a largo plazo. Los directivos de las empresas opadas aprenderán a no vivir cómodos con sus grandes sueldos para que no les echen y en su egoísmo maldito nos bajarán la luz, de eso se trata. Manipulando, te cargas el sistema querido hombre del consenso (consenso mentiroso, todo hay que decirlo).

Qué triste. Que use la acción de oro, es más decente. A las armas, amigo Citoyen.

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