La iniciativa, consensuada entre los distintos grupos, pretende dar un «toque de atención» a las televisiones y advertirles de que «el Parlamento y la sociedad siguen vigilante» sobre el contenido de sus parrillas, tal y como indicó el diputado socialista José Andrés Torres Mora.
Es singular la estupidez colectiva en torno a la televisión: ¿por qué la población cree que su regulación ha de ser diferente a la de un periódico?. Súmesele la reiterada frecuencia con que nos regalan con el recurso a la moral y las buenas costumbres esos seres de progreso que constituyen los socialistas de todos los partidos, los del hombre nuevo y los de la fe divina. También es singular la falta de valor de, por ejemplo, un tal Paolo Vasile, que lo contará en privado o en público delante de un periodista pero nunca hará un editorial en su tele al respecto, delante de los cuatro o los ocho millones de espectadores que dice Sofres que pueden estar allá, tras el plasma de la pantalla de luxe:
- ¿Por qué, señor diputado de la vigilancia, una televisión tiene que ser vigilada en sus contenidos pero nadie acepta que se haga en un periódico? Según el CAC, de la radio también pueden opinar.
- ¿Por qué una televisión tiene limitada su publicidad a doce minutos por hora y un periódico puede publicar cuantas páginas quiera? ¿Por qué no se limita la publicidad en la radio?
- ¿Por qué las televisiones públicas emiten la misma publicidad que las privadas si pagamos parte de sus infinitos gastos con nuestro dinero? ¿Por qué tienen las mismas reglas del juego?
- ¿Por qué España es el país con más televisiones públicas de Europa?
- ¿Por qué se está cocinando que haya que emitir y doblar al bable en la nueva y fascinante televisión asturiana? ¿Sabían que se ha hecho especialmente para que no fuera La Nueva España quien marcara la agenda política asturiana y toda la obsesión del político pilotando el proyecto era tener un "Asturias directo" cada mañanita con noticias de cada valle?
- ¿Por qué mientras a los representantes del estado se les llena la boca de la vigilancia y la ley han permitido que existieran televisiones ilegales por todo el país emitiendo porno a todas horas incumpliendo otra más de sus estúpidas leyes?
- ¿Por qué, señor diputado, el déficit de las televisiones públicas asciende a 1.200 millones de euros al año, casi nada? ¿Puede decirme el señor diputado cuántos kilómetros de AVE o dotaciones de hospitales hemos dejado de realizar para que ustedes pongan televisiones?
- ¿Por qué hay administraciones públicas que con nuestro dinero quieren competir con Holywood? Algún día la Ciudad de la Luz será un escándalo tan feo como el de Marbella. Pero sepan que las Islas Canarias también quieren competir con Holywood. O que, en Madrid, Ana Botella se inventa un festival de cine y quería, sin ir más lejos, con nuestro dinero, competir con Cannes. De este pelaje ignorante están hechos nuestros políticos, pero lo esencial, aunque saliera mal, es la foto del Alcalde con Tim Robbins. Si el alcalde es de pueblo, quieren abrazar a la artista lo más próximo posible a sus pechos. ¿Saben cuántos festivales de cine hay en España? Uno de los favoritos de todo concejal de cultura que cree que hace cultura.
- ¿Por qué las televisiones tienen que entregar al Ministerio su programación con tres días de antelación? ¿Saben que antes eran once? Los grupos de presión dicen algo tan absurdo como para proteger al consumidor, que no puede planificar como es debido su consumo de televisión. Pobrecitos. ¿Sabían que los once días coincidían con el proceso de producción de la revista Teleprograma, que no sé si alguien compra ya?
[Diputado(s): méta(n)se la vigilancia social por el orificio que menos le(s) incomode y haga(n) algo por el bien público de verdad, pida(n) que cierren las televisiones públicas. Así, con consenso y todo si eso les gusta]
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