jueves, septiembre 27, 2007

Cosas españolas... (nada, una anécdota)


Como en casita. Enchufo la tele. Veo un telediario. Deportes (es decir, ¿el 30% del tiempo?). Fútbol (¿el 90% del 30%). Una noticia: Fernando Hierro, ese que jugaba en el Real Madrid (jo, qué tardes), nombrado director deportivo de la Federación Española de Fútbol. No tengo ni idea de qué hace un señor con ese cargo.

Lo interesante: pregunta del presentador al público, ¿se lleva bien Fernando Hierro con Luis Aragonés?. Uno esperaba que la pregunta fuera ¿es la persona idónea para el cargo? Vamos, que si sabe hacer bien lo que tiene que hacer. Toda una sociología: las cosas se hacen por afinidad y no por competencia (es decir, por razón).

Sobre Aznar el debate que montó la prensa opositora fue si se llevaba bien con Khöl, dado que Felipe y él eran unos pedazo de colegas, birra va, birra viene. Con la Francia de Miterrand, también. Incluso el empleado de PRISA (¿o es el verdadero dueño?), Felipe González, estaba alarmado por la pérdida de influencia internacional. Luego salen las actas de Bush y resulta que, en contra de lo que quieren decir, Aznar sale pero que muy bien. Será fugaz, pero toma influencia. Otros dicen que no tuvo dignidad. Cuestión de opiniones.

El problema de ahora es si Bush no se habla con Zapatero. O mejor, si Bush llegara a pensar en él, si se hablarían. Siguiendo mi argumento, cómo se lleven debiera ser indiferente, lo que cuenta es si hacen negocios y si los negocios salen a cuenta. En lenguaje tabernario, si no te venden la patria. Pero creo que tenemos un problema: no sólo no se lleva bien con ellos (ni Bush, ni Merkel, ni Sarkozy, por ejemplo) sino que no tiene la competencia suficiente para hacer tratos con ellos. Qué será, será, de la Alianza con Erdogán.

En el telediario de marras sacaban un vídeo de Luis Aragonés tratando de desestabilizar a Fernando Hierro sacando una falta cuando era jugador: "viejo, viejo..", le gritaba. Realmente es una chorrada, cosas que se hacen en el campo que se olvidan en el vestuario. O eso dicen. No, ahora es cuando nos contarán que está eso de la profesionalidad y tal y tal. Que parece entenderse como que hago tripas corazón, cojo la pasta, y trabajo al lado de éste. No es lo mismo que hacer las cosas bien. La dignidad es una buena excusa de los que hacen mal lo que hay que hacer o no se atreven a hacerlo: argumentar que uno no se va a humillar funciona y resulta una coartada excelente. Y la patria es el último refugio de los canallas, ya saben.