martes, julio 22, 2008

Corrido


La salvadoreña se abraza primero a un treintañero, un roble con bigote y kilos. Hasta deja sus labios suavemente en él. Al lado, un tipo pequeño me sigue repitiendo sin parar y casi sin equilibrio que es un fucking mexican. De Oaxaca. Tres Coronas más aparecen en la barra, un hombre pequeñito saluda impecable levantando su botella. La belga, el uruguayo y el español hemos entrado en el antro y todos quieren hablar con nosotros. Veinte años, dice la salvadoreña que lleva acá. También se balancea al hablar y esta vez se abraza a mi. Luego al uruguayo. Levanta la camisa y muestra su barriga con una cierta dulzura. Uno que dice que es escritor no suelta a la belga. Cierran el bar, caminamos cruzando Little Tokyo, logramos mear por compasión de los camareros en un japonés recién cerrado. Llego hasta el auto haciendo eses. Hasta mañana.