Esos émulos de Gerry Adams deberían contarnos cómo es. Cómo es lo que les dice ese segundo cerebro que es esa bolsa que remueve jugos gástricos y que reacciona, queramos o no, a nuestros sentimientos, al amor, la desgracia y al miedo. El miedo del que toma conciencia de que va a ser quemado vivo. La conciencia que habla y que te dice al estómago si debes o no debes acudir a apagar las llamas del vecino.
Nos lo dijo ayer. O hacéis lo que decimos, o más de lo mismo. Que os vamos a matar, os vamos a quemar vivos, incendiaremos vuestras casas, os abriremos el cerebro a quemarropa con vuestros hijos mirándonos, os meteremos bajo tierra a ver cómo os pudrís de humedad, cómo se atrofian vuestros músculos y pasáis el resto de vuestros días con pesadillas e insomnio. Propongo un nuevo indicador de solvencia moral: la úlcera de estómago, el cólon irritable. ¿Pueden Otegi y Usabiaga pasarnos su historial médico?
Y no pronunciarán las palabras salvajada, asesinato, tortura; sólo dirán que son un pueblo acosado y en peligro de extinción y pondrán cara de creérselo, de ser los buenos muchachos que irán pueblo a pueblo a decir que no peguen. Pero es sencillo: basta con decirlo en público, basta con sentir en el estómago la incertidumbre de sentir que puedes ser uno de los quemados si lo dices más el alivio de sentir que perder el puesto después de haberlo dicho deja dormir en paz. ¿Dormís por la noche cada vez que queman a alguien? Arnaldo, Rafael, ¿dormís cuando fríen los sesos de un vecino con una bala? ¿Cuántas veces habéis sabido lo que iba a ocurrir y no habéis llamado, hasta tapándoos la boca con un pañuelo, para avisar al muerto de que huya cuando aún está vivo? Deadman walking.
Debemos suponer que José Luis debe estar cumpliendo con lo que dice y que no les da nada de lo que quieren. Habría hecho su trabajo como debe ser. Si es así, sólo queda una triste conclusión: lo que llaman paz es la conversión de la sociedad en un rehén de mafiosos. La prueba evidente de que lo único que tenemos que discutir es el código penal. Ahora que hasta los militantes de EA y el PNV llaman nazis a los chicos de la gasolina, deben decirnos qué paz y por qué hubieran negociado con Rudolf Hess.
¿Las consecuencias de las consecuencias? Me pregunto si el cura Reid le dirá a Usabiaga que demuestre su revuelta moral, que demuestre que piensa que matar no es el camino porque no es correcto y no porque sea táctico.
P.D.: agradecería a los lectores residentes en el País Vasco que me cuenten si en las herriko tabernas hay carteles contra la guerra de Irak y si alguien dice algo sobre si colgar a Sadam está bien o está mal. Por saber, más que nada.
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