La política suele ser, en gran medida, una escenificación. Así, hemos visto:
- Cómo el principal partido nacionalista catalán se pone la medalla catalana del acuerdo, puede decirle a sus votantes que "han logrado". Logrado o arrancado.
- Esquerra dice: mamá, pupa. Representando ignorancia total del acuerdo y mostrando una terrible indignación porque no se dice nación como quieren que se diga, pueden decirle a sus votantes que ellos no han comulgado con ruedas de molino y que la lucha continúa, pero que, con todo, es mejor para Catalunya, con y griega, y votarán que sí.
- Joan Saura dice que sí a todo con cara de no saber nada antes. Ni cuernos por estar fuera ni nada, sólo simulan un "qué bien" al tiempo que respiran hondo y pueden contar con unas consellerías.
- Maragall hace un nuevo ensayo de frases solemnes para intentar pasar a la historia recordado por algo diferente a las Olimpiadas. Superará en fama a su abuelo.
- Zapatero guarda silencio hasta que llegue su hora de insinuar lo que sea necesario insinuar: a su partido les dirá que deja que el tripartito se apunte la victoria para que no se note que él, en su infinito diálogo, ha logrado la maravilla de cumplir su promesa y no aceptar nada de lo que le trajeron desde más allá del Ebro. A la vez.
- Bono e Ibarra callan ya. Cumplido el papel de trinchera para los votos mesetarios, prietas las filas. A Bono se le llenará la boca de España, talante y fe en dios.
- Rubalcaba, ese hombre que no nació en Florencia por un error geográfico, hace creer que cuenta con que el PP pueda sumarse.
- Zaplana representa un cabreo morrocotudo y los cuatro jinetes del apocalipsis. No se sabe cómo piensa en su interior.
En realidad, lo que viene a suceder es aquello que se decía que dijo Bismarck sobre la política y las salchichas: la gente no se las comería si viera cómo se hacen. Zapatero ha pactado una España confederal sin tener que cambiar la Constitución y sin perder la Moncloa por lo menos hasta su fecha, CiU la garantía de nuevos lamentos futuros para decir que el modelo no está cerrado, el PSC no dejar el Palau de la Generalitat, Iniciativa un sitio para seguir tocando poder, Esquerra un nuevo banderín de enganche. Todos: que no gane el PP.
Sólo ha empezado una tregua. La cuestión esencial, qué quieren ustedes ciudadanos que sea este Estado, seguirá sin preguntárseles y las élites políticas continúan su proceso de acumulación de poder personal. Esta película ya la he visto.
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