viernes, septiembre 21, 2007

Loor digital



Este relato que voy a hacerles será de los que harán gozar especialmente a Albert el Mapuche, mi psicoanalista particular (los mapuches, también habitan la Argentina, ¿no es sierto?), que encontrará restos y contradicciones suficientes para anular mi humildad explicitada o una presunta invocación a la cortesía. Honradamente, debo decirles que me siento un poco apesadumbrado, porque unos cuantos lectores y blogueros están enlanzándome reclamando atención y dándome premios simbólicos (je, veríamos que pasaba como hubiera que poner dinero) con palabras cariñosas plenas de caricias para el ego de escritores: esto Mapuche, se lo pierde usted, que no tiene bitácora ni presencia digital y se consume lentamente en la mía.

La culpa es de Irene: confieso que me ha llegado verme en su página, que no conocía, porque me ha dado la sensación de que además de mis comentaristas habituales existen lectores silenciosos y que están ahí. Me parece, porque no puedo tener más certeza que la mía, que saber quién te lee o quien te escucha cuando sales a la vista del público, es siempre una sorpresa conmovedora. Y, en este caso, ver por su foto la diferencia de edad que no me une y la profundidad con la que escribe me reblandece la pose: he ido diciéndole a algunos, que éste reparto de premios solidarios (cuidado, la mano a la cartera), o de bloggers pensantes y tal y tal, no es más que una sociedad de bombos mutuos que termina por agotamiento encadenádonos a todos y que, tristemente, no consigue subir el page rank de Google.

Ni siquiera había visto que me invitaba a recogerlo. Pero me dí una vuelta por el reaccionario que tengo dedicado en technorati y compruebo que, además de haber subido algo mi alicaído nivel de authority (cielos, estoy en los cientocincuentamiles cuando servidor ha sido de los cincuentamiles: me reconforto pensando que es unámime el pensamiento de que Technorati se ha ido al carajo) hay varios otros queridos escritores que han sido amables conmigo y yo todo un displicente.

  • Neus, de Un hombre de pago, me invitaba a confesar mis secretos inconfesables: pero ya la he dicho que eso se lo contesté a Rallo y que no me iba a repetir. Pero gracias por pensar que mis secretos tienen interés.

  • Carmen Sánchez Carazo, concedió sus premios a los bloggers pensantes, pero tuvo a bien de ponerme por encima y decir ésta y otras veces que le hago pensar. Déjenme decirles que me parece un elogio precioso y que se lo agradezco.

  • Pensante me hace también MiguelKS, el hombre de Por si a alguien le interesa. No, no soy ingrato por no decirte nada, pero de la lectura de este cuento entenderás el por qué de mi lejanía. Además, eres el único que veo que ha sido premiado por partida doble, pensante y solidario.

  • En Politeia, soy otro pensante, en una selección de pensadores verdaderamente sesudos. Se lo dije allí: me atribulan estas cadenas de honor, pero reitero que estoy agradecido por la consideración. Fíjense, al lado de Pilar Rahola incluso. Y eso que la única vez que he estado tras de ella ha sido en la cola del puente aéreo: me sorprendió la suciedad acumulada de su pelo, pero esto no pretende ser burla, sino anécdota: la Rahola tiene días que me reconcilia con ella. Otros pienso que es una maldita desordenada a la que le da igual una cosa que otra con tal de hacer ruido. Sí, me provoca eso del amor/odio, ese que se produce cuando ves que alguien inteligente deja de serlo por idiota.

  • Wallenstein me invitaba a hablar de las maravillas del mundo. Pero aparte de no verlo hasta hoy, juro que me siento agotado y no sabría que decir. Perdóname el silencio, Wally.

Un poco más sieso puedo ser por el caso de Uberum. Es que me hace gracia y, al mismo tiempo, prefiero no entrar al juego. Porque un tipo que bloguea para pagar la hipoteca (mi héroe), que consigue en no sé cuánto tiempo estar en el top 250 de una lista estupenda de bloggers (y yo, ¿dónde estaré si mi authority se hunde?) merece que eleve mi boina sobre mi alopecia para saludar la hazaña. Hay algo todavía más sugestivo de su campaña para pagar la hipoteca (le voy a pedir un curso):
"Todos tenemos una lista de blogs o paginas "objetivo", son paginas en las que revoloteamos cual moscas a la espera de conseguir ese tan ansiado enlace, ya sea en un post, o el premio gordo: ser incluidos en el BlogRoll. Para ello utilizamos todo tipo de sutiles trucos y técnicas"

A más a más:

"Me gustan las cosas claras y el chocolate espeso, asi que, ¿ por que no destapamos nuestros "objetivos" ?"
Ah, amigo mío, así no vale: déjeme que juegue al gato y al ratón. Me hincha el pecho profundamente ser un blog objetivo, pero le voy a poner la cacería más difícil: unos buenos comentarios, un buen post y tendrá su pieza cobrada, que yo no ahorro honores a las buenas letras. Fíjese que no le he enlazado y mis lectores tendrán que romperse el seso si les puede la curiosidad y quieren encontrar su página, así que sorpréndame.

Y terminaré dándole su sitio, con todos los laureles, a Irene: porque ha encontrado el punto en el que el premio al blog solidario adquiere sentido a su denominación que, como he insinuado más arriba, simplemente me pone los pelos de punta por su nombre: qué querrán decir con ello y en qué consiste la solidaridad de la que se presume. Pues aquí hay una dosis:
solidaridad con aquellos que no se resignan a dejarse llevar por la corriente de estupidez que nos rodea y a veces asfixia.

Amén.