jueves, julio 21, 2005

Cuando la China, de verdad, toca

En esta noche oscura acaecen varios encuentros en la tercera fase:

A) China, a pesar de los esfuerzos del gobierno oficialmente comunista crece a un ritmo del 9%, frente a la intención de que sólo lo haga el 8. Haré notar, para los críticos de esta nota en el futuro, que bien sé que siempre será más fácil crecer a gran ritmo si eres pequeño que si eres grande: si se crece 1 sobre un billón, es mucho más que si se crece 8 sobre la décima parte de un billón. Pero a los economistas les encantan las tasas de variación de las cosas, mucho más que cuánto son las cosas en sí.

B) Francia, encabezada por el Gobierno francés, está indignada por la posibilidad de que Pepsi se quede con Danone (no ocurrirá, lo verán, lástima de no ver una nueva innovación alimentaria con el yogur con sabor a cola, seguro que los niños se volvían locos). Nadie parece preocupada por saber qué es lo mejor para los dueños de Danone, sus accionistas, que pueden ser franceses o no. Y eso que seguro que Danone cumple toda la legislación social francesa. Inquietos estamos por saber si un cambio de propiedad sería mejor para las operaciones españolas de Danone: que alguien le pregunte al Gobernante.

C) Al final, los italianos hicieron la de siempre: es imposible comprar un banco italiano. Fazio y los suyos en una operación con el mismo tufo de las estrategias vaticanas y mafiosas propias del país del spaguetti.

Conclusiones a vuela pluma:

A)Los chinos van a su bola y demuestran que si a la gente le dejan hacer cosas y buscar su propio destino aumenta la riqueza. Siempre dirán que aumentan las desigualdades, pero nadie le pregunta al más pobre de solemnidad si le importa mucho que un vecino de dos pueblos más allá es mucho más rico que él proporcionalmente si él es menos pobre que ayer. Claro, China no es el paraíso de la libertad de mercado, pero Hong Kong, sí. Tampoco es el paraíso de los derechos humanos, pero esperemos que la propia fuerza de la libertad económica termine por comerse al gobierno oficialmente comunista, férrea dictadura donde las haya. Uno cree que sí, que todo caerá por sí mismo.

B)Franceses e italianos cuidan su museo. El mundo va por un sitio, ellos quieren seguir viviendo en el pasado. Es estupendo que France Telecom quiera comprarse AUNA, pero me cae como una patada en los huevos que esos cabrones de americanos se queden con mi yogur. Y eso que el yogur tiene de francés su sede social nada más. Les jode mucho que Evian dejara de ser francesa, a pesar que los gringos se beben la Evian pensando que es fuente de salud con una rajita de limón (cosas de ese país de gente que no se ha sofisticado en la comida hasta el final del siglo XX: aquí sabemos que la Evian no es diferente a la Font Vella, es decir, una botella de agua que se paga a un precio inmenso el metro cúbico). Los italianos siguen con su genialidad histórica de ponerse el mundo por montera: ese país que pudo empezar una guerra ganando con los alemanes y terminar ganándola con los ingleses y americanos. La Fiat no es lo que era, una carta de Roma a Nápoles tiene un tiempo dudoso de llegada a destino, pero ahí los tienen con su inmovilismo (también llamado "catenazzio": Kissinger explicaba que la forma de jugar al fútbol de un país se parece a su política exterior; la alarma asalta al ver a la selección española: nunca gana nada, nunca se sabe como juega, pero tiene una liga de buenos equipos locales, ¿no les suena a algo?)

Cuestiones:

A) ¿Asistimos al fin de la era en que nos hemos educado los que hemos vivido casi la mitad del siglo XX, una época que empieza a sonar a antigualla?

B) ¿Son los estertores rebeldes de un mundo que desaparece frente a otro en el que los franceses dejaran de ser franceses, los italianos, italianos, y los chinos, chinos?

C) ¿Podrán nuestras sociedades envejecidas sobrevivir al empuje de millones de chinos deseando trabajar y sin ninguna piedad para los fósiles del siglo XX? (el hambre hace mucho)

D) ¿Ver convertirse en fósiles a las cosas que nos encantaban del siglo XX es caminar hacia un mundo más injusto porque esos hambrientos chinos e hindúes no tienen nuestros valores?

E) ¿Y esos locos americanos, que no tienen hambre, pero que cada día inventan algo nuevo, en la tecnología, en la comercialización, en la organización?

F) ¿Seguirá existiendo la selección española de fútbol? ¿Ganará algo algún día?

Es de noche, está oscuro, estamos en el siglo XXI. Qué difícil resulta romper los esquemas de razonamiento en los que nos hemos educado y entender un mundo nuevo.





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