domingo, mayo 21, 2006

En el país de las mentiras organizadas...


Ayer fue el día de Otegi. Cada línea de su discurso descansa en la mentira o en la manipulación. Neolengua:
"se ha producido una quiebra evidente del modelo que se intentó imponer a este país en el año 78"
Defender la democracia de verdad es poner encima de la mesa las verdades como puños. En este caso, saber si lo que se votó fue una imposición:
En 1979, los síes fueron el 90,29% de los válidos emitidos, equivalentes al 53,13% del censo electoral (la participación fue del 59,77%)
Lo que se votó en 1979 fue el Estatuto de Guernica. Todo esto viene, claro, porque la Constitución Española, no alcanzó, en votos afirmativos, más del 50% del censo del País vasco (por cierto: los síes fueron el 91% de los votos emitidos). En el peculiar sentido de la democracia del nacionalismo vasco que consiste en que cuando no le salen las cuentas acuden al porcentaje del censo, los nacionalistas están deseosos de que lo que sustituya a lo actual supere ese 54%.

Parece oportuno recordar que si la abstención es un indicador de algo, resulta que la participación en las elecciones generales del País Vasco en 1979 fue del 65%: cinco puntos más que en el Estatuto, algo verdaderamente probatorio de nada. Pero sucede así con todo. Si comparamos la participación de los vascos en las distantas elecciones que han sido, resultaría evidente que si la participación es demostración de cualquier teoría política, los vascos no serían muy excepcionales al resto de los españoles y, siguiendo la demoledora lógica nacionalista, estarían, por tanto, estas instituciones legitimidas.

Me he tomado la molestia de ordenar unos cuadritos con datos del Ministerio del Interior y del Gobierno Vasco. Me sale esto:



Los datos se refieren a la participación de cara al Congreso del conjunto de la ciudadanía española y la de la Comunidad Autónoma Vasca. Por si fuera muy singular, veamos una votación en clave local, las participaciones en elecciones municipales:


Bueno, hay sus variaciones, pero el que pueda probar que introduce deslegitmización al sistema, que aparezca en estas páginas y nos ilumine como a hombres de las cavernas. La guinda la pone la propia participación en las elecciones al Parlamento Vasco. Sí, ese que surge del Estatuto de Guernica que ahora quiere legitimarse más diciendo que ya no vale. Saquen ustedes sus conclusiones, pues el Estatuto cita textualmente que "Los derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos del País Vasco son los establecidos en la Constitución":



No sé lo que les parece, pero si comparamos las participaciones de unas cosas y otras, los vascos muestran un entusiasmo bastante considerable por participar en unas elecciones españolas y en unas elecciones estatutarias avaladas por ese Estatuto tan constitucioanal y tan peligroso. Con esa manía de conceder legitimidades a lo que interesa y olvidar lo que no interesa, vamos a recordarle a Otegi, al Lehendakari y sus huestes algo de lo que se han olvidado. Los vascos votaron masivamente en contra de la entrada en la OTAN, nada menos que el 65% dijeron no. La pregunta es si en la futura Euskal Herria independiente van a autoexcluirse de la defensa europea (sí vale ser europeos en la UE, claro).

Joseba Arregui, sin duda el mejor, sin duda alguna porque es el prototipo de lo que deberían ser los conversos y no son, le advirtió al lehendakari a propósito del plan conocido por su nombre - Ibarretxe - y que se llama algo parecido a propuesta o proyecto político (yo diría que para la marginalización ¿o el exterminio? del no euskaldún, pero me llamarán fascista) con estas palabritas, que no están nada mal viniendo de un ex miembro del Gobierno Vasco en nombre del PNV:
...[debatir] sobre el fundamento de la propuesta de Ibarretxe: la existencia desde tiempos inmemoriales de una nación vasca que lucha por su reconocimiento. Si algo caracteriza la historia vasca es su extremado carácter de híbrida, de diferencia y participación, de impulsora de proyectos generales para España, manteniendo la reserva de una institucionalización privativa.

Una propuesta política como la de Ibarretxe que se fundamenta en una voluntad homogénea de ser nación como Estado libre a partir de la legitimidad histórica tiene que empezar, necesariamente, por limpiar la historia de todos los testimonios históricos que desmienten esa pretensión. Los fueros no constituyeron nunca una situación de Estado Libre Asociado, puesto que la asociación de vínculo por pacto en el fuero es fruto de la interrelación histórica, de las necesidades y debilidades mutuas, es producto de una historia de profunda relación e imbricación mutua, y nunca resultado de la voluntad autónoma de entidades mutuamente extrañas. Todo lo contrario.
Las negritas son mías. Todo resulta una gran invención para consumo de inocentes (los de la pistola, culpables). La diferencia con el buenísimo del Gobernante y los torpes comunicadores del PP (también creo que faltan entendederas: verdadera capacidad de análisis político y de estrategia) es que estos señores llevan treinta años construyendo su mentira y diseñando un mecanismo de relojería aparentemente ya imparable. Esto es lo que buscan, y el Gobernante, con Patxi cogido de la mano y Odón haciendo pedorretas al respetable un pasito atrás, se prestarán a ello, a un cambio de legitimidades para demostrar que tenían razón y dejar listo el siguiente paso:
Una mayoría equivalente [para aprobar el nuevo "estatuto" que saldría de la famosa mesa política] sería imposible de conseguir únicamente con las fuerzas nacionalistas. Proyectando los resultados de las últimas autonómicas, el listón del 54% del censo (971.700 votos), sólo se alcanzaría, apuradamente, sumando a los resultados de PNV-EA, EHAK (Batasuna), EB y Aralar los obtenidos por el PSE, o bien sustituyendo los de EHAK por los del PP.