La reencarnación de Falstaff en forma de blogger y de común Ricardo, ese tema shakesperiano, proclama en sus páginas ese error, ese inmenso error del personaje Berlin Smith que tiene a la callada por una especie de no sé qué, probablemente impotencia.
Recuerdo súbitamente que por la boca muere el pez. Que en Dinamarca se decía y Monterroso hacía caso, que el resto es silencio. Ahora, en este invierno de nuestro descontento convertido en tristeza por estas nubes de Madrid, veo al reino como un escenario y al Príncipe actuar: también José Luis aparece acallado y lejano envuelto en brumas de escandinava e insomne indecisión. El fantasma de su abuelo se aparece en las noches frías de Moncloa pero ya no sabe qué certeza le pueden dar las voces de los muertos.
Un coro enmascarado recita Macbeth:
"Tomorrow, and tomorrow, and tomorrow
Creeps in this petty pace from day to day
To the last syllable of recorded time;
And all our yesterdays have lighted fools
The way to dusty death."
(en los cines se contempla estos días un asunto de orfebrería fílmica, El Gran Silencio: metros y metros de película dedicadas al silencio del claustro de los cartujos. Dicen que monjas y frailes van en manada. Dicen que Berlin Smith acudirá una tarde de estas)
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