domingo, julio 13, 2008

Pese a todo, revolucionario


Me enamora esa candidez propia de la humanidad aspirante a la justicia al ver como los hechos traicionan sus esperanzas: el milagro sigue siendo posible. No es cuestión de que los objetivos no sean exquisitos y elevados, sino de la limitación de medios para alcanzarlos con el torcido fuste de los humanos. Para el mismo objetivo, vale más hacer menos por cambiar el mundo: De la Vega está entristecida de los malos resultados de sus leyes contra la violencia de machos insatisfechos por el declive de la masculinidad, pero han condenado a muchísimos más - se ve como positivo, oh paradoja - y prometen luchar sin descanso para erradicar la lacra. No tienen ni idea de cómo hacerlo, pero son nobles y luchan, y cuando se van cayendo del guindo regresan hacia atrás, a convertirse en simples mortales. Admitir, pese a todo, que los métodos de los luchadores (al final, la coerción en nombre del bien) no sirven, destruiría su propia conciencia de salvadores. Mmm, Pablo Milanés no me da mucha lástima como discriminado por la revolución (LA revolución, la única conocida como tal en todo el orbe), especialmente por el confort que le produce no depender de la islita para su sustento y su facilidad para venir a explicárnoslo. Un buen compositor, porque eso no tiene nada que ver con la ofuscación de los seres humanos, que vive inmerso en su paradoja sin encontrarse:

P.- ¿Cómo van las cosas en Cuba?

R.- Yo he crecido con esta Revolución, lucho por ella, y porque he sido muy crítico con ella, he sufrido toda clase de improperios, todo tipo de injusticias, pero todavía sigo aquí, luchando por esto. Lo que no entiendo es cómo todo sigue igual, y por eso, como revolucionario, exijo cambios. Ahora tenemos una nueva oportunidad, como la hubo cuando la Unión Soviética se desmoronó y entre todos pudimos encontrar nuestro propio camino independiente pero no lo hicimos. El pueblo espera cambios, el mundo los está esperando.

P. - Ya se han hecho promesas, parece que sinceras.

R.- El Gobierno ha dicho hace un año que muchas cosas iban a cambiar, pero seguimos igual y la gente está muy desesperada. Raúl Castro todavía no ha tenido oportunidad de demostrar lo que piensa, porque su hermano Fidel está ahí y todavía emite sus opiniones. Tener un teléfono y permitirte entrar en un hotel no es una reforma. En libertades vamos hacia atrás. Volvemos al pasado.

P.- Se acaba de celebrar el Día del Orgullo Gay en todo el mundo. ¿En Cuba van las cosas mejor para los homosexuales?

R.- No sé qué decirte. Tengo muchos amigos homosexuales que todavía se quejan de que están discriminados, de que faltan oportunidades. No hay maricones en el Partido (Comunista). Y eso son señales de que todavía están marginados. Que se sepa, entre los dirigentes, no hay nadie que haya salido del armario aún.