jueves, octubre 11, 2007

Corazones confrontados


¿Hubo en algún momento la posibilidad de que hubiera en el mobiliario neuronal de Rajoy algún movimiento conceptual, algún desarrollo intelectual que le permitiera presentarse como la alternativa a los males del nacionalismo?. Digo a sus males, no a los nacionalismos como tales.

Por si dudaban de mí, nunca lo he creído en serio, pero cabía darle el beneficio de la duda. Hablar de la alegría de los ciudadanos por el doce de octubre - ojo, decía Berengario, que viene - tal y como hablan los curas de la alegría de la eucaristía o de la epifanía y esos otros fenómenos sobrenaturales en los que creen, es hacer oposiciones al ridículo: si se trata de corazones, entonces hay otros que eligen tener el suyo propio. Si resulta que, se confirma, el PP no es partido de los derechos civiles sino del corazón hispánico, entonces no tienen alternativa al llamado desafío nacionalista. Bueno sí, sí la tienen: lo que vienen a decir es que ésta es la nación, éste es el corazón. Malo. Corazones, opiniones y culos tienen un punto en común: todo el mundo tiene uno y es cuestión de gustos elegir el que más agrada.

Me ruega Mariano honrar y exhibir la bandera... Me parece a mí que le van a rogar otros que honre y exhiba la ikurriña, bandera que como dice de la rojigualda, está también "aprobada" siendo como es el invento de Sabino para darle enseña a Vizcaya independiente. O esa otra conocida por senyera (literalmente, bandera) y que da el casual de ser la fuente de inspiración de la enseña "española". Qué mala es la historia para justificar obligaciones del presente. Todas las apelaciones guerreras al respeto a la bandera (la cubre el féretro de los soldados... , los etarras se entierran con pendones verdes, rojos y blancos) son, cómo decir, una gran falacia intelectual y, sobre todo, una grandísima pérdida de tiempo.



(¿tanto cuesta entender que el afecto a la patria ni se compra ni se vende si no que es o no es? ¿tanto cuesta entender que la vida en sociedad sólo puede ser neutral ante los sentimientos de pertenencia si quiere basarse en los derechos y las obligaciones de los ciudadanos y no en la tribu, la lengua o las castañuelas?)

(¿honrar la bandera? ¿se ha pensado que soy un súbdito y no un ciudadano? Reivindico mi derecho a quemarla, lo que conduce al derecho de los demás a honrarla, es cierto, pero me están negando el primero. Bandera como religión. Honrarás a tu padre y a tu madre. Amarás a España sobre todas las cosas)