La cuestión es si la ministra es la idónea para el trabajo, no es si es hombre, mujer o transexual. ¿En eso consistía la igualdad? Llego a la conclusión de que José Luis lo ha conseguido, ya somos iguales. ¿Razón? Vieja anécdota: una ejecutiva que aseguraba que creería la igualdad entre hombres y mujeres cuando viera a una mujer incompetente en un puesto de responsabilidad. Pues bien: ya la tenemos.
(¿no fue Aznar el primero en poner presidenta del Congreso y del Senado a mujeres? ¿No nombró a más ministras que Felipe? ¿No las nombró en ministerios de fondo y no florero? El señor de bigote tiene sus debilidades, pero no le vi tan presumido a pesar de la ropa que le compra Ana. Que el tipo esté orgulloso de sí mismo por tamaña hazaña sólo tiene dos posibilidades: a) es un infantil, b) es un tonto contemporáneo. ¿Las dos?)
(Oigan, Irene y Mary White, ¿cómo lo llevan? ¿sienten la igualdad rezumando por los poros?)
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