domingo, enero 15, 2006

La claridad vista desde Canadá (I)


Primer vistazo: ¿por qué hace falta claridad?

Gret nos decía en un comentario al post de ayer que se teme que los quebequeses vuelvan a la carga con un nuevo referéndum una vez superados los tiempos que tienen permitidos (no sé a estas alturas si tienen algún tipo de restricción, pero me da que no). La claridad reside precisamente en ello: ¿cómo tiene que ser ese referéndum? ¿A qué se contesta? ¿Demuestra claramente la voluntad de los ciudadanos?.

El asunto no es baladí. La pregunta que se formuló a los ciudadanos de Quebec en 1998 fue la siguiente, lean despacio porque tiene su enjundia (escúchenla en francés si prefieren, yo la he traducido del inglés):

¿Está usted de acuerdo con que Quebec debiera acceder a la soberanía tras haber efectuado una propuesta formal a Canadá de una nueva forma de asociación [partnership] económica y política dentro de lo previsto en la ley que se refiere al futuro de Quebec y el acuerdo firmado el 12 de junio de 1995?

Ahora necesitarán ustedes saber qué se firmo en tal fecha y a qué ley se refiere. Se refiere a la Ley de la Soberanía que aprobaron los partidos "nacionalistas" quebequeses proclamando la soberanía de Quebec de forma unilateral. Así, en el preámbulo se dice:

Nosotros, el pueblo de Quebec, a través de nuestra Asamblea Nacional, proclamamos: Quebec es un país soberano

El artículo uno se llama "Autodeterminación":

La Asamblea Nacional está autorizada en el marco de esta ley a proclamar la soberanía de Quebec.
La proclamación debe estar precedida de una oferta formal de asociación política y económica con Canadá.


El artículo dos se llama "Soberanía":

En la fecha establecida en la proclamación de la Asamblea Nacional, la Declaración de Soberanía que figura en el Preámbulo entrará en vigor y Quebec será un país soberano, adquirirá el poder exclusivo de aprobar todas sus leyes, establecer sus impuestos y firmar todos sus tratados".

El acuerdo del 12 de junio es un pacto exclusivo de los partidos nacionalistas para llevar esta ley a referéndum.

Conclusiones aceleradas: ¿No les recuerda todo al Plan Ibarreche? A saber: en ningún caso se habla de independencia, sólo se proclama soberanía. La pregunta del referéndum, como se ve, no le inquiere a la gente si quiere o no ser independiente de Canadá sino si quiere eventualmente acceder a la soberanía en base a unos textos jurídicos que se mencionan y que contienen muchas previsiones que no se discuten en la pregunta. De ahí que se hable de claridad, hay otros motivos para aclarar pero los comentaremos en los siguientes posts.

Las similitudes con el plan del PNV residen en varios aspectos (o, verdaderamente, es al contrario, los peneuvistas parecen haberse inspirado en la estrategia quebequesa). Efectivamente, y como hemos dicho, no se habla de independencia, sino de soberanía y, se puede deducir del articulado de la ley nacionalista, de una soberanía originaria previa a Canadá (se remonta a las colonias y a los indígenas), algo parecido al árbol de Guernica y los fueros, dicho con todo el respeto. En segundo lugar, le haré una oferta a Canadá de un nuevo marco económico y político (¿el estado libre asociado? ¿lo recuerdan?) por mi cuenta y sin que el resto de los canadienses tengan nada que decir. El referéndum previsto por el gobierno vasco es similar a éste, apruébeme el plan ibarreche que no es independencia con España, es una revisión del marco político, aunque sin embargo otorga nacionalidad propia a los vascos, atribuye la soberanía a éstos y da superioridad al parlamento vasco sobre cualquier otra instancia: soy soberano, pero puede que no independiente, algo que sí soy en la práctica. En cierta forma, como la propuesta de nuestro amigo Viladesau de jefatura del estado en Cataluña para el Rey de España al modo de la Commonwealth (la Reina Isabel es la jefa del Estado de Canadá y la constitución canadiense estuvo depositada en el parlamento británico).

La ley de la claridad es una respuesta para evitar una declaración unilateral de independencia que no cuente con la suficiente nitidez para advertir una voluntad inequívoca de una población a la secesión sobre las bases de una pregunta clara y no un desvío como el votar acerca de una ley previa que va en contra del marco jurídico. Es una ley en contra de hacerlo así pero que, precisamente, no impide la secesión si se dan esas condiciones. Es decir, asume que un estado democrático no puede oponerse a la voluntad de un grupo de ciudadanos que desean salirse del marco, pero establece unas reglas para hacerlo que no son, ya lo verán, del agrado de las doctrinas nacionalistas, no porque lo impida, sino porque se basan en la voluntad de la gente a plantemientos claros, con todas las partes en juego implicadas y sin recurrir a elementos míticos o tribales para justificarla.

El referéndum lo perdieron los nacionalistas por 50,5 votos en contra y 49,2 a favor. Recuerden que Arzallus era partidario de hacer un referéndum y ganar por el 51. La segunda parte de la cuestión de la claridad es determinar qué mayoría es una mayoría clara, pues se considera que la secesión es un acto tan grave en una sociedad que se require un consenso superior al de la mayoría: el análisis del por qué de la ley y cómo se gesta... espero que mañana.

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