Lo patriótico - republicanamente hablando, claro - es que llamáramos la atención sobre la falta de respeto de ese señor francés que se ha entrevistado con José Luis: es cosa fea desvelar conversaciones privadas. Es mucho más feo romper la discreción que debe amparar la diplomacia. Lo mire por donde lo mire, encuentro que la cosa es bastante irrespetuosa. Pero no puedo evitar pensar que eso son cosas que se le hacen a un Don Nadie. En verdad resulta patético ver el juego de dije, digo, diego. Pero todo cobra luz desde que este mismo mes el IHT ya dejó claro para el mundo lo que todos sabíamos. Que la política exterior del morador de Moncloa es un agujero negro impulsado desde el desconocimiento, la inexperiecncia y el orgullo cateto. Ellos no lo decían así, claro: simplemente hablaban de la pérdida de peso de un país que con los anteriores, fíjense que con Aznar también, había pesado más de lo que su posición en el mundo realmente es. La verdad es que si yo fuera José Luis, preferiría que se metieran conmigo por la foto de las botas de Aznar en la mesa del rancho de Bush, que porque el primer ministro de Francia salga corriendo de su despacho a decirle al mundo las cosas que le ha dicho en privado.
Tags:
|