lunes, junio 16, 2008

Sentencia


Llama Juliani a Giuliani. Dice Tineil y no Tinell. Y Diezma a Gil de Biedma, Esperanza. El otro, el de la España trágica no tiene vela aquí. ¿O sí?.

(¿es todo igual? en un alarde de periodismo independiente y ajustado a los hechos Libertad Digital sobretitulaba la información - ¿el propósito del diario es dar información? - como "juicio a la libertad de expresión". a mi me gusta la literatura, pero dónde se juega la libertad de expresión es en la sentencia no en el juicio: es un derecho de cualquiera ir a reclamar lo que pone en el código penal. leerse el código penal deja una sensación de embrollo: no se entiende nada ni se sabe lo que es una injuria. yo, como los irlandeses, en favor de que las leyes las entiendan los mortales. así que la cosa queda en los jueces, que se les paga para interpretar la ley. la jueza echa mano de toneladas de argumentos y jurisprudencia para concluir que Federico mintió. o no fue veraz, que es más fino. y más o menos viene a decir que como no fue veraz, la lengua de serpiente y el ácico sulfúrico de sus términos agravan y refuerzan el hecho cierto de que falta a la verdad. y, si yo no lo entiendo mal, más o menos es eso por lo que le hacen pagar al defensor de los principios inmutables y la España verdadera. pero me queda la sensación de que igualmente podría haberse argumentado de otra manera y quedar inocente: interpretar las palabras y las omisiones de los políticos forma parte del mismo juego político y del periodismo. me queda la sensación de que el delito de injurias es una cosa muy endeble, mucho más cuando se habla de políticos y de instituciones. yo no entiendo cómo se puede injuriar a una bandera, una nación o un parlamento: instrumentos del poder para controlar a los impertinentes. así que yo no le hubiera condenado, casi tirando - en lectura lega - de lo mismo que dice la jueza - que argumenta, no se saca nada de la manga. eso sí, yo creo que Losantos el indomable no dijo la verdad verdadera y que, a medida que avanzó en su propia furia y resquemor, fue haciendo más contundente la lejanía de lo dicho por el alcalde de lo contado por el orador. perdón, periodista. si el juicio fuera por decir la verdad... pero al final parece que el juicio era por el dolor de la dentellada del pitbull de Teruel. conclusión que le queda a este profano: que no está mal del todo condenado, aunque bien pudiera no condenarse - cosas de confiar en los jueces que se supone hacen de hombres/mujeres sabios. en realidad, lo malo de esto es eso que llaman delito de injurias)

(dice la jueza, también, que la constitución española no da derecho a insultar. pero tampoco dice que no se pueda. consciente ella, hace un birlibirloque diciendo que garantiza la dignidad de los españoles, lo que viene a ser lo mismo que prohibir el insulto. a eso yo lo llamo salto mortal)