sábado, diciembre 17, 2005

Bono patriota, Bono católico, Bono socialista


Así que Ezequiel Moltó, redactor de El País, se pasó ayer a cumplir con el acto del Ministro de Defensa, Bono bonísimo, y fechó en Alicante una crónica en la que no pudo reprimirse y encabezó el artículo con tres adjetivos y sus respectivas comas: patriótico, católico y socialista.

Inmediatamente pensé en el pobre Marqués de Bradomín: feo, católico y sentimental. ¿Podría Valle-Inclán narrar la saga del ministro, cacique y esperpento estandarte de la democracia cristiana vestida de progresismo y modernidad? En este ruedo ibérico Bono es esa cosa que hubiera llevado camisa del movimiento pero hubiera sido muy simpático, es el tipo que llegó tarde a poder decir que es de derechas de toda la vida sin miedo a no poder vivir del poder, o que pensó que hacerse cura progre no era lo suyo.

Clases magistrales como las que impartió en Alicante están al alcance de pocos:

José Bono dio lecciones sobre qué es ser socialista. A su juicio, el socialista debe ser solidario con aquellos que menos tienen, pero también ser moderado y escuchar al que critica o discrepa, ser transigente y no dogmático.

En cierta manera, es lo que temíamos de él. Ser socialista es únicamente ser un buen muchacho. Ya está. En esto consiste el socialismo, la socialdemocracia y lo que te rondaré morena. Con estos mimbres, es imposible que, no digo ya una opción verdaderamente liberal, sino el mismo Partido Popular tenga opciones serias de ganarle las elecciones al llamado Partido Socialista Obrero (sic) Español (esto, con Bono, no está puesto en duda). No se puede competir contra un buen hombre de buenas intenciones y nada más, todo un español de a pie.

Y al grito de "No pienso dejar ni mis ideas y creencias religiosas, ni el socialismo" (¡¡ar!!) la crónica concluye con nuevas referencias a la llamada en pro de los que menos tienen: no sabemos si repartió limosnas. Ezequiel Moltó, que parecía mirar los toros desde la barrera parece poner un espejo deformado por delante y empeñarse en que Valle Inclán está vivo: "Así se mostró anoche en Alicante el ministro de Defensa, José Bono, que no defraudó a los suyos, aunque mantuvo un tono moderado". Es lo que tienen los fraudes, que para que lo sean no pueden defraudar.

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