domingo, agosto 12, 2007

Verdades, conspiranoia


El director por antonomasia publica en su carta de hoy domingo una verdad verdadera:
¿Dónde está hoy por hoy en el PP el embrión de ese efecto bandwagon, de ese arrastre de emociones, expectativas e intereses que constituye el primer requisito, la condición necesaria aunque nunca suficiente, para poder formar una mayoría social alternativa y tener una opción real de ganar las elecciones desde la oposición? Desde esta atalaya del verano, cuando tanto se habla con unos y con otros, debo decir con pena que ese carromato no está ni se le espera.
Al final del usual larguísimo artículo de exhibición dominical aparece una demanda clara de que Rodrigo El Campeador regrese a la política de la mano de Mariano para recuperar la ilusión del qué será, será. Llamarlo Roger Rabbit no me cabe duda de que es una vindicación del conejo en la chistera, una forma de llamar a la salvación.

En la ciudad de los cotillas, proclamas como ésta serán interpretadas como el anuncio de una operación orquestada, de conspiraciones y golpes de salón. Incrédulos, nadie pensará que estas cosas se le ocurren al señor de la piscina mallorquina por casualidad, que puede ser o no ser. Que pudiera ser una alucinación debida al exceso de exposición al sol y una más de las manías habituales de los directores de periódico madrileños queriendo conducir la política en vez de contarla. O el ariete de cierta élite concernida por lo que ve. Qué más da.

Es tan cansino como los intelectuales de vanguardia de la españolidad plural. Porque hablaremos de esto y no de la verdad verdadera. Esa que pongo al principio.