Mira, militar español del otro lado. Voy a llamar a las puertas de tu conciencia con un dramático augurio. Pasará el tiempo. Ganarás o perderás la guerra (para lo que voy a decirte es igual). Flaquearán tus fuerzas, sentirás el aldabonazo de tus responsabilidades. Y alguna vez a tus nietos, para los cuáles tú ya serás una pequeña parte de la Historia, alguién les contará tu vida. Quizá les diga:
-Tu abuelo hizo cosas muy malas
Ellos podrán responder:
-Todos los hombres hacen cosas malas. De fijo las harían peores los adversarios de mi abuelo.
Acaso les añada:
-Tu abuelo mató muchos españoles
El amor les inspirará la contestación:
-¡Claro! Serían rojos (porque para entonces puede que todavía perdure esa ingente estupidez de "los rojos")
Pero también les dirá:
-Tu abuelo, para sacar adelante su amor propio, de paso que gritaba ¡arriba España!, contribuía a que el suelo de España fuese invadido por ejércitos extranjeros.
Y entonces, oh militar español, tus nietos no sabrán que replicar. Y tu no podrás resistir el espanto curioso de sus miradas.
Ángel Ossorio y Gallardo, en Ahora, 26 de marzo de 1937
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